Hacia un modelo animal de adicción a la comida (2012)

Hechos de Obes. 2012 Abr 19; 5 (2): 180-195. [Epub antes de imprimir]

de Jong JW, Vanderschuren LJ, Adan RA.

Fuente

Instituto Rudolf Magnus de Neurociencia, Departamento de Neurociencia y Farmacología, Centro Médico Universitario de Utrecht, Utrecht, Países Bajos.

Resumen

La prevalencia dramáticamente creciente de la obesidad, asociada con problemas de salud potencialmente mortales, incluidas las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo II, plantea un enorme problema de salud pública. Se ha propuesto que la epidemia de obesidad puede explicarse por el concepto de "adicción a la comida". En esta revisión, nos centramos en las posibles similitudes entre el trastorno por atracón (BED), que es muy frecuente en la población obesa y la adicción a las drogas. De hecho, se han demostrado similitudes tanto neuronales como de comportamiento entre la adicción y la BED. Las similitudes de comportamiento se reflejan en la superposición de los criterios del DSM-IV para la adicción a las drogas con los criterios (sugeridos) para la BED y el comportamiento similar a la adicción a la comida en animales después de un acceso intermitente prolongado a alimentos sabrosos. Las similitudes neuronales incluyen la superposición en las regiones del cerebro involucradas en la comida y el deseo por las drogas. Se ha encontrado una disminución en la disponibilidad del receptor D2 de dopamina en el estriado en modelos animales de atracones, después de la autoadministración de cocaína en animales, así como en la adicción a las drogas y la obesidad en humanos.

Para explorar más a fondo las bases neurobiológicas de la adicción a los alimentos, es esencial contar con un modelo animal para probar el potencial adictivo de los alimentos sabrosos. Un modelo animal desarrollado recientemente para la adicción a las drogas incluye tres características de comportamiento que se basan en los criterios del DSM-IV:

i) extremadamente alta motivación para obtener la droga,

ii) dificultad para limitar la búsqueda de drogas incluso en períodos de no disponibilidad explícita,

iii) la continuación de la búsqueda de drogas a pesar de las consecuencias negativas.

De hecho, se ha demostrado que un subgrupo de ratas, después de una autoadministración prolongada de cocaína, obtiene un resultado positivo en estos tres criterios. Si los alimentos poseen propiedades adictivas, las ratas adictas a los alimentos también deben cumplir con estos criterios mientras buscan y consumen alimentos. En esta revisión, discutimos la evidencia de la literatura sobre el comportamiento similar a la adicción a la comida. También sugerimos futuros experimentos que podrían contribuir aún más a nuestra comprensión de los puntos en común de comportamiento y neurológicos y las diferencias entre la obesidad y la adicción a las drogas.

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