Integración de consideraciones psicológicas y neurobiológicas con respecto al desarrollo y mantenimiento de trastornos específicos del uso de Internet: un modelo de interacción de persona-afecto-cognición-ejecución (I-PACE) (2016)

Neurociencia y Biobehavioral Comentarios

Disponible en línea 30 2016 agosto. Artículo de revisión.

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Destacados

  • Los trastornos en el uso de Internet implican interacciones entre la persona y el afecto, la cognición y la ejecución.
  • El afecto y la cognición median los procesos de desorden de uso de Internet.
  • Las características ejecutivas y afectivas interactúan en los procesos de desorden de uso de Internet.
  • Los procesos de condicionamiento impactan las interacciones de Persona-Afecto-Cognición-Ejecución.
  • La función ventral estriatal y prefrontal está vinculada a trastornos del uso de Internet

Resumen

En las últimas dos décadas, muchos estudios han abordado el fenómeno clínico de los trastornos del uso de Internet, con un enfoque particular en el trastorno de los juegos de Internet. Sobre la base de consideraciones teóricas anteriores y hallazgos empíricos, sugerimos un modelo de Interacción de la Persona-Afecto-Cognición-Ejecución (I-PACE) de trastornos específicos del uso de Internet. El modelo I-PACE es un marco teórico para los procesos subyacentes al desarrollo y mantenimiento de un uso adictivo de ciertas aplicaciones de Internet o sitios que promueven el juego, el juego, visualización de pornografía, compras, o comunicación. El modelo está compuesto como un modelo de proceso. Se considera que los trastornos de uso específico de Internet son la consecuencia de las interacciones entre los factores predisponentes, como las constituciones neurobiológicas y psicológicas, los moderadores, como los estilos de afrontamiento y los sesgos cognitivos relacionados con Internet, y los mediadores, como las respuestas afectivas y cognitivas a los factores desencadenantes situacionales. Combinación con funcionamiento ejecutivo reducido. Los procesos de acondicionamiento pueden fortalecer estas asociaciones dentro de un proceso de adicción. Si bien las hipótesis sobre los mecanismos subyacentes al desarrollo y mantenimiento de trastornos específicos del uso de Internet, resumidas en el modelo I-PACE, deben probarse empíricamente, se sugieren implicaciones para las intervenciones de tratamiento.

Palabras clave

  • adicción a Internet;
  • Trastorno de los juegos de internet;
  • Trastornos del uso de internet;
  • Cue-reactividad;
  • Control inhibitorio;
  • Funciones ejecutivas

1. Introducción

La primera descripción de un paciente con síntomas de adicción a Internet fue publicada por Kimberly. Young (1996). Aunque el grado en que Internet se puede considerar como un foco de una adicción o facilita comportamientos adictivos (o si el compromiso excesivo o problemático en los comportamientos relacionados con Internet debe considerarse dentro de un marco de adicción en absoluto) sigue siendo un tema de debate (Petry y O'Brian, 2013), ha habido cambios significativos en la disponibilidad y el uso de Internet desde 1996. En las últimas dos décadas, la investigación sobre la adicción a Internet ha crecido significativamente. Muchos estudios han evaluado los factores epidemiológicos de un uso adictivo de Internet, su prevalencia en diferentes países, así como sus comorbilidades y correlatos de personalidad (ver revisiones recientes de Cash et al., 2012, Kuss y López-Fernández, 2016, Pezoa-Jares et al., 2012, Pontes et al., 2015, Spada, 2014 y Suissa, xnumx). En la quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadística (DSM-5) (APA, 2013), El trastorno de los juegos de Internet, como un tipo específico de adicción a Internet, se ha incluido recientemente en la sección III, enfatizando que es muy probable que esta condición tenga importancia clínica, pero que se necesita más investigación para asegurar su relevancia clínica y la fenomenología exacta . Aunque el término adicción a internet se discute polémicamente (Starcevic, 2013), podría decirse que es el término más utilizado en publicaciones internacionales (por ejemplo, Brand et al., 2014a, Brand et al., 2014b, Chou et al., 2005, Dong et al., 2013b, Douglas et al., 2008, Griffiths, 1999, Hansen, 2002, Kuss y Griffiths, 2011a, Kuss et al., 2014, Weinstein y Lejoyeux, 2010, Widyanto y Griffiths, 2006, Joven, xnumx, Joven, xnumx y Young et al., 2011). Sin embargo, dadas las controversias sobre el uso del término adicción y para ser coherentes con la nomenclatura existente en DSM-5 y la nomenclatura propuesta en ICD-11, usaremos más frecuentemente el término trastorno (s) de uso de Internet, excepto cuando sea más preciso utilizar el término adicción a Internet (por ejemplo, cuando se hace referencia a la literatura anterior).

Aunque el DSM-5 se centra en los juegos en Internet, un número significativo de autores indica que las personas que buscan tratamiento también pueden usar otras aplicaciones de Internet o sitios de forma adictiva. Los ejemplos destacados incluyen el juego, pornografía, redes sociales y sitios de compras. (Brand et al., 2014b, Griffiths, 2012 y Kuss y Griffiths, 2011b; Müller et al., En prensa.; Müller et al., 2016 y Young et al., 1999). Por lo tanto, la actividad en Internet de individuos que informan sobre características de uso adictivo debe especificarse, porque los individuos no son adictos al medio en sí mismo. per se, pero al contenido que están usando (ver discusión completa en Starcevic, 2013). La evidencia empírica también sugiere diferenciar entre una adicción a Internet más generalizada y tipos específicos de uso adictivo de Internet (por ejemplo, Montag et al., 2015 y Pawlikowski et al., 2014). De acuerdo con esta noción, argumentamos utilizar el término trastornos específicos del uso de Internet, lo que implica que el contenido utilizado debe especificarse, por ejemplo, trastorno del juego en Internet, trastorno del juego en Internet, ITrastorno de la visualización de la pornografía, etc. (Brand et al., 2014b). El conocimiento de los procesos comunes y distintos detrás de estos fenómenos puede tener un impacto significativo en las políticas, los esfuerzos de prevención y los tratamientos clínicos.

Tanto para la investigación como para la práctica clínica, los modelos teóricos de los mecanismos que subyacen al desarrollo y mantenimiento de conductas adictivas son muy importantes. Para la adicción a Internet, se han publicado dos modelos teóricos en 2014, uno por Brand et al. (2014b), y otro, que se centra en los juegos de Internet, por Dong y Potenza (2014). Desde la publicación de estos dos modelos, existen nuevos hallazgos de investigación que confirman en parte ciertos supuestos teóricos de los modelos, pero que también dan lugar a nuevas ideas sobre los mecanismos involucrados en el proceso de adicción. En consecuencia, creemos que revisar nuestro modelo sobre trastornos específicos del uso de Internet (Brand et al., 2014b) es oportuno, dado que los modelos teóricos y los marcos deberían modificarse basándose en los nuevos datos que surgen de la investigación.

El objetivo del presente artículo es sugerir una versión revisada de nuestro modelo sobre trastornos específicos del uso de Internet. Los objetivos específicos son los siguientes. Primero, integramos la investigación actual sobre trastornos del uso de Internet en el modelo teórico. También integramos hallazgos y supuestos teóricos de otras áreas de investigación, por ejemplo, al referirnos a conceptos conocidos de la investigación de dependencia de sustancias. Esto es consistente con la idea de clasificar los trastornos de uso de Internet y otras adicciones de comportamiento junto con los trastornos de uso de sustancias como conductas adictivas (cf. Chamberlain et al., 2015, Derbyshire y Grant, 2015, Fauth-Bühler y Mann, 2015, Fauth-Bühler y otros, 2016, Grant et al., 2006, Grant y Chamberlain, 2015, Grant et al., 2010, Kraus et al., 2016, Potenza, 2006 y Robbins y Clark, 2015). En segundo lugar, nuestro objetivo es sugerir el modelo revisado como un modelo general para tipos específicos de trastornos del uso de Internet, que luego se puede especificar en futuros estudios con respecto a ciertas formas de uso de Internet (por ejemplo, juegos, juegos de azar, pornografia, cibersexo, redes sociales, compras / compras, etc.). Tercero, nuestro objetivo es expresar e ilustrar el proceso de desarrollo y mantenimiento de conductas adictivas específicas. Al hacer esto, distinguimos explícitamente entre los factores predisponentes, que hacen que las personas sean vulnerables a desarrollar trastornos específicos del uso de Internet, y las variables que actúan como moderadores y mediadores en el proceso de adicción. Las variables moderadoras y mediadoras son componentes importantes de los modelos teóricos para trastornos psiquiátricos / psicológicos, porque las intervenciones farmacológicas y psicológicas pueden abordar las variables moderadoras y mediadoras de manera efectiva, mientras que ciertos factores de vulnerabilidad (por ejemplo, vulnerabilidad genética, personalidad) pueden ser relativamente estables (Brand et al., 2014a). Dichos modelos teóricos, o partes de ellos, pueden luego transferirse a modelos estadísticos, que pueden probarse empíricamente en estudios futuros. Al comprender los mecanismos detrás de los fenómenos, la política, la prevención y los esfuerzos de tratamiento pueden desarrollarse y probarse sobre la base de hipótesis sistemáticas. Nuestro objetivo es sugerir dicho marco teórico para un modelo de proceso, que esperamos inspire futuras investigaciones y prácticas clínicas.

2. Resumen de los modelos actuales sobre el desarrollo y mantenimiento de trastornos de uso de Internet

El modelo para la adicción a internet por Brand et al. (2014b) consta de tres partes: un modelo que describe el uso funcional / saludable de Internet, un modelo de adicción generalizada a Internet (ver Davis, 2001), y un modelo global de tipos específicos de adicción a internet. Aquí, nos centramos en la revisión del modelo sobre trastornos específicos del uso de Internet. Los tipos específicos se refieren al uso adictivo de un determinado género de aplicaciones o sitios, tales como juegos, juegos de azar, pornografía / cibersexo, Compras, redes sociales o comunicación. Esto significa que postulamos que los individuos tienen un “uso de primera elección”, que se considera comparable al “medicamento de primera elección” en individuos dependientes de sustancias.

Este modelo de trastornos de uso de Internet específicos incluye características psicopatológicas (por ejemplo, depresión, ansiedad social) y rasgos de personalidad disfuncionales, así como otras variables (por ejemplo, vulnerabilidad al estrés) como factores que representan predisposiciones. Más allá de los factores de vulnerabilidad más globales, hemos propuesto que las personas tengan características específicas, lo que las hace más vulnerables a usar ciertos tipos de aplicaciones o sitios de manera adictiva. Por ejemplo, una fuerte predilección por los juegos o una alta excitabilidad sexual en general puede explicar en parte por qué las personas usan excesivamente aplicaciones / sitios específicos (es decir, relacionados con juegos o visualización de pornografía, respectivamente) para experimentar gratificación y placer. En términos de un efecto de mediación, también hemos propuesto que las variables predisponentes pueden no tener un impacto directo en el desarrollo de un trastorno de uso de Internet específico, pero que están asociadas con ciertas expectativas de uso de Internet y estilos de afrontamiento disfuncionales. Las expectativas de uso y el afrontamiento se han considerado cogniciones centrales personales y pueden representar importantes variables moderadoras o mediadoras. Como parte final del modelo, el uso de la aplicación / sitio de primera elección resulta en una experiencia de gratificación y refuerzo positivo (Everitt y Robbins, 2016 y Piazza y Deroche-Gamonet, 2013). La gratificación lleva a un refuerzo positivo (y en parte negativo) del estilo de afrontamiento disfuncional, las expectativas sobre el uso de aplicaciones / sitios específicos de Internet y algunas características centrales, en particular las características psicopatológicas y las preferencias específicas. Además, hemos argumentado que estos mecanismos de aprendizaje pueden dificultar cada vez más que los individuos ejerzan un control ejecutivo e inhibitorio sobre su comportamiento de uso de Internet.

El modelo teórico del trastorno del juego en internet por Dong y Potenza (2014) También incluye actitudes personales y procesos cognitivos. En este modelo es fundamental el vínculo entre el estilo de toma de decisiones en términos de búsqueda de recompensa inmediata a pesar de las consecuencias negativas a largo plazo y la búsqueda de motivación (deseo) en términos de un impulso para experimentar placer y / o reducir el estrés. El tercer dominio involucra el control ejecutivo (inhibición y monitoreo) sobre la búsqueda de motivación, que se cree que se reduce en individuos con trastorno de juegos de Internet. Este supuesto es consistente con las teorías y los hallazgos empíricos del funcionamiento ejecutivo en individuos dependientes de sustancias (Goldstein y Volkow, 2011). En su modelo, Dong y Potenza (2014) Consulte las teorías sobre adicciones a sustancias, que están centradas en la recompensa. Un ejemplo es la teoría de la importancia del incentivo y la distinción de "gusto" de "querer" una droga (Berridge, 2007, Berridge et al., 2009, Robinson y Berridge, 2001 y Robinson y Berridge, 2008). Dong y Potenza (2014) También incluyó sugerencias para intervenciones de tratamiento, que podrían dirigirse a factores cognitivos y motivacionales específicos.

Ambos modelos, que comparten varios componentes principales, son teóricamente plausibles, y los estudios hasta la fecha han probado empíricamente partes de ellos. Estudios previos con trastornos de los juegos de Internet y otros tipos de trastornos del uso de Internet podrían mostrar que vale la pena considerar ciertos factores de vulnerabilidad, búsqueda de motivación y deseo, procesos cognitivos y toma de decisiones. Sobre la base de estos dos modelos teóricos e integración de los resultados de estudios recientes sobre trastornos del uso de Internet, así como otras áreas de investigación, Sugerimos un modelo de proceso teórico revisado para trastornos específicos del uso de Internet, cuyo objetivo es reflejar el proceso de adicción en el desarrollo y mantenimiento de trastornos específicos del uso de Internet.. Este modelo debe entenderse como un marco teórico para los trastornos de uso de Internet, aunque varias partes del modelo deben probarse empíricamente en estudios futuros, en particular en investigaciones que comparen diferentes tipos de trastornos de uso de Internet.

3. El modelo de interacción de persona-afecto-cognición-ejecución (I-PACE) de trastornos específicos del uso de Internet

El modelo I-PACE incluye los siguientes componentes principales: variables predisponentes, respuestas afectivas y cognitivas a estímulos internos o externos, control ejecutivo e inhibitorio, comportamiento de toma de decisiones que resulta en el uso de ciertos sitios / aplicaciones de Internet y consecuencias del uso de Internet. Aplicaciones / sitios de elección. El modelo está ilustrado en. .

Higo. 1. 

El modelo sobre el desarrollo y mantenimiento de un trastorno de uso de Internet específico. Las flechas en negrita representan las vías principales del proceso de adicción.

Opciones de figura

3.1. Variables predisponentes que representan las características básicas de la persona: el componente P del modelo

3.1.1. Constitución biopsicológica

Las variables predisponentes contribuyen a las características centrales de una persona, que pueden ser relativamente estables en el tiempo. Los primeros factores predisponentes son los factores genéticos y otros determinantes biológicos del comportamiento humano, como los aspectos ontogenéticos y las experiencias de la primera infancia y sus consecuencias biológicas resultantes y los efectos en las experiencias de aprendizaje. Con respecto a una posible contribución genética a los trastornos de uso de Internet, los estudios sugieren que hasta el 48% de las diferencias individuales en las características del trastorno de uso de Internet pueden deberse a factores genéticos, aunque los grados de las estimaciones de heredabilidad varían según las investigaciones (Deryakulu y Ursavas, 2014, Li et al., 2014 y Vink et al., 2015). Un ejemplo de las variaciones genéticas que se han relacionado con trastornos del uso de Internet están relacionados con los sistemas de dopamina (en particular, los polimorfismos). COMT Val158Met y ANKK1 / DRD2 Taq Ia), según lo informado por Han et al. (2007). Este hallazgo resuena con los hallazgos que relacionan los polimorfismos candidatos con otras adicciones conductuales, como el juego patológico ( Goudriaan et al., 2004 y Potenza, 2013). La región polimórfica unida al transportador de serotonina (5-HTTLPR) del gen que codifica el transportador de serotonina (SLC6A3) también se ha relacionado con trastornos de uso de Internet (Y. Lee et al., 2008). Con respecto al sistema colinérgico como un tercer sistema neuroquímico potencial involucrado en trastornos del uso de Internet, Montag et al. (2012) informó un enlace entre una variación genética de la CHRNA4 Características genéticas (relacionadas con el receptor colinérgico de nicotina / acetilcolina) y el uso de Internet. Sin embargo, estos estudios han involucrado muestras y análisis relativamente pequeños, caracterizados de manera incompleta, dirigidos a polimorfismos candidatos específicos. En resumen, aunque varios estudios iniciales proporcionan evidencia preliminar de posibles contribuciones genéticas a los trastornos de uso de Internet, se necesita más investigación (incluso de estudios de asociación de genoma completo). También es probable que las personas con diferentes tipos de trastornos del uso de Internet representen un grupo heterogéneo con respecto a sus perfiles genéticos. La mayoría de los estudios sobre genética han incluido personas con trastornos de los juegos de Internet o no han diferenciado entre diferentes tipos de uso ( Weinstein y Lejoyeux, 2015). Los estudios futuros deben solicitar explícitamente el uso de "primera elección" y comparar los perfiles genéticos entre las diferentes formas de trastornos del uso de Internet (por ejemplo, los relacionados con los juegos, los juegos de azar, visualización de pornografía, compra, y redes sociales).

Otros factores biopsicológicos, que pueden hacer que las personas sean vulnerables a desarrollar un trastorno mental en general o una conducta adictiva en particular, son experiencias negativas en la primera infancia, como trauma temprano, abuso emocional o físico y aislamiento social. De acuerdo con esta noción, algunos estudios han encontrado correlaciones entre eventos negativos en la vida temprana y trastornos del uso de Internet (Dalbudak et al., 2014 y Hsieh et al., 2016). Los eventos negativos de la vida en la primera infancia también se han relacionado con un estilo de apego inseguro, que también se ha encontrado relacionado con trastornos del uso de Internet (por ejemplo, Odaci y Çikrikçi, 2014 y Schimmenti et al., 2014) incluyendo Uso problemático de la pornografía en internet. (Kor et al., 2014). Un correlato biológico del estilo de apego inseguro son los niveles más bajos de oxitocina, que también se han asociado con el desarrollo de conductas adictivas (Baskerville y Douglas, 2010 y Sarnyai y Kovács, 2014). De acuerdo con esta noción, las experiencias estresantes en la primera infancia hacen que las personas sean más vulnerables a reaccionar intensamente al estrés en los adolescentes y en la edad adulta (Elsey et al., 2015) y para desarrollar trastornos mentales (Chen y Baram, 2016) y conductas adictivas (Briand y Blendy, 2010). En este contexto, las experiencias de la primera infancia en combinación con los estilos de los padres, las atmósferas familiares y el uso de los medios por Internet y los propios padres también pueden tener un impacto importante en el uso de Internet por parte de niños y adolescentes y el desarrollo de un trastorno del uso de Internet (Lam y Wong, 2015 y Zhang et al., 2016).

3.1.2. Rasgos psicopatológicos, personalidad y cogniciones sociales.

Más allá de estos factores de vulnerabilidad, que se desarrollan relativamente temprano o incluso están determinados prenatalmente, existe una amplia bibliografía sobre las correlaciones y comorbilidades de diversas características psicopatológicas y características de los trastornos de uso de Internet. La depresión y los trastornos de ansiedad (social), así como el trastorno por déficit de atención / hiperactividad (TDAH) se han considerado como las tres afecciones comórbidas principales de los trastornos de uso de Internet (consulte los metaanálisis de Ho et al., 2014 y Prizant-Passal et al., 2016). Con respecto a los factores de personalidad, los vínculos más consistentes se han encontrado entre las características del trastorno de uso de Internet y la alta impulsividad, baja autoestima, baja conciencia, alta timidez, alto neuroticismo, una tendencia a la procrastina y baja autodirección (Ebeling-Witte y otros, 2007, Floros et al., 2014, Hardie y Tee, 2007, Kim y Davis, 2009, Koo y Kwon, 2014, Müller et al., 2014, Niemz et al., 2005, Sariyska et al., 2014, Thatcher et al., 2008, Wang et al., 2015a y Weinstein et al., 2015). Las cogniciones sociales se han relacionado principalmente con el uso excesivo de sitios / aplicaciones de Internet que incluyen funciones de comunicación (por ejemplo, sitios de redes sociales y juegos de rol en línea). Una percepción de falta de apoyo social, sentimientos de aislamiento y soledad se han considerado importantes en este contexto (Caplan, 2007, Morahan-Martin y Schumacher, 2003, Odacı y Kalkan, 2010 y Pontes et al., 2014). Nuevamente, es probable que las personas con diferentes tipos de trastornos del uso de Internet tengan perfiles de personalidad específicos. Puede haber algunos puntos en común entre los diferentes grupos. Por ejemplo, se han observado mayores tasas de TDAH y una mayor impulsividad en los metanálisis recientes (ver citas más arriba). Sin embargo, también es probable que diferentes tipos de trastornos del uso de Internet estén vinculados a rasgos de personalidad específicos. Un ejemplo es el vínculo mencionado anteriormente entre las cogniciones sociales y el uso excesivo de aplicaciones de comunicación. Los estudios futuros deben abordar explícitamente los perfiles de personalidad entre diferentes formas de trastornos de uso de Internet para explorar correlaciones comunes y únicas del uso disfuncional de ciertas aplicaciones de Internet, como se ha hecho con respecto a otros campos (por ejemplo, con respecto a los trastornos por uso de sustancias). ).

3.1.3. Usando motivos

Los factores predisponentes mencionados anteriormente pueden representar factores de riesgo potenciales para el desarrollo del uso adictivo de Internet sin tener en cuenta las aplicaciones / sitios específicos de elección. Aunque la mayoría de los estudios mencionados investigaron los juegos de Internet o no definieron el uso seguro de la elección de manera precisa, algunas predisposiciones disyuntivas pueden explicar los motivos o preferencias individuales para usar aplicaciones o sitios específicos de manera excesiva. Los aspectos sociales son particularmente relevantes para el uso de sitios / aplicaciones de comunicación en línea (Kuss y Griffiths, 2011b). Extraversión y apertura a la experiencia (Correa et al., 2010) así como el narcisismo (Ryan y Xenos, 2011) también se consideran importantes en este contexto. La excitabilidad sexual, por otro lado, debería jugar un papel más central en el uso problemático de Internet pornografia y cibersexo. (Laier y Brand, 2014 y Lu et al., 2014). Los motivos específicos pueden predisponer a las personas a elegir formas específicas de uso de Internet, como sitios para Internet pornografia y cibersexo. (Paul y shim, xnumx y Reid et al., 2011), juegos (Billieux et al., 2013, Demetrovics et al., 2011, Rey y Delfabbro, 2014, Kuss et al., 2012, Ryan et al., 2006 y Yee, 2006), o de compras (Kukar-Kinney y otros, 2009). Otras subdivisiones también pueden tener sentido, por ejemplo, separar los motivos para usar La pornografía versus el uso de aplicaciones de citas sexuales. o diferenciar entre sitios de compras y sitios para subastas en línea. Sin embargo, la evidencia empírica de tales predisposiciones específicas es rara. Argumentamos que ciertas preferencias y motivos son relevantes para la selección de las aplicaciones / sitios de primera elección. Las investigaciones futuras deben considerar diferentes aplicaciones / sitios de primera elección cuando se investiga el uso de motivos en el contexto de trastornos de uso de Internet.

3.2. Respuestas afectivas y cognitivas a estímulos externos o internos: los componentes A y C del modelo

Después de revisar los factores generales y específicos de vulnerabilidad para desarrollar un trastorno de uso de Internet específico, queda una pregunta por qué algunas personas pueden usar ciertas aplicaciones / sitios de Internet de manera adictiva. En otras palabras, ¿cuáles son los mecanismos que subyacen en la decisión de usar una aplicación / sitio y que resultan en un control disminuido sobre el uso de Internet en ciertas situaciones?

Los factores situacionales se perciben subjetivamente, y la percepción subjetiva da como resultado respuestas afectivas y cognitivas vinculadas al nivel de estrés percibido (Dickerson y Kemeny, 2004 y Koolhaas et al., 2011). El estrés percibido como resultado de conflictos personales o estados anormales de ánimo (por ejemplo, estado depresivo o ansioso, euforia) puede influir en los procesos cognitivos, por ejemplo, al centrar la atención en recompensas a corto plazo y en la toma de decisiones de riesgo (Starcke y Brand, 2012; en prensa). Las respuestas de estrés subjetivo a los factores situacionales pueden influir en si las personas deciden usar Internet o no para enfrentar las cogniciones y los efectos asociados (o no).Tavolacci et al., 2013). Proponemos que los estímulos internos y externos puedan estar condicionados dentro de un proceso de adicción (Kalivas y Volkow, 2005 y Volkow et al., 2012) y luego puede desencadenar procesos afectivos y cognitivos que resultan en la decisión de usar la aplicación / sitio de Internet que elija. De acuerdo con esta noción, las personas con trastornos de los juegos de Internet pueden reaccionar con cambios en el estado de ánimo y otros síntomas de abstinencia cuando se enfrentan a señales relacionadas con Internet, y las señales relacionadas con la adicción pueden estar asociadas con la gratificación anticipada o la reducción de los síntomas de abstinenciaKaptsis et al., 2016, Osborne y otros, 2016 y Romano et al., 2013).

3.2.1. Albardilla

El estrés experimentado en la vida cotidiana y el uso posterior de Internet como una herramienta para hacer frente a eventos vitales problemáticos o estresantes también se han considerado factores importantes que pueden contribuir al desarrollo de trastornos del uso de Internet (Tang et al., 2014 y Whang et al., 2003). En particular, las tendencias hacia estrategias de afrontamiento impulsivo cuando se enfrentan con el estrés diario se han considerado problemáticas en este contexto (Tonioni et al., 2014). Algunos autores conceptualizan los trastornos del uso de Internet como un manejo disfuncional de la vida cotidiana (Kardefelt-Winther, 2014). Proponemos que las personas que tienen una mayor vulnerabilidad al estrés (como factores predisponentes) en combinación con estrategias de afrontamiento disfuncionales / impulsivas pueden estar más inclinadas a reaccionar con la necesidad de regular el estado de ánimo cuando se enfrentan a una situación estresante. Esta interacción podría dar como resultado una mayor probabilidad de usar la aplicación / sitio de Internet de elección, si la persona tiene la expectativa o ilusión (implícita o explícita) de que usar Internet es aliviar el estrés o tiene otros sesgos cognitivos relacionados con Internet.

3.2.2. Sesgos cognitivos relacionados con Internet

Varios factores cognitivos, como las actitudes disfuncionales generales, están relacionados con las características de los trastornos de uso de Internet (Noh y Kim, 2016) en combinación con las expectativas o incluso las ilusiones relacionadas con Internet (es decir, falsas creencias sobre los efectos del uso de ciertas aplicaciones / sitios (Taymur et al., 2016)), así como asociaciones implícitas. En el modelo propuesto, estos ejemplos de cogniciones explícitas e implícitas sobre el uso de Internet y sus posibles efectos en los individuos se resumen bajo el término sesgos cognitivos relacionados con Internet. Las características de la adicción a Internet pueden variar positivamente con las expectativas positivas (p. Ej., Experimentar placer) y evadir las expectativas (p. Ej., Escapar de la realidad) a un nivel bivariado (Brand et al., 2014a, Lee et al., 2014, Turel et al., 2011 y Xu et al., 2012). Además, se ha demostrado que las metacogniciones positivas sobre el uso de Internet median la relación entre la desregulación emocional y la adicción a Internet (Casale et al., 2016) así como la relación entre los síntomas psicopatológicos (depresión, ansiedad social) y el uso adictivo de los sitios de redes sociales (Wegmann et al., 2015). Estas expectativas se superponen con los motivos para utilizar Internet (ver más arriba). Se observa una diferencia en la estabilidad y concreción de los efectos. Se considera que los motivos son relativamente estables y predisponen el comportamiento del enfoque general hacia ciertas aplicaciones. Las expectativas concretas se refieren a las ideas y pensamientos sobre los efectos concretos que el uso de una aplicación o sitio específico probablemente tendrá en una situación determinada. Dichas expectativas pueden ser explícitas o implícitas, y un proceso cognitivo subyacente puede ser que el uso frecuente de una aplicación y la obtención de resultados positivos (p. Ej., Placer o escape de la realidad) darán lugar a asociaciones positivas (implícitas), que pueden aumentar la probabilidad de uso. Esta aplicación de nuevo (refuerzo). Las asociaciones implícitas tienen un valor predictivo confiable en el contexto de las adicciones a sustancias (consulte el metanálisis de Rooke et al., 2008). Dichas asociaciones implícitas se han demostrado para los juegos de Internet (Yen et al., 2011), Pornografia de internet (Snagowski et al., 2015), y el juego (por ejemplo, Brevers et al., 2013) utilizando una versión modificada de la prueba de asociación implícita (Greenwald et al., 1998). Sobre la base de estos estudios en varias facetas de las cogniciones explícitas e implícitas, proponemos que los sesgos cognitivos relacionados con Internet, que comprenden ilusiones e ilusiones explícitas y asociaciones implícitas, pueden tener un efecto acelerador en la reactividad y el deseo, si un individuo es confrontados con señales relacionadas con Internet y otras variables situacionales (por ejemplo, estados de ánimo negativos o muy positivos, estrés).

3.2.3. Cue-reactividad y deseo

Un proceso principal detrás del control conductual disminuido es el deseo, que también se definió como búsqueda de motivación en el modelo por Dong y Potenza (2014). Las ansias originalmente se referían a una necesidad difícil de resistir a consumir una sustancia. El deseo puede ser desencadenado por la reactividad de señal, que es el resultado de la confrontación con estímulos condicionados relacionados con la adicción (Breiner et al., 1999 y Carter y Tiffany, 1999). Cue-reactividad se desarrolla sobre la base de mecanismos de aprendizaje (asociativo), en particular procesos de condicionamiento (Carter y Tiffany, 1999, Loeber y Duka, 2009 y Tiffany et al., 2000), que proporcionan las principales bases fisiológicas, emocionales y motivacionales para el deseo (Robinson y Berridge, 1993 y Robinson y Berridge, 2000). Los conceptos de cue reactividad y ansia se han transferido de la investigación sobre adicciones a sustancias a la de adicciones de comportamiento, por ejemplo con respecto al trastorno de juego (por ejemplo, Potenza, 2008, Potenza et al., 2003 y Wölfling et al., 2011). Varios estudios de resonancia magnética funcional han investigado los correlatos cerebrales de la reactividad de señal y el deseo en personas con trastornos de juego (Crockford y otros, 2005, Goudriaan et al., 2010, Kober et al., 2016, Miedl et al., 2014, Potenza et al., 2003 y Wulfert et al., 2009). Estos estudios generalmente observan una participación del cuerpo estriado ventral (y estructuras parcialmente adicionales del sistema límbico expandido) en la experiencia de ansia cuando se enfrentan a señales relacionadas con la adicción. Más recientemente, se demostraron los correlatos neuronales de la reactividad al cue y el deseo, que también se centran sistemáticamente en el cuerpo estriado ventral, en sujetos con trastorno de juegos de Internet. (Ahn et al., 2015, Ko et al., 2009, Liu et al., 2016 y Thalemann et al., 2007), comportamiento hipersexual (Klucken et al., 2016 y Voon et al., 2014), y yoProblemas de uso de la pornografía por internet. (Brand et al., 2016). Los hallazgos encajan bien con investigaciones conductuales previas sobre el importante papel del deseo y la anticipación de la gratificación sexual en individuos con problemas de cibersexo (Brand et al., 2011 y Laier et al., 2013), y demostrar la participación del cuerpo estriado ventral en el proceso de reactivación y antojo en adicciones de comportamiento.

3.2.4. Urge la regulación del estado de ánimo.

Cuando se enfrenta a un estado de ánimo anormal, síntomas de abstinencia o ansia, puede desarrollarse una necesidad de regular el estado de ánimo experimentado. El proceso de regulación de las emociones es una consideración importante en múltiples condiciones psicopatológicas, incluidas las adicciones (Aldao et al., 2010, Gross y Jazaieri, 2014 y Thorberg y Lyvers, 2006). Se ha informado que los comportamientos adictivos pueden usarse de manera disfuncional para hacer frente a las respuestas afectivas aversivas experimentadas a señales internas o externas; Por ejemplo, con respecto a fumar, beber alcohol y el uso de Pornografia de internet y el rendimiento de los juegos en línea o redes sociales (Holahan et al., 2001, Hormes et al., 2014, Kuss, 2013, Laier y Brand, 2014, Li et al., 2012 y Shapiro et al., 2002). Los individuos que se abstienen de recuperarse de la adicción a las drogas pueden tener un riesgo elevado de recaída en situaciones en las que se enfrentan a señales internas o externas asociadas con la ingesta de drogas anteriores (Welberg, 2013). Proponemos que la necesidad de regular el estado de ánimo es un factor importante en el desarrollo de los trastornos del uso de Internet, ya que puede influir en la decisión de utilizar ciertos sitios o aplicaciones de Internet en las primeras etapas de un proceso de adicción. Además, un rol puede volverse más importante más adelante dentro del proceso adictivo, ya que la percepción de los problemas experimentados debería llevar a un mayor estado de ánimo aversivo, mientras que las habilidades de afrontamiento disminuyen en favor del afrontamiento disfuncional mediante el uso de las aplicaciones / sitios de Internet que se eligen.

3.2.5. Sesgos de atención

Los sesgos de atención y sus relaciones con las ansias de respuesta se han estudiado en adicciones a sustancias (por ejemplo, Christiansen et al., 2015, Campo y Cox, 2008 y Field et al., 2009). Las cogniciones implícitas, en particular las tendencias de aproximación y evitación, se han relacionado con las ansias de respuesta en individuos dependientes de sustancias (por ejemplo, Wiers y Stacy, 2006). La idea de que los sesgos de atención pueden guiar conductas adictivas encaja bien con las recientes teorías de modo dual de conductas adictivas (por ejemplo, Bechara, 2005, Evans y Coventry, 2006 y Stacy y Wiers, 2010). Estos enfoques comparten puntos de vista principales sobre la naturaleza de la adicción, que es que los comportamientos adictivos pueden resultar de la interacción de dos tipos de procesos. El primer tipo es un modo de procesamiento impulsivo o relativamente automático, y el segundo tipo es un modo de procesamiento relativamente controlado y reflexivo. Este enfoque general de ver las conductas adictivas como el resultado de un modo de procesamiento cognitivo impulsivo y deliberado es consistente con las teorías actuales de toma de decisiones (por ejemplo, Schiebener & Brand, 2015) y modelos de psicología cognitiva del procesamiento dual en el razonamiento y el pensamiento (Evans, 2003, Kahneman, 2003 y Stanovich y el Oeste, 2000).

Se ha observado evidencia de sesgo de atención en los jugadores con problemas (Ciccarelli et al., 2016). El sesgo de atención en individuos con problemas de juegos de Internet se demostró recientemente (Jeromin et al., 2016), con sesgo de atención medido con dos instrumentos que se han utilizado ampliamente en estudios de adicciones a sustancias: la Prueba de adicción a la adicción y las pruebas de sonda visual (Field y Cox, 2008). Las personas con problemas con los juegos de Internet en comparación con los que no reaccionaron más lentamente a las palabras relacionadas con la computadora en comparación con las palabras neutrales durante la adicción al desempeño de Stroop, lo que puede considerarse un sesgo de atención hacia los estímulos relacionados con la adicción. Los resultados encajan con los de los estudios sobre el uso de Internet y el juego de videojuegos, que también utilizaron una Tarea de Adicción al Stroop (Metcalf y Pammer, 2011 y van Holst y otros, 2012), aunque en el estudio de van holst et al. (2012) Los tiempos de reacción para las señales relacionadas con la adicción y las palabras neutrales no fueron diferentes. Con respecto a los hallazgos de la sonda visual, no se encontraron diferencias en los tiempos de reacción en ninguno de los estudios (Jeromin et al., 2016 y van Holst y otros, 2012), pero los participantes cometieron más errores para los objetivos en la condición con palabras relacionadas con la computadora, indicando una posible interferencia entre el sesgo de atención e identificando correctamente la posición del objetivo. Se observaron hallazgos aún más claros en pacientes con comportamiento hipersexual en comparación con voluntarios sanos durante la realización de una tarea de prueba visual; los individuos con conductas hipersexuales mostraron mayor sesgo de atención a los estímulos sexuales explícitos en comparación con las imágenes neutrales (Mechelmans et al., 2014).

Otra línea de investigación en el campo de los procesos afectivo-atencional en individuos adictos es la relación entre el deseo y la tendencia a acercarse o evitar los estímulos relacionados con la adicción (Breiner et al., 1999). Los estudios sugieren un modelo multidimensional para la adicción al alcohol que se centra en un espacio de evaluación de la situación cuando se enfrenta a estímulos relacionados con la adicción. Las expectativas positivas o negativas hacia los efectos de la ingesta de drogas pueden influir en la tendencia a acercarse o evitar las señales relacionadas con las drogas. Las expectativas positivas deben dar como resultado tendencias de acercamiento, mientras que las expectativas negativas deben dar como resultado tendencias de evitación. El marco de aproximación / evitación también está en línea con los modelos de proceso doble de comportamientos adictivos mencionados anteriormente. Una tarea que se ha utilizado con frecuencia en la investigación del consumo de alcohol para medir las tendencias de aproximación y evitación es la Tarea de Evitación de Enfoque, que fue desarrollada originalmente por Rinck y Becker (2007) investigar individuos con trastorno de ansiedad (fobia a la araña). La tarea incluye un movimiento físico a través de un joystick y los participantes tienen que tirar de los estímulos presentados en una pantalla de computadora hacia ellos mismos (condición de acercamiento) o alejarlos de ellos lo más rápido posible. Varios estudios indican que los sujetos adictos reaccionan más rápido cuando tienen que acercarse a los estímulos relacionados con las drogas en comparación con los individuos no adictos o en comparación con la condición de evitación (Cousijn et al., 2012, Cousijn et al., 2011 y Wiers et al., 2013). Usando la Tarea de Enfoque-Evitación, Snagowski y Marca (2015) foy que los individuos con uso problemático de la pornografía en Internet (en una muestra analógica) pueden vincularse tanto a las tendencias de acercamiento como a las de evitación, ya que encontraron una relación cuadrática en su muestra de usuarios de pornografía.. Si bien estos resultados deben considerarse con cautela, ya que deben replicarse y transferirse a otros tipos de trastornos de uso de Internet, parece que vale la pena considerar tales tendencias de acercamiento y evitación como posibles mecanismos que subyacen al uso adictivo de ciertas aplicaciones / sitios de Internet.

En resumen, los factores predisponentes, junto con los estilos de afrontamiento disfuncionales, las expectativas de uso de Internet, las ilusiones y las asociaciones implícitas pueden influir en las intensidades de la reactividad y el deseo de cue y otros procesos cognitivos y afectivos específicos, como los sesgos de atención y las tendencias hacia la adicción. estímulos De acuerdo con algunos de los hallazgos sobre interacciones potenciales, aunque los estudios que abordan explícitamente los efectos de interacción entre variables son aún escasos, proponemos que las variables predisponentes actúen en conjunto con los estilos de afrontamiento y los sesgos relacionados con Internet, lo que da como resultado patrones específicos de respuestas afectivas y cognitivas en particular. situaciones Las respuestas afectivas y cognitivas, como resultado de los efectos de interacción, incluyen reactividades de cue, antojos, necesidades de regulación del estado de ánimo y sesgos de atención. Consideramos que estos son procesos importantes que afectan las decisiones para usar ciertas aplicaciones / sitios. Sin embargo, también proponemos que pueden existir variables mediadoras entre las respuestas afectivas y cognitivas y la decisión de usar Internet, y estos factores mediadores pueden residir en los dominios del control inhibitorio y el funcionamiento ejecutivo.

3.3. Funciones ejecutivas, control inhibitorio y la decisión de usar ciertas aplicaciones / sitios: el componente E del modelo

El impacto potencial del funcionamiento ejecutivo reducido y el control inhibitorio reducido fueron los ingredientes centrales del modelo en el trastorno de los juegos de Internet. by Dong y Potenza (2014) y también del modelo por Brand et al. (2014b), aunque esto no se incluyó explícitamente en la figura, pero se describe en el texto (Brand, Young et al., 2014). La idea de que las funciones ejecutivas contribuyen de manera importante al desarrollo y mantenimiento de trastornos específicos del uso de Internet se basa en la investigación neuropsicológica y neurocientífica y en las teorías de las adicciones a sustancias (Bechara, 2005, Goldstein et al., 2009, Goldstein y Volkow, 2002, Goldstein y Volkow, 2011, Kalivas y Volkow, 2005, Koob y Volkow, 2010, Volkow y Fowler, 2000, Volkow et al., 2002 y Volkow et al., 2012). Estos modelos proponen que la función reducida de la corteza prefrontal está relacionada con la inhibición de la respuesta alterada y la atribución de saliencia (modelo IRISA) en individuos con adicciones. Una característica principal de este modelo es el aumento de la importancia frente a los estímulos relacionados con las drogas y, al mismo tiempo, una menor sensibilidad a los reforzadores naturales no relacionados con sustancias. Como consecuencia de esta interacción, se produce un control disminuido sobre el comportamiento adictivo y una inhibición reducida de la toma de decisiones desventajosas (cf. Goldstein y Volkow, 2011). Argumentamos que el control disminuido sobre la toma de decisiones en el contexto de las adicciones se puede transferir a adicciones de comportamiento y trastornos específicos del uso de Internet.

Las funciones ejecutivas, el control inhibitorio y la toma de decisiones se han estudiado en el contexto de los trastornos de uso de Internet, con un enfoque particular en el trastorno de los juegos de Internet (por ejemplo, Dong et al., 2013a, Pawlikowski y Marca, 2011 y Sun et al., 2009). Los hallazgos con respecto al control inhibitorio en individuos con trastornos de uso de Internet son mixtos, aunque la mayoría de los estudios encontraron al menos reducciones ejecutivas leves en individuos con trastornos de uso de Internet (Dong et al., 2013a, Dong et al., 2010, Dong et al., 2011, Sun et al., 2009 y van Holst y otros, 2012). Lo mismo parece ser cierto para la toma de decisiones, ya que algunos estudios no han encontrado diferencias generales entre sujetos con y sin trastornos del uso de Internet durante la toma de decisiones en condiciones ambiguas, según lo medido con la Iowa Gambling Task (Yao et al., 2015), mientras que otros han encontrado individuos afectados con un desempeño inferior al de voluntarios sanosSun et al., 2009). De manera más consistente, se encontraron reducciones significativas en la toma de decisiones en tareas que evalúan decisiones en condiciones de riesgo (Dong y Potenza, 2016, Pawlikowski y Marca, 2011, Seok et al., 2015 y Yao et al., 2015). Al comparar individuos con trastornos por el uso de Internet o por consumo de alcohol, ambos grupos tuvieron niveles comparables de desempeño en tareas de función ejecutiva, y ambos grupos obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en comparación con voluntarios sanos (Zhou et al., 2014).

La mayoría de los estudios hasta la fecha sobre el control inhibitorio que utilizan la Tarea Go / No-Go han empleado versiones con estímulos neutros (es decir, sin estímulos relacionados con la adicción) y no observaron reducciones en el rendimiento del comportamiento (Ding et al., 2014), aunque los resultados se mezclan a lo largo de los estudios existentes (ver meta-análisis por Smith et al. (2014). Al igual que con los estudios sobre los sesgos de atención, los estudios pueden ser más informativos y los hallazgos pueden ser más consistentes si se utilizaron estímulos relacionados con la adicción. Nuestra hipótesis es que los sujetos con trastornos específicos del uso de Internet pueden tener dificultades para inhibir las respuestas a los estímulos, que representan su uso de primera elección, como se ha demostrado en los bebedores compulsivos. (Czapla et al., 2015) e individuos dependientes de sustancias (por ejemplo, Pike et al., 2013). En este contexto, Zhou et al. (2012) usó una tarea cambiante con señales representativas de los juegos en Internet y encontró reducciones en la inhibición de la respuesta y la flexibilidad mental. En una versión específica de cue de Go / No-Go Task, se informaron reducciones del control inhibitorio relacionadas con la cue en individuos con trastorno de juegos de Internet (Yao et al., 2015). Otro ejemplo es el estudio de Nie et al. (2016) que muestra la inhibición de la respuesta deteriorada y la memoria de trabajo en adolescentes con trastorno de uso de Internet en la Tarea de paro de señal y Tarea de 2, que incluyen palabras relacionadas con Internet como claves. De acuerdo con este hallazgo, Laier et al. (2014) utiliza una tarea de juego de Iowa modificada con pornográfico e imágenes neutrales en las barajas de cartas ventajosas y desventajosas (y viceversa en el otro grupo de asignaturas). En una muestra de macho usuarios de pornografía, aquellos individuos que realizaron la tarea con pornográfico Las imágenes en los mazos de cartas desventajosos continuaron eligiendo tarjetas de estos mazos a pesar de recibir altas pérdidas. Este efecto se aceleró en los participantes que informaron alto deseo subjetivo después de la presentación de pornográfico Imágenes en una tarea experimental adicional.

Los hallazgos sobre la reducción del funcionamiento ejecutivo y el control inhibitorio, tal vez como consecuencia de la reactividad de la señal y el deseo, son consistentes con los resultados obtenidos de los estudios de neuroimagen. (cf. Kuss y Griffiths, 2012, Meng et al., 2015 y Sepede et al., 2016). Se han reportado diferencias estructurales en individuos con y sin trastorno de juegos de Internet en materia gris y blanca en áreas cerebrales prefrontales y regiones cerebrales adicionales, como estructuras límbicas (por ejemplo, Hong et al., 2013a, Hong et al., 2013b, Wang et al., 2015b y Zhou et al., 2011). Los correlatos funcionales cerebrales del trastorno del juego en Internet también se informan en la corteza prefrontal y las estructuras límbicas (Dong et al., 2012, Dong et al., 2013a y Dong et al., 2014). También se han propuesto cambios en los sistemas dopaminérgicos (Kim et al., 2011), que puede estar relacionado con el procesamiento de refuerzos (Jović y Đinđić, 2011). Los estudios también están comenzando a reunir los hallazgos de las investigaciones neuropsicológicas y las evaluaciones de neuroimágenes en individuos con trastornos de los juegos de Internet o comportamiento problemático de los juegos, que muestran que los déficits en las funciones ejecutivas y el control inhibitorio están relacionados con cambios funcionales en los circuitos fronto-estriados (Luijten et al., 2015, Seok et al., 2015 y Yuan et al., 2016).

En conjunto, las reducciones en las funciones ejecutivas, el control inhibitorio y la toma de decisiones están presentes en individuos con trastornos del uso de Internet o en individuos que parecen tener un riesgo elevado de desarrollar patrones adictivos de uso de Internet, particularmente en situaciones en las que se enfrentan a Internet. Señales relacionadas con la adicción. Los correlatos neuronales del trastorno de los juegos de Internet y otros trastornos del uso de Internet (por ejemplo, Brand et al., 2016) puede reflejar una interacción inadaptada de cue-reactivity / craving y una reducción del funcionamiento prefrontal / ejecutivo, como se sugiere para las adicciones a sustancias (Goldstein y Volkow, 2011, Koob y Volkow, 2010, Volkow y Fowler, 2000 y Volkow et al., 2002). Proponemos que una interacción disfuncional entre el control ejecutivo deficiente y la búsqueda de recompensas acelerada según la situación, como resultado de la reactividad y el deseo, puede promover una toma de decisiones desventajosa. Se considera que la decisión de utilizar ciertos sitios / aplicaciones de Internet para reducir el deseo y aumentar el estado de ánimo se caracteriza por buscar un comportamiento atractivo a corto plazo que resulte en la experiencia de gratificación a pesar de las consecuencias negativas a largo plazo. Este tipo hipotético de interacción disfuncional entre el control ejecutivo y la búsqueda de recompensas ha sido enfatizado recientemente por el estudio de IRMF de Dong et al. (2015). Usaron IRMf en estado de reposo y mostraron una disminución de la conectividad funcional en la llamada red de control ejecutivo (incluidas las regiones laterales frontales y prefrontal) en individuos con trastornos de los juegos de azar de Internet en comparación con voluntarios sanos. Además, los individuos con trastornos de los juegos de Internet mostraron una mayor conectividad funcional en las redes asociadas a la recompensa (incluido el estriado ventral y la corteza orbitofrontal). Dong y sus colegas propone que el desequilibrio entre el control ejecutivo y las redes de recompensa representa un mecanismo observado en individuos con trastornos de los juegos de Internet, con reducciones en el control ejecutivo que conducen a una disminución de la inhibición de la búsqueda de motivación y el deseo, lo que resulta en un juego excesivo de Internet. Estamos de acuerdo con esta interpretación, como se refleja en nuestro modelo en el camino de las respuestas afectivas y cognitivas sobre las reducciones en la función ejecutiva y el control inhibitorio a la toma de decisiones desventajosa. Los estudios futuros pueden investigar la toma de decisiones, las funciones ejecutivas y el control inhibitorio con y sin estímulos relacionados con la adicción y comparar los desempeños en diferentes tipos de trastornos de uso de Internet. Dichos estudios podrían proporcionar una imagen más completa de cómo los procesos cognitivos específicos pueden participar en el desarrollo y mantenimiento de trastornos específicos del uso de Internet.

3.4. Consecuencias resultantes del uso de las aplicaciones de Internet / sitios de elección

La decisión de usar ciertas aplicaciones / sitios y el comportamiento de usarlos pueden llevar a experiencias positivas y gratificaciones a corto plazo, al menos en las primeras etapas del proceso de adicción. Además, y quizás incluso más importante, el uso de ciertas aplicaciones / sitios de Internet y la gratificación recibida también deberían conducir a un aumento de la reactividad y el deseo de respuesta como respuesta a ciertos estímulos, como resultado del condicionamiento tanto pavloviano como instrumental. procesos. La importancia del condicionamiento en el desarrollo de conductas adictivas se ha sugerido teóricamente, por ejemplo, dentro de la teoría de la sensibilización de incentivos (Berridge et al., 2009, Robinson y Berridge, 1993, Robinson y Berridge, 2001 y Robinson y Berridge, 2008), y se ha demostrado empíricamente en adicciones a sustancias (Duka et al., 2011, Hogarth y otros, 2010, Hogarth y otros, 2006 y Loeber y Duka, 2009), por ejemplo, utilizando la tarea de transferencia instrumental de Pavlovian (Hogarth y otros, 2007). Los datos recientes sugieren que procesos similares de condicionamiento también están involucrados en el desarrollo de la reactividad y el deseo en el contexto de Trastorno de uso de la pornografía en internet (Klucken et al., 2016; Snagowski et al., En prensa.). Aunque para otros tipos de trastornos de uso de Internet todavía faltan pruebas empíricas para los procesos de acondicionamiento, proponemos que experimentar gratificación al usar las aplicaciones de Internet / sitios de elección conduce a un refuerzo positivo, que es la base para desarrollar la reactividad y el deseo de estabilización. . De acuerdo con esta noción, también proponemos que, con base en el aprendizaje de refuerzo, los estilos de afrontamiento disfuncionales y los sesgos cognitivos relacionados con Internet se refuerzan de manera positiva y en parte negativa y, por lo tanto, se refuerzan. Todos estos mecanismos de refuerzo pueden hacer que sea más probable que los individuos utilicen las aplicaciones / sitios de elección repetidamente. Los mecanismos también pueden hacer que sea más probable que las aplicaciones / sitios de elección se usen en muchas situaciones, como lo que se ve en las adicciones a sustancias. Debido a los procesos de acondicionamiento en adicciones a sustancias, se desarrolla una generalización de las características situacionales que desencadenan la reactividad y el deseo y el comportamiento adictivo se vuelve habitual y / o compulsivo (cf. Everitt, 2014, Everitt y Robbins, 2005 y Everitt y Robbins, 2016). El ciclo de refuerzo sugerido, que representa la dinámica temporal dentro de la parte central / gris del modelo ( ), se presenta en .

Higo. 2. 

El círculo de refuerzo representa una dinámica temporal de las contribuciones afectivas y cognitivas al proceso de desarrollo y mantenimiento de un trastorno de uso de Internet específico. Las flechas en negrita representan las vías principales del proceso de adicción desde el principio. Las flechas más pequeñas indican las interacciones adicionales que se desarrollan dentro del proceso de adicción.

Opciones de figura

En general, se ha propuesto que el proceso de adicción implica la transición de un consumo de drogas más voluntario e impulsivo a un patrón de uso más habitual o compulsivo, y que dentro de este proceso, los sentimientos positivos y recreativos relacionados con el consumo de drogas pueden ser menos importantes en comparación con las experiencias. los efectos directos de la droga (Everitt y Robbins, 2016 y Piazza y Deroche-Gamonet, 2013). Proponemos que en las primeras etapas del proceso de trastornos específicos del uso de Internet, la gratificación es una fuerza motriz principal, pero no exclusiva, que conduce a cambios en las respuestas afectivas y cognitivas a los estímulos relacionados con la adicción a Internet. A medida que avanza el proceso de adicción, el nivel de gratificación experimentado disminuye. Al mismo tiempo, el nivel de efectos compensatorios aumenta en el curso de la adicción. A medida que disminuye el control sobre el uso de aplicaciones / sitios específicos de Internet, puede haber un aumento en las consecuencias negativas, que pueden incluir aislamiento social y soledad, conflictos con los padres o compañeros, sentimientos de malentendidos, sentimientos de vacío y otras emociones negativas. experiencias. Estos sentimientos y pérdidas de contactos sociales u otros problemas pueden exacerbarse aún más al usar repetidamente las aplicaciones / sitios de Internet que elija, con la gratificación cada vez menos importante y la compensación cada vez más importante. Se resume el supuesto cambio de la gratificación a la compensación en el proceso de adicción. in .

Higo. 3. 

El hipotético cambio de la gratificación a la compensación en el proceso de adicción.

Opciones de figura

4. Implicaciones clínicas

Dada la importancia clínica reconocida de los trastornos de uso de Internet, los clínicos e investigadores han desarrollado tratamientos específicos para personas con problemas de uso de Internet (Joven, xnