Sesgo de atención a las señales pictóricas relacionadas con las drogas y el estrés en la adicción a la cocaína concomitante con trastorno de estrés postraumático (XTNM)

J Neurother. Manuscrito del autor; Disponible en PMC 2009 Nov 3.

Publicado en forma final editada como:

J Neurother. 2008 Dec 1; 12 (4): 205 – 225.

doi  10.1080/10874200802502185

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Resumen

La adicción a la cocaína impone una carga específica a los servicios de salud mental a través de su comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos. El tratamiento de pacientes con abuso de cocaína es más complicado cuando la adicción está coexistiendo con el TEPT. Este estudio utilizó una técnica de potencial relacionado con eventos de gran densidad (ERP, por sus siglas en inglés) para investigar si los pacientes con esta forma de diagnóstico dual muestran una reactividad excesiva tanto para el trauma como para las señales de los medicamentos en comparación con las señales neutrales. La reactividad de la señal se refiere a un fenómeno en el que los individuos con un historial de dependencia de drogas muestran respuestas verbales, fisiológicas y de comportamiento a las señales asociadas con su sustancia preferida de abuso. Este estudio explora las diferencias de ERP asociadas con las respuestas relacionadas con la señal a las señales de drogas y trauma en una tarea extraña de tres categorías utilizando estímulos pictóricos neutrales, relacionados con drogas y trauma. El estudio se realizó en sujetos dependientes de la cocaína 14, sujetos 11 con dependencia de la cocaína comórbida con trastorno de estrés postraumático y sujetos control de 9 de edad y género. Se usó un sistema EEG de geodésicos eléctricos del canal 128 para registrar el ERP durante la tarea visual de tres categorías con tres categorías (neutro, medicamento, estrés) de imágenes afectivas. Los pacientes con dependencia de cocaína y trastorno de estrés postraumático, en comparación con los pacientes que solo tenían adicción a la cocaína y sujetos de control, mostraron una reactividad excesiva a los estímulos visuales relacionados con las drogas y el trauma. Las diferencias más profundas se encontraron en la amplitud y la latencia de los componentes P3a frontal y P3b centro-parietal. También se encontraron diferencias en los grupos entre los pacientes con abuso de cocaína (ambos grupos de solo adicción y de diagnóstico dual) frente a los controles en la mayoría de las medidas de ERP para señales relacionadas con las drogas. Proponemos que las variables de reactividad de señal ERP empleadas se podrían usar como medidas de resultado funcional valiosas en drogadictos con diagnóstico dual que se someten a un tratamiento conductual.

Palabras clave: Adicción a la cocaína, trastorno de estrés postraumático, ERP, P300, reactividad de cue, estrés

INTRODUCCIÓN

Se sabe que el trastorno de estrés postraumático (PTSD) comórbido, altamente prevalente entre los consumidores de cocaína, se asocia con resultados de tratamiento más deficientes debido a la agravación de los factores que contribuyen al desarrollo de la adicción a la cocaína.

Los adictos a la cocaína con trastorno de estrés postraumático coexistente tienen un curso de enfermedad más persistente y son más refractivos al tratamiento que aquellos sin diagnóstico dual (Brown y Wolfe, 1995; Brown et al., 1995; Coffey et al., 2002; Evans y Sullivan, 2001; O'Brien et al., 2004). En los pacientes con diagnóstico dual, los síntomas de ambos trastornos se encuentran en relaciones complejas donde un trastorno sirve para sostener a otro (Chilcoat y Breslau, 1998; Jacobsen, Southwick y Kosten, 2001; Saladin et al., 2003; Shiperd et al., 2005)

Existen diferentes enfoques para explicar la alta tasa de coexistencia de trastorno de estrés postraumático y adicción a la cocaína (Stewart et al., 1998), incluidos los basados ​​en conceptos del campo de la neurociencia cognitiva (Sokhadze et al., 2007). La preocupación por las drogas y los artículos relacionados con las drogas es una característica típica de los individuos adictos. Varios estudios de investigación apoyaron la hipótesis de que el proceso de alteración de la atención tiene lugar en adictos (Hester, Dixon y Garavan, 2006; Lyvers, 2000; Robinson & Berridge, 2003), el llamado "sesgo atencional" (Franken et al., 1999,2000; Franken, 2003), y las señales relacionadas con las drogas alcanzan mayor prominencia y significado motivacional (Cox et al., 2006) La reactividad de las señales se refiere a un fenómeno en el que los individuos con una dependencia de las drogas exhiben respuestas verbales, fisiológicas y de comportamiento excesivas a las señales asociadas con su sustancia preferida de abuso (Carter y Tiffany, 1999; Childress et al., 1999; Drummond et al., 1995). Además, en los consumidores de cocaína, se ha demostrado que la reactividad de la señal depende del tipo y modalidad de la señal (Johnson et al., 1998). Uno de los componentes cognitivos de la reactividad de la señal en los abusadores de sustancias es la asignación preferencial de recursos de atención para los artículos relacionados con el uso de drogas (Lubman et al., 2000) o al consumo de alcohol (Stormak et al., 2000). Se ha propuesto que la sensibilización condicionada en las vías neuronales que asocian incentivos con elementos de estímulo puede ser responsable de la reactividad de la señal (Franken, 2003; Weiss et al., 2001).

Varios estudios de neuroimagen han reportado efectos asociados con respuestas relacionadas con señales de drogas y ansia de adicción a la cocaína (Childress et al., 1999; Garavan et al., 2000; Hester et al., 2006; Kilts et al., 2001,2004). El trastorno de estrés postraumático en personas con abuso de cocaína se asocia con una dependencia más grave de drogas, y por otro lado, los efectos neurotóxicos del abuso de cocaína pueden agravar el trastorno de estrés postraumático (Brown et al., 1995; Najavits et al., 1998;; Ouimette et al., 1997,1999). Sólo unos pocos estudios han examinado mecanismos por los cuales el trastorno de estrés postraumático podría ejercer efectos adversos en el curso de la adicción (Ouimette y Brown, 2003; Stewart et al., 1998). En la investigación sobre el trastorno por uso de sustancias (SUD) y el trastorno de estrés postraumático (PTSD), uno de los principales desafíos es obtener conocimiento de los procesos cognitivos que se correlacionan con la reactividad de la señal y los síntomas del TEPT.

Se ha demostrado que las anormalidades emocionales son típicas de los adictos (Fukunishi, 1996; Handelsman, et al., 2000). Los individuos adictos podrían verse afectados por una desregulación asociada con cambios en la reactividad emocional a reforzadores positivos naturales (Volkow et al., 2003). Se presume que la sensibilización a los medicamentos y la contraadaptación contribuyen a la desregulación de la homeostasis hedónica y las anomalías observadas en la recompensa cerebral (Koob, 1997; Koob y Le Moal, 1999; Koob et al., 2004). Los trastornos emocionales también son comunes en pacientes con TEPT. La reactividad fisiológica en la exposición a señales internas o externas que simbolizan o se asemejan a un aspecto del evento traumático es una característica central de PTSD (APA, 2000; Vasterling y Brewin, 2005). Los hallazgos de la investigación han demostrado sistemáticamente que los individuos con TEPT producen respuestas fisiológicas intensas (p. Ej., Sobresalto, frecuencia cardíaca, respuesta de conductividad de la piel, etc.) a estímulos relacionados con eventos traumáticos (Blanchard, 1990; Shalev et al., 1993; Orr y Roth, 2000; Prins et al., 1995). Este aumento de la excitación se ha encontrado en una variedad de medidas psicofisiológicas durante la presentación de señales auditivas o visuales relacionadas con el trauma, y ​​durante imágenes personales de eventos traumáticos (Blanchard et al., 1993; Casada et al., 1998; Orr et al., 1998; Sahar et al., 2001). Debido a que la reactividad fisiológica en la exposición a señales relacionadas con eventos traumáticos es común para el trastorno de estrés postraumático, las evaluaciones fisiológicas utilizando medidas electroencefalográficas (EEG), como los potenciales relacionados con eventos (ERP) en el trastorno de estrés postraumático coexistente con la adicción a la cocaína pueden proporcionar una valiosa información práctica y teórica.

El componente P300 (300 a 600 ms después del estímulo) es la medida de ERP más utilizada en psiquiatría y otras aplicaciones clínicas (Polich & Herbst, 200; Pritchard, 1981,1986; Pritchard, Sokhadze y Houlihan, 2001). La amplitud de P300 refleja la asignación de recursos de atención, mientras que se considera que la latencia refleja la evaluación del estímulo y el tiempo de clasificación (Katayama y Polich, 1996; Polich et al., 1994). El P300 se obtiene generalmente en el paradigma de bicho raro, en el que dos estímulos se presentan en un orden aleatorio, uno de ellos frecuente, (estándar) y otro raro (objetivo) (Polich, 1990). Se ha utilizado una modificación de la tarea extraña donde se presenta un tercer estímulo (distractor), también raro, junto con los estímulos estándar y objetivo. Se informó que estos distractores infrecuentes provocan un P300 fronto-central, llamado P3a, mientras que los objetivos poco comunes provocan un P300 centro-parietal, llamado P3b (Katayama y Polich, 1998). El P3a se registra en las ubicaciones del cuero cabelludo anterior y se ha interpretado como que refleja la actividad del lóbulo frontal (Friedman et al., 1993; Caballero, xnumx). Mientras que el P300 en general se piensa que representa la "actualización / cierre de contexto" (Donchin y Coles, 1988), en la tarea extraña de tres estímulos, el P3a se interpreta como "orientación", y el P3b como un índice de la capacidad de mantener la atención sostenida al objetivo (Naatanen, 1990; Potts et al., 2004; Wijers et al., 1996). El P3a anterior indexa la prominencia contextual de los estímulos raros, mientras que el P3b posterior está indexando la relevancia de la tarea de los estímulos (Gaeta, Friedman y Hunt, 2003). El paradigma de la categoría de estímulos de tres estímulos ofrece posibilidades para delinear los procesos cognitivos involucrados en esta tarea cuando se manipula la prominencia motivacional de los nuevos estímulos de distracción.

La mayoría de los estudios sobre el TEPT informan anomalías en P300, que proporcionan pruebas presuntivas de un procesamiento cognitivo deficiente en este trastorno (Attias et al., 1996; Blomhoff et al., 1998;Charles et al., 1995; Felmingham y otros, 2002; Karl, Malta y Maerker, 2006; Kimble et al., 2000; Stanford et al., 2001). Los estudios que hallaron P300 atenuado atribuyen sus resultados al deterioro de la concentración (McFarlane, Weber y Clark, 1993), o déficit de atención (Charles et al., 1995; Metzger et al., 1997a,b). El aumento de la amplitud de P300 se explicó como debido a una atención selectiva alterada (Attias et al., 1996), o una mayor orientación a estímulos amenazadores (Kimble et al., 2000). Varios estudios enfatizan que la mejora de P3a en el TEPT se expresa cuando los distractores son estímulos relacionados con el trauma o novedosos en tareas extrañas (Bleich, Attias y Furman, 1996; Drake et al., 1991; Felmingham y otros, 2002; Weinstein, 1995). Se piensa que el aumento de la amplitud de P300 en el trastorno de estrés postraumático refleja un sesgo de atención hacia los estímulos de amenaza y se cree que la amplitud reducida de P300 refleja una reducción consiguiente de los recursos de atención a los estímulos no amenazantes.

El uso agudo y crónico de cocaína ejerce efectos neurofarmacológicos sobre la amplitud y latencia de los ERP (Bauer, 1997; Biggins et al., 1997; Fein, Biggins y MacKay, 1996; Kouiri et al., 1996). En varios estudios sobre la abstinencia de cocaína se ha informado de una mayor latencia de P300 sin anomalías en la amplitud (Bauer y Kranzler, 1994; Herning, Glover, Guo, 1994; Noldy y Carlen, 1997). La mayoría de los estudios de ERP destinados a evaluar las disfunciones corticales han utilizado tareas de P3b, y solo hay pocos estudios de P3a en adicción. Comprender la contribución de los componentes de ERP frontal es importante si se tiene en cuenta una mayor evidencia de disfunciones frontales en el abuso de drogas, y específicamente en el abuso de cocaína (Hester y Garavan, 2004)

De acuerdo con el concepto de desvío de atención, se espera que los pacientes con adicción a la cocaína con TEPT concurrente en una tarea de atención con estímulos emocionales pictóricos muestren una mayor reactividad a las señales relacionadas con el estrés traumático y de la cocaína debido al procesamiento preferencial de distractores de drogas y traumas ; y, en consecuencia, se espera que presenten una menor disponibilidad de recursos de atención para el procesamiento de señales de destino relevantes para la tarea. El objetivo específico de este estudio es examinar la reactividad de los estímulos asociados con drogas y traumas en una prueba de modificación de reactividad de indicios en tres grupos: diagnóstico dual de dependencia de la cocaína y trastorno de estrés postraumático (DUAL), adicción a la cocaína sin trastorno de estrés postraumático (SUD), y Controles (CNT). En este experimento utilizamos una tarea extraña con distractores relacionados con drogas, estrés traumático o señales pictóricas emocionalmente neutrales. Nuestro objetivo es examinar las interferencias relacionadas con las drogas y los traumas tanto en el comportamiento como en los índices cognitivos de ERP P300 (P3a, P3b). Al utilizar las señales relacionadas con el fármaco y las relacionadas con el trauma para crear interferencia, intentamos abordar la cuestión de cómo ambas categorías de señales pueden afectar el rendimiento en la tarea de los tres grupos de estudio mediante la evaluación de los índices de comportamiento (tiempo de reacción, precisión) y ERP (P3a, P3b), predijimos una atención selectiva preferencial a los artículos relacionados con las drogas, pero no a las imágenes de estrés traumático en el grupo SUD, y un procesamiento mejorado de los distractores relacionados con las drogas y los traumas en el grupo DUAL. Se esperaba que el procesamiento de distractos altamente salientes pero irrelevantes para la tarea resultara en una capacidad de atención disminuida y una asignación de recursos reducida para procesar los objetivos relevantes para la tarea. Se predijo que este efecto se manifestaría en un tiempo de reacción retardada (RT), menor precisión, menor magnitud de los índices ERP posteriores del procesamiento de información relevante para la tarea (P3b) en pacientes DUAL en comparación con los grupos SUD y CNT. Por lo tanto, el objetivo del estudio fue examinar las medidas de ERP de la reactividad de los estímulos asociados con las drogas y los traumas, e investigar cómo la mayor orientación de estos distractores salientes interferirá con las funciones cognitivas durante la ejecución en una tarea visual de tres categorías. Predijimos un aumento de la amplitud del componente ERP anterior (por ejemplo, P3a) en respuesta a nuevos distritos pictóricos que contienen señales relacionadas tanto con el fármaco como con el trauma, y ​​un ERP posterior reducido (por ejemplo, P3b) en respuesta a objetivos neutrales y estándares frecuentes en El grupo DUAL comparado con los otros grupos. Esperábamos que los pacientes con dependencia de cocaína y diagnósticos de trastorno de estrés postraumático en comparación con los controles mostraran una mayor reactividad a las señales relacionadas con la droga y la amenaza irrelevantes, y presenten atención selectiva a estas señales sobresalientes de gran motivación que afectarán negativamente el procesamiento de la tarea. estímulos relevantes.

FORMAS DE PAGO

Materias

Los sujetos dependientes / que abusan de la cocaína se derivaron principalmente de las salas de emergencia del Hospital de la Universidad de Louisville, los servicios ambulatorios para el tratamiento del abuso de drogas, como el Centro de Abuso de Drogas y Alcohol del Condado de Jefferson (JADAC) y otras unidades psiquiátricas ambulatorias. Existen colaboraciones establecidas con otras instalaciones y agencias de metro de Louisville. El Dr. Stewart, co-investigador en este estudio, es Director Médico en JADAC y consultor clínico en dos centros residenciales de tratamiento de adicciones (The Healing Place y Volunteers of America) ubicados en el área metropolitana de Louisville. Él proporcionó un número sustancial de referencias a través de estos programas. El Dr. Hollifield, otro co-investigador en el estudio, es Director del Programa de Trastornos de Ansiedad en la Universidad de Louisville, y consultó sobre el diagnóstico de trastorno de estrés postraumático en pacientes adictos del grupo de pacientes referidos con adicción a la cocaína. Los sujetos participantes recibieron información completa sobre el estudio, incluidos el propósito, los requisitos, las responsabilidades, el reembolso, los riesgos, los beneficios, las alternativas y el papel de la Junta de Revisión Institucional (IRB) local. Los formularios de consentimiento fueron revisados ​​y explicados a todos los sujetos que expresaron interés en participar. Todas las preguntas fueron respondidas antes de solicitar la firma del consentimiento. Si la persona aceptó participar, firmó y fechó el formulario de consentimiento y recibió una copia firmada por el investigador que obtuvo el consentimiento.

Todos los procedimientos se realizaron dentro de las instalaciones del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento y del Hospital de la Universidad de Louisville. El contacto inicial con el posible participante se hizo típicamente a través de la evaluación telefónica. Un entrevistador preguntó a las personas que llamaban sobre los principales criterios de estudio. Aquellos que cumplían con los criterios recibieron una cita para el consentimiento, por lo general dentro de 1 a 5 días después de su llamada inicial. Los sujetos de control en este estudio fueron reclutados de la comunidad metropolitana de Louisville por anuncios aprobados por el IRB local. Los encuestados fueron examinados por teléfono para cumplir con los criterios de inclusión iniciales. Todos los sujetos de control estaban libres de trastornos neurológicos o médicos significativos, tenían audición y visión normales y estaban libres de trastornos psiquiátricos. Después de la detección telefónica, los sujetos de control recibieron una evaluación psiquiátrica en el laboratorio para verificar la detección telefónica y descartar los diagnósticos del Eje I mediante una entrevista clínica estructurada para el DSM-IV (First et al., 2001). Los sujetos de control se eligieron de modo que el grupo de control no fuera significativamente diferente del grupo de pacientes en cuanto a edad, nivel educativo, destreza, sexo y origen étnico. Los mismos procedimientos de consentimiento seguidos para los pacientes se aplicaron a los controles. Como los sujetos participaban en la investigación, se les pagaba por su tiempo. Los métodos de pago siguieron las pautas del Comité para la Protección de Sujetos Humanos del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Louisville con respecto al reembolso por tiempo de investigación y estacionamiento. A los participantes se les pagó $ 20 / hora por completar las actividades de investigación requeridas (por ejemplo, pruebas de ERP, proporcionar una muestra de orina, completar formularios de autoinforme) en cada visita.

Cuestionarios de estado psiquiátrico, uso de drogas y detección del funcionamiento psicosocial

La entrevista clínica estructurada para el DSM-IV (SCID I) (First et al., 2001) fue utilizado para los diagnósticos del Eje I. El trastorno de estrés postraumático (TEPT) se evaluó mediante el informe de autoescala de síntomas postraumáticos (PSS-SR) (Foa et al., 1989, 1997) cuestionario. La lista de verificación de síntomas de Hopkins-25 (HSCL-25) (Derogatis et al., 1974) fue utilizado para medir los síntomas de ansiedad y depresión. La evaluación de los pacientes se evaluó mediante el inventario de Edimburgo (Oldfield, 1971). Las puntuaciones del Índice de severidad de adicción (ASI) se utilizaron para medir la gravedad del problema en las áreas de dificultades médicas, laborales, de abuso de drogas, legales, familiares, sociales y psiquiátricas (McLellan et al., 1980). Lista de Consecuencias Negativas de la Cocaína (Michalec et al., 1996) se utilizó para evaluar los efectos adversos a corto y largo plazo derivados del consumo de cocaína. El ajuste psicosocial se evaluó utilizando la Escala de Ajuste Social (SAS) (Weissman y Bothwell, 1976).

Se realizaron pruebas cualitativas de toxicología en orina (DrugCheck 4, NxStep, Amedica Biotech Inc., CA) en cada sujeto para confirmar el abuso de cocaína. Además, se realizaron pruebas cualitativas de toxicología en orina para anfetaminas, opiáceos y marihuana para evaluar la presencia de sustancias de abuso adicionales (p. Ej., Anfetamina, opiáceos, marihuana). La prueba positiva para marihuana no fue considerada como criterio de exclusión. La prueba de drogas de saliva cualitativa (ALCO SCREEN, Chematics, Inc., IN) también se utilizó para descartar el consumo actual de alcohol.

Temas en el estudio

Veinticinco sujetos abusadores / dependientes de cocaína (9 mujeres, 16 hombres) edad promedio, 41.3 ± 6.1, rango 32-52 años, 64% afroamericanos) participaron en el estudio. Catorce de ellos eran sujetos abusadores de cocaína sin TEPT y fueron asignados al grupo SUD (42.2 ± 6.6 años, 6 mujeres, 8 hombres), mientras que once adictos a la cocaína fueron diagnosticados con TEPT (el diagnóstico fue confirmado por consenso de los doctores Stewart y Hollifield) y el grupo de diagnóstico doble (SUD-PTSD) compuesto (DUAL). Seis de ellos ya habían sido diagnosticados anteriormente con PTSD y tenían antecedentes de PTSD en su historial en la etapa de admisión. El grupo dual constaba de 3 mujeres y 8 hombres (38.8 ± 6.3 años). Nueve sujetos de control que no consumían drogas (4 mujeres, edad media, 36.7 ± 5.3, rango, 29-45 años, 44% afroamericanos) (grupo CNT) también participaron en este estudio.

Doce sujetos en el grupo SUD dieron positivo para cocaína, y 7 de ellos también dieron positivo por consumo de marihuana. Dos sujetos en SUD que no resultaron positivos fueron los adictos en recuperación que se inscribieron en este estudio después del curso de rehabilitación JADAC para pacientes hospitalizados con un período de abstinencia de menos de 60 días. Nueve sujetos en el grupo DUAL dieron positivo en el uso de cocaína, cinco de ellos también dieron positivo en el uso de marihuana. Por lo tanto, la mayoría de nuestra población de pacientes ambulatorios consistía en usuarios actuales de cocaína, y casi la mitad de ellos utilizaba la marihuana como una droga de segunda elección. La forma más preferida de administración de la droga fue fumar cocaína crack. Sólo un sujeto de los adictos a la cocaína en este estudio usó cocaína por vía intravenosa. La mayoría de los sujetos adictos informaron el uso regular de nicotina / fumar. Ninguno de los sujetos en el grupo SUD estaba en ningún programa de tratamiento que no fuera participar en las reuniones de Narcóticos Anónimos (NA) o Alcohólicos Anónimos (AA). Todos los sujetos, excepto los pacientes con 2 del grupo SUD, uno del grupo DUAL y uno del grupo CNT fueron diestros. Todos los participantes de control no informaron antecedentes actuales o pasados ​​de trastornos neurológicos o psiquiátricos o dependencia de ninguna otra sustancia que no sea la nicotina o la cafeína. Los sujetos fueron completamente informados sobre la naturaleza de esta investigación y firmaron un formulario de consentimiento informado aprobado por la Junta de Revisión Institucional de la Universidad de Louisville (Protocolo IRB #240.06, pt. 2). Para la recolección de muestras (examen de detección de drogas en orina), los sujetos firmaron un formulario de consentimiento por separado también aprobado por el IRB dentro del mismo protocolo de estudio.

Presentación de estímulos, adquisición de datos EEG / ERP y procesamiento de señales.

Toda la presentación de estímulos, la recopilación de respuestas conductuales y subjetivas fue controlada por una computadora que ejecuta el software E-prime (Psychology Software Tools, PA). Los estímulos visuales se presentaron en una pantalla plana de 15 ″. Las respuestas manuales se recopilaron con un teclado de 5 botones. Se indicó a los sujetos que presionasen la tecla número 1 cuando vean una imagen de la categoría objetivo y que no presionen la tecla para imágenes de la categoría no objetivo. En todos los experimentos, los sujetos estaban sentados en una silla con la barbilla apoyada en una mentonera. La mentonera se colocó de modo que los ojos del sujeto estuvieran a 50 cm del centro de la pantalla plana. Se proporcionaron descansos cada 10 minutos. Todos los datos de EEG se adquirieron con un sistema Electrical Geodesics de 128 canales (Net Station 200, v. 4.0) (Electrical Geodesics Inc., OR) que se ejecuta en una computadora Macintosh G4. Los datos de EEG se muestrean a 500 Hz, filtrado analógico de 0.1 a 100 Hz, con referencia al vértice. La red de sensores geodésicos es una estructura de hilo elástico liviano que contiene electrodos Ag / AgCl alojados en una esponja sintética sobre un pedestal. Las esponjas se sumergen en una solución de KCl para hacerlas conductoras. Los datos de EEG bloqueados por estímulo se segmentan fuera de línea en épocas de 1000 ms que abarcan desde 200 ms antes del estímulo hasta 800 ms después del estímulo alrededor de los eventos de estímulo críticos. Por ejemplo, en nuestra tarea los eventos fueron: (1) objetivo neutral, (2) objetivo neutral no objetivo, (3) objetivo de estrés traumático, (4) objetivo de estrés traumático no objetivo; (5) fármaco objetivo, (6) fármaco no objetivo. La frecuencia de objetivos para cada categoría emocional fue del 20%. Los datos se analizaron digitalmente en busca de artefactos (parpadeos, movimiento, etc.) y se eliminaron las pruebas incorrectas utilizando herramientas integradas de rechazo de artefactos. Los datos restantes se ordenaron por condición y se promediaron para crear los ERP. Los datos ERP promediados se filtraron digitalmente a un paso bajo de 30 Hz para eliminar el ruido residual de alta frecuencia antes de promediar. Después de promediar, la línea de base se corrigió durante un período de línea de base de 200 ms en relación con el inicio del segmento, y los datos se volvieron a referenciar en un marco de referencia promedio. Los ERP del sujeto se promediaron juntos para producir el promedio general promedio entre los sujetos.

Estímulos pictóricos

El material emocional pictórico se tomó del Sistema Internacional de Imágenes Afectivas (IAPS, Lang et al., 2001). Las imágenes de cocaína fueron seleccionadas y validadas por el primer autor durante su beca postdoctoral en Rice University (Houston, TX). En ese estudio anterior (Potts, Martin, Stotts, George y Sokhadze, informe no publicado), 25 pacientes que abusan de la cocaína calificaron 115 imágenes relacionadas con la cocaína en una escala de 5 puntos (5 es alto) en cuanto a lo evocadora que era cada imagen de la droga. La calificación media de toda la serie fue de 2.66, SD = 0.48. Se seleccionaron 30 imágenes que tuvieron la calificación más alta (todas las 30 con una calificación media superior a 3.0) para su uso en este estudio. Las tasas de valencia, excitación y dominancia se emparejaron dentro de cada conjunto de imágenes en las categorías de estrés neutro y traumático utilizando calificaciones de la base de datos IAPS (Lang et al., 2001). El experimento utilizó imágenes de tres categorías: neutral (artículos para el hogar, animales, naturaleza), estrés traumático (violencia, accidentes, víctimas de ataques, etc.) y drogas (cocaína y parafernalia de drogas). Se instruyó a los sujetos para que respondieran a los ítems de estímulo de una de las categorías, ignorando a los otros dentro de cada bloque (por ejemplo, los objetivos son artículos del hogar en un bloque "neutral"). El orden de los bloques (con ensayos 240 por bloque) fue contrabalanceado. En la tarea se presentó un estímulo en una pantalla para 200 ms, mientras que el registro de datos EEG se produjo para 1000 ms. El intervalo entre juicios varió en el rango de 1500 ~ 2000 ms para evitar los efectos de anticipación. Cada uno de los tres bloques de pruebas fue seguido por un breve descanso. La tarea tomó aproximadamente 30 minutos para completar.

Variables dependientes

Variables de comportamiento fueron el tiempo medio de reacción (RT) y la precisión de respuesta (en porcentaje) a los estímulos objetivo, mientras que variables electrofisiológicas fueron la amplitud media adaptativa y la latencia de la P3a frontal y la P3b centroparietal. Se realizaron análisis estadísticos sobre los datos promediados por sujetos, siendo los promedios de los sujetos las observaciones. El modelo de análisis primario fue el ANOVA de medidas repetidas, siendo las variables fisiológicas dependientes las descritas anteriormente. Por lo tanto, la amplitud y latencia de cada componente de ERP se analizaron para las regiones de interés (ROI) y la ventana de tiempo preseleccionadas. La ventana de tiempo estaba en el rango de 300-590 ms para ambas medidas P300. El ROI para el frontal P3a incluyó AFz, AF3, AF4, Fz, F1, F2, F3, F4 y cuatro sitios de EEG vecinos (canales EGI 10,19, 5,12, 3, 1). Los canales de EEG frontales, AF3, F19, F12, EGI-4 y EGI-2 se utilizaron como ROI frontal izquierdo, mientras que los canales AF4, F5, F10, EGI-3 y EGI-1 para el ROI frontal derecho. También se realizaron análisis para los sitios de EEG frontales de la línea media (AFz, Fz). El ROI para el P2b centroparietal incluyó Cz, CPz, Pz, CP3, CP4, CPXNUMX, CPXNUMX y cuatro canales EGI vecinos, y se calcularon por separado para los ROI de la línea media, derecha e izquierda. Figura 1 y XNUMX ilustra el diseño de la red de sensores de geodésicas eléctricas y las ROI.

Figura 1 y XNUMX 

Electrical Geodesics Inc. Diseño de la red de sensores (versión 2.1) para sitios EEG de canal 128 con numeración de canal. Las regiones de interés (ROI) frontal (para el componente P3a) y centro-parietal (para el componente P3b) están resaltadas.

Inicialmente, todas las variables dependientes se analizaron utilizando ANOVA de una vía para encontrar diferencias grupales (CNT vs. SUD, CNT vs. DUAL, SUD vs. DUAL, CNT vs. SUD + DUAL). Luego, los datos para la variable ERP dependiente seleccionada se analizaron utilizando ANOVA de medidas repetidas con los siguientes factores (todos dentro de los participantes): Tipo de estimulo × (objetivo, no objetivo) × Categoría Cue (neutral, droga, trauma) × Hemisferio (izquierda contra derecha). Entre los factores sujetos en las tareas se Grupo procesos (DUAL, SUD, CNT) y las siguientes variaciones de agrupación (CNT vs. DUAL; CNT vs. SUD, DUAL vs. SUD). El análisis post-hoc se realizó utilizando la prueba de Tukey para grupos con tamaño de muestra desigual. Las hipótesis a priori se probaron con pruebas t de Student de dos colas para grupos con varianza desigual. En todos los ANOVA, se emplearon valores p corregidos por Greenhouse-Geisser (GG) cuando fue apropiado. Para el análisis estadístico se utilizaron los paquetes SPSS (v.14) y Sigma Stat 3.1. Los mapas topográficos se crearon utilizando la interpolación de columna esférica disponible en las herramientas de trabajo de EGI Net Station (v. 4.01).

RESULTADOS

Respuestas de comportamiento

Tiempo de reacción (RT) fue globalmente más lento en los grupos SUD y DUAL en comparación con los controles (CNT), sin embargo, el ANOVA de una vía mostró una significación de las diferencias de RT entre los controles y los adictos (ambos grupos, SUD y DUAL, SUD + DUAL) solo para objetivos de trauma (529.6 ± 55.9 ms) CNT vs. 642.6 ± 121.9 todos los adictos, F (1,33) = 6.25, p = 0.018). Estas diferencias se expresaron muy bien cuando se comparó el grupo CNT con el grupo DUAL en objetivos de categorías neutrales y de trauma (estrés). Los objetivos estresantes tuvieron un efecto principal en la RT en todos los sujetos (517 ms neutral frente a 581 ms objetivo traumático, F (2,27) = 15.18, p = 0.001). También hubo una tendencia a la diferencia entre los grupos en los objetivos de trauma (CNT vs. DUAL, F = (2,27) = 4.63, p = 0.046), y una diferencia marginal Categoría (neutral, trauma) × Grupo procesos Interacción (CNT, DUAL) (F = (4,36) = 4.66, p = 0.046), con RT a objetivos neutros similares, mientras que RT a claves de trauma son más lentas en el grupo DUAL. Objetivo Categoría (neutro, trauma, fármaco) tuvo un efecto principal (RT más corto a neutral, más largo al trauma, F (2,36) = 4.89, p = 0.016) que muestra que esta manipulación de la categoría emocional del estímulo estaba afectando a la RT en todos los sujetos. No hubo diferencias significativas en la RT entre los grupos SUD y DUAL.

Exactitud

La comparación entre todos los grupos de 3 no produjo diferencias en la tasa de error. Sin embargo, cuando los controles y los adictos se compararon por separado, Cue Categoría (neutral, trauma, droga) × Grupo procesos Se encontró una tendencia de interacción (CNT, SUD), F (2,27) = 3.98, p = 0.043, que se puede describir como una tendencia a una tasa de error menor 5.89% (SUD) frente a 9.25% (CNT) en objetivos farmacológicos y una mayor tasa de errores en objetivos neutrales (11.5% vs. 6.6%) en adictos. Las comparaciones de los grupos CNT y DUAL en la misma medida de precisión también mostraron una tendencia hacia Categoría × Grupo procesos interacción (F (2,18) = 3.86, p = 0.049), con pacientes DUAL en comparación con los controles que cometen más errores en objetivos de trauma, pero no en objetivos de drogas o neutros.

Potenciales relacionados con eventos

Los datos de un sujeto de DUAL y 2 del grupo de solo SUD no se incluyeron en el análisis de ERP debido a un número excesivo de artefactos causados ​​por el movimiento, parpadeos, etc. Por lo tanto, informamos datos sobre los controles de 9 (grupo CNT), sujetos de 12 con SUD sin PTSD (grupo SUD), y sujetos 10 con comorbilidad SUD-PTSD (grupo DUAL). Para ciertas comparaciones entre controles y grupos de adicción, se incluyeron para el análisis y también un grupo de adicción combinado (grupo SUD + DUAL).

P300 Frontal (P3a)

Amplitud de P3a

Categoría Cue (neutro, trauma, fármaco) tuvo un efecto principal sobre la amplitud de P3a (F (2,28) = 15.6, p = 0.006), con la mayor amplitud del componente P3a en el trauma, mientras que el más bajo en señales de drogas. Estímulo El tipo (objetivo, no objetivo) también tuvo un efecto principal (F (1,28) = 7.33, p = 0.011), con una amplitud mayor a los objetivos que a los no objetivos. La comparación de los controles (N = 9) con todos los adictos (grupos SUD y DUAL, N = 21) mostró una señal significativa Categoría (neutral, trauma, droga) × Hemisferio (izquierda, derecha) × Grupo procesos interacción (F (2,27) = 9.42, p = 0.001), donde los adictos mostraron P3a más grande a las señales de drogas, pero no a señales neutrales, y manifestaron menos diferencias hemisféricas. Figuras Figuras22 y Y33 ilustra una mayor amplitud de P3a a señales relacionadas con drogas no específicas en adictos a la cocaína. El efecto del P3a mejorado se expresó mejor a la izquierda que al sitio frontal derecho. Se observó el mismo efecto cuando los controles (CNT, N = 9) se compararon con adictos sin PTSD (SUD, N = 12): F (2,18) = 4.12, p = 0.03.

Figura 2 y XNUMX 

Amplitud del componente P3a frontal a señales neutrales, de estrés y de drogas no objetivo en los grupos de control (N = 9) y adicción combinada (N = 21). Los sujetos adictos muestran una reactividad excesiva ante señales de drogas no objetivo.
Figura 3 y XNUMX 

ERP frontal para indicaciones de drogas dirigidas y no específicas en tres grupos de sujetos.

Las comparaciones de los grupos control y diagnóstico dual mostraron una señal. Categoría (neutral, trauma, droga) × Estímulo(objetivo, no objetivo) × Grupo procesos (CNT, DUAL) efecto de interacción (F (2,38) = 4.52, p = 0.038, GG corregida df = 1.19), y un bien manifestado Categoría × Hemisferio × Grupo procesos efecto (F (2,38) = 8.14, p = 0.005). El efecto se puede describir como un P3a más grande para objetivos de trauma que para no objetivos en los sitios frontales correctos, y una menor amplitud para neutros y no objetivos de drogas que los objetivos. Figura 4 y XNUMX muestra esta señal Categoría × Grupo procesos Interacción para las señales de destino en el control y los sujetos duales.

Figura 4 y XNUMX 

Amplitud del componente P3a frontal a objetivos neutros, de estrés y farmacológicos en sujetos control y pacientes duales (SUD con TEPT). Los pacientes duales muestran una reactividad excesiva a las señales traumáticas relacionadas con el estrés.

Latencia de P3a

ANOVA de una vía mostró diferencias significativas entre tres grupos (CNT, SUD, DUAL) en la latencia de P3a a objetivos neutros (F (2,29) = 4.32, p = 0.022), objetivos traumáticos (F (2,29) = 3.71, p = 0.036) y no objetivos (F (2,29) = 7.65, p = 0.002), objetivos de drogas (F (2,29) = 4.55, p = 0.019) y no objetivos de drogas (solo en el lado derecho, F (2,29) = 4.74, p = 0.016). Los pacientes duales mostraron una latencia P3a más larga para objetivos neutros y no objetivos, mientras que los grupos SUD y DUAL tenían latencias más largas para objetivos farmacológicos y no objetivos que los controles. La mayoría de las diferencias interesantes se revelaron durante la comparación de grupos de pacientes solo de adicción frente a dos pacientes. Estímulo type (target, non-target) tuvo un efecto principal (F (1,20) = 5.52, p = 0.03), pero la señal Categoría (neutral, trauma, cue) no tuvo ningún efecto principal sobre la latencia en estos grupos. Estímulo × Categoría × Grupo procesos (SUD, DUAL) produjo una interacción significativa (F (2,38) = 5.56, p = 0.014). En particular, la latencia de P3a se retrasó globalmente tanto para las señales objetivo como para las no objetivo en pacientes DUAL en comparación con los pacientes con SUD, y fue más prolongada para el trauma no objetivo y para las señales de trauma (Figura 5 y XNUMX).

Figura 5 y XNUMX 

ERP frontal para indicaciones relacionadas con el estrés traumático no objetivo en tres grupos de sujetos (CNT, SUD, DUAL). El grupo DUAL muestra P3a más alto y retrasado para imágenes relacionadas con el estrés objetivo y no objetivo.

P300 Centro-parietal (P3b)

Amplitud de P3b

Ambos cue Categoría (F (2,28) = 56.01, p = 0.006) y Estímulo type (target, non-target) (F (1,29) = 7.32, p = 0.011) ejerció el efecto principal en la amplitud de P3b. Comparación de P3b entre controles y adictos revelado Estímulo (objetivo, no objetivo) × Hemisferio (izquierda, derecha) × Grupo procesos (CNT, toda la interacción SUD), F (2,58) = 4.21, p = 0.03., El grupo de pacientes tuvo un P3b más bajo que neutro, pero no con indicaciones de medicamentos, y diferencias hemisféricas menos diferenciadas en comparación con los controles. La amplitud de P3b en adictos fue mayor en respuesta a las señales de categoría de drogas en el hemisferio izquierdo. UNA Estímulo × Hemisferio × Grupo procesos también se encontró interacción cuando se compararon los grupos CNT y DUAL (F (2,38) = 3.86, p = 0.031; GG corregido, df = 1.59, p = 0.042).

Latencia de P3b

Esta medida mostró una Hemisferio × Grupo procesos interacción (F (1,28) = 4.84, p = 0.036 CNT vs. todos los SUD). Estas diferencias en el hemisferio inferior izquierdo y derecho fueron mejor visibles cuando se comparó el grupo de CNT y SUD-only (F (1,28) = 5.40, p = 0.028). El mismo efecto fue marginalmente cercano, pero no alcanzó el nivel de significación cuando se compararon los grupos CNT y DUAL.

DISCUSIÓN

Nuestro experimento probó la hipótesis de que los circuitos corticales de evaluación de estímulos han sido condicionados a señales de drogas en el grupo de adicción (reactividad de señal de drogas) y condicionados a señales relacionadas tanto con drogas como con estrés en un grupo de pacientes con adicción a la cocaína y comorbilidad con TEPT (drogas). - y la reactividad estrés-cue). Se predijo que los componentes P3a frontal y P3b centro-parietal serían más grandes para los objetivos que los no objetivos en cada categoría de imágenes en todos los grupos de sujetos (CNT, SUD, DUAL), pero se predijo que P3a y P3b eran más grandes para el fármaco señales relacionadas (tanto con objetivos como sin objetivos) en el grupo solo de SUD en comparación con los controles, mientras que son más importantes para las categorías relacionadas con las drogas y el estrés en sujetos con diagnóstico dual en comparación con los controles y adictos a la cocaína sin trastorno de estrés postraumático. Específicamente, tales predicciones asumieron la presencia de un efecto principal para el tipo de estímulo (objetivo, no objetivo), P300 más grande para los objetivos, pero no Estímulo × Grupo procesos Interacción. En el mismo tipo nuestra hipótesis predijo un efecto principal de Categoría (neutral, estrés, droga), y una Categoría × Grupo procesos interacciones, es decir, ERP más grandes para imágenes de drogas en ambos grupos de adictos a la cocaína (SUD, DUAL), y ERP más grandes de interés para imágenes de estrés traumático en el grupo DUAL en comparación con los grupos control y SUD.

Nuestras predicciones fueron parcialmente confirmadas por los resultados obtenidos. Nuestros datos mostraron los componentes P3a y P3b más grandes predichos para dirigir los estímulos (efecto principal para Estímulo), independientemente del estímulo Categoría (neutral, estrés, drogas), tanto en los adictos como en los controles, a pesar de que la reactividad frente a traumas no específicos y señales de drogas fue globalmente mayor en los grupos de adicción en comparación con los controles. Varias interacciones de orden superior (Estímulo × Categoría × Grupo procesos; Categoría × ​​Hemisferio × Grupo) se obtuvieron para la amplitud y latencia de P3a cuando los grupos de adictos se compararon con el grupo de control. Los pacientes con DUAL mostraron el aumento previsto de P3a a las señales de estrés traumático (diferencialmente a objetivos y no objetivos) que alcanzaron significación, lo que respalda la mayor capacidad de respuesta y se orienta a los estímulos de estrés traumático en los pacientes con diagnóstico doble. El grupo de pacientes adictos sin trastorno de estrés postraumático mostró el P3a frontal mayor predicho a la categoría de indicación de medicamentos, siendo P3a mayor en el hemisferio izquierdo, que se sabe que está involucrado en el procesamiento de tendencias de motivación de acercamiento (apetito) (Davidson, 2002). Vale la pena señalar que el P3b centro-parietal mostró en nuestro estudio similar pero menos pronunciado Categoría × Grupo procesos efectos que el P3a frontal, lo que sugiere que el P3a puede ser un índice más sensible de estímulos relacionados con drogas y estrés en adictos a la cocaína con trastorno de estrés postraumático comórbido.

Mientras que los estudios con usuarios activos de cocaína han indicado una fuerte reacción física a los estímulos relacionados con las drogas (Carter y Tiffany, 1999, Childress et al., 1993; Grant et al., 1996, London et al., 1999), la investigación que examina un sesgo de atención para los estímulos relacionados con la cocaína ha sido limitada (Franken et al., 2000). Nuestro estudio amplió el alcance mediante el uso de señales relacionadas con el fármaco y el estrés en el grupo de pacientes con diagnóstico dual. Los datos obtenidos mostraron una reactividad reducida a imágenes emocionalmente neutrales y estresantes en adictos a la cocaína sin trastorno de estrés postraumático. Se ha demostrado que la experiencia de las emociones por parte de quienes abusan de sustancias psicoestimulantes se ve distorsionada como resultado de la desregulación de los mecanismos cerebrales involucrados en los procesos motivacionales y emocionales (Goldstein y Volkow, 2002; Volkow et al., 2004). Los resultados concuerdan con los informes de otros estudios que indican que los individuos con adicción a la cocaína producen una baja activación de los estímulos afectivos naturales, pero presentan una alta activación en estas estructuras cerebrales en respuesta a elementos relacionados con las drogas (Garavan et al., 1999, 2000; Grant et al., 1996; Hester, Dixon y Garavan, 2006).

Se ha propuesto que una sensibilización de los circuitos motivacionales hacia los estímulos asociados con las drogas podría estar asociada con la respuesta motivadora del deseo (Bonson et al., 2002; Robinson y Berridge, 1993), lo que también podría provocar una inhibición de la respuesta emocional a otros refuerzos naturales no relacionados con el uso de drogas. Una de las características principales de la conducta adictiva es la preocupación de las personas dependientes de drogas con drogas y parafernalia de drogas que se puede conceptualizar de acuerdo con Franken (2003) como un sesgo de atención. En la adicción a la cocaína, los elementos relacionados con la cocaína y la parafernalia de las drogas se seleccionan en repetidas ocasiones por la atención al procesamiento consciente, y las representaciones relacionadas con las drogas se marcan de manera desproporcionada según sea relevante.

La hipótesis del sesgo de atención hacia el procesamiento de estímulos salientes es un proceso cognitivo implícito que está mal controlado. Dicho procesamiento automático es similar al reflejo de orientación de una nueva señal. La naturaleza automática de las conductas adictivas también fue descrita por otros estudios (Hester, Dixon y Garavan, 2006; Lubman et al., 2000). Los efectos secundarios relacionados con el uso indebido de drogas en la corteza prefrontal medial (PFC) podrían ir acompañados de deficiencias en la regulación emocional y, específicamente, en la inhibición de todas las motivaciones y emociones distintas del deseo (London et al., 2000; Shalev, Grimm y Shaham, 2002). El control de PFC disminuido de los circuitos fronto-estriatales permite respuestas más habituales mediadas por las estructuras posterior y subcortical (p. Ej., Ganglios basales, estriado) para controlar la conducta.

Existe una evidencia convergente de que los procesos automáticos implícitos también están involucrados en el procesamiento del miedo (Mogg y Bradley, 1998). Los estudios de neuroimagen mostraron que las áreas corticales prefrontales mediales modulan el miedo respondiendo a través de conexiones inhibitorias con la amígdala (Davidson, 2002; Devinsky et al., 1995). Se planteó la hipótesis de que la disfunción de la interacción de las estructuras prefrontales y límbicas desempeña un papel en el fracaso de la extinción al miedo en el trastorno de estrés postraumáticoBremner et al., 1996, 1999, 2004). El trastorno de estrés postraumático a menudo se conceptualiza en términos de miedo condicionado con la adquisición de memoria emocional mejorada mediada por una amígdala hipersensible y el retraso de la extinción debido a la falla del control inhibitorio del PFC medial y la corteza cingulada anterior (ACC) sobre la amígdalaCharney et al., 1993; Gilboa et al., 2004; Grillon et al., 1998; Li y Sinha, 2008; Rauch et al., 1996). Estos déficits de PFC pueden mejorar aún más los efectos de la hiperactivación de la amígdala, lo que aumenta la frecuencia y la intensidad de los síntomas de TEPT (Bremner et al., 1999). Las emociones negativas típicas del trastorno de estrés postraumático y la disminución de la capacidad de afrontamiento del estrés pueden aumentar el deseo y promover la búsqueda de drogas y las conductas de recaída (Goeders, 2003; Koob, 1999). En individuos con diagnóstico dual, la reactividad ante señales traumáticas y de drogas puede representar una respuesta condicionada e incondicionada combinada que aumenta la vulnerabilidad para una mayor progresión del consumo de drogas.

La adicción a las drogas conduce a déficits de control frontal de arriba hacia abajo. El control inhibitorio deficiente resulta en una incapacidad para anular las conductas habituales de búsqueda de drogas, lo que permite señales externas sobresalientes (señales relacionadas con el medicamento y relacionadas con el estrés y la droga en un caso de trastorno de estrés postraumático comórbido) y ansia patológica (y miedo en PTSD) conducir el comportamiento. Las personas genéticamente predispuestas a la desinhibición conductual son más vulnerables al abuso impulsivo de drogas (Bauer, 1997). Los resultados del control inhibitorio prefrontal reducido también disminuyen la capacidad para anular las respuestas al estrés y, en general, las habilidades deficientes para sobrellevar el estrés (Koob y Le Moal, 2001; Li y Sinha, 2008; Sinha et al., 1999). Por lo tanto, el comportamiento adictivo conduce a anomalías funcionales que dan como resultado un desequilibrio en los valores de recompensa debido a la hipersensibilización a los estímulos de drogas y la motivación asociada con las drogas a expensas de un refuerzo natural. El trastorno de estrés postraumático también contribuye a la severidad de la dependencia de las drogas a través de una mayor reactividad a los estímulos externos relacionados con el estrés traumático y los estados emocionales negativos en respuesta a señales internas externas (por ejemplo, flashbacks, memorias relacionadas con el estrés y reflexiones, etc.).

El uso activo de cocaína y las alteraciones relacionadas con el retiro de cocaína en las estructuras neuronales involucradas en la respuesta al estrés son bien conocidas (Koob et al., 2004), y estos cambios neuroadaptativos en los circuitos de estrés, de acuerdo con Li y Sinha (2008), puede contribuir a aumentar la prominencia de las drogas y los estímulos relacionados con las drogas en una variedad de contextos de desafío o "estrés" (Robinson & Berridge, 2000; Sinha, 1999). Además, también han propuesto que las alteraciones relacionadas con la adicción en los circuitos córtico-estriatal-límbicos pueden contribuir a reducir la capacidad de afrontamiento, la flexibilidad de comportamiento deficiente y la capacidad deficiente de resolución de problemas durante los niveles crecientes de estrés o desafíos emocionales en los usuarios de estimulantes psicoactivos (Li y Sinha, 2008; Sinha et al., 2006).

Este proyecto estudia componentes específicos de los potenciales cerebrales relacionados con eventos y medidas conductuales (tiempo de reacción y precisión) para investigar la reactividad a las señales relacionadas con las drogas y el estrés en personas con trastorno por consumo de cocaína con TEPT comórbido. Muestra que la tarea cognitiva que emplea señales emocionalmente desafiantes podría usarse como una herramienta de diagnóstico potencialmente útil para evaluar el funcionamiento cognitivo y emocional en el abuso de cocaína y el TEPT. Estos parámetros de ERP y conductuales probablemente podrían usarse como medidas útiles que pueden emplearse para evaluar los resultados clínicos y de investigación en intervenciones tanto farmacológicas como conductuales y de neurofeedback. Estas evaluaciones psiquiátricas y de funcionamiento cognitivo basadas en ERP fueron una parte importante de las evaluaciones clínicas de nuestros sujetos ambulatorios en la etapa de admisión, ya que la mayoría de los adictos a la cocaína expresaron su disposición a inscribirse en un ensayo de tratamiento conductual integrado basado en neurofeedback y entrevistas motivacionales. Estos resultados contribuyen a una mejor comprensión de la interacción neurobiológica entre estos trastornos mentales y también ofrecen una base para un modelo que explique la alta prevalencia de esta forma particular de diagnóstico dual mediante el uso de métodos y teorías de neurociencia cognitiva.

 

Figura 6 y XNUMX 

Amplitud del P3b centro-parietal a todos los estímulos neutros, de estrés y de drogas en controles y adictos a la cocaína sin TEPT.
Figura 7 y XNUMX 

ERP centro-parietal para identificar señales de drogas no específicas en tres grupos de sujetos. Los adictos a la cocaína de los grupos SUD y DUAL en comparación con los controles muestran una mayor reactividad a las señales de drogas no objetivo.
Figura 8 y XNUMX 

Potenciales relacionados con eventos en el retorno de la inversión frontal y parietal en respuesta a señales de drogas no objetivo. Los adictos a la cocaína de los grupos SUD y DUAL tienen una mayor reactividad de señal en el ROI frontal.

Agradecimientos

Este estudio fue apoyado por la subvención del Comité de Investigación ISNR y la subvención NIDA R03DA021821 a Tato Sokhadze.

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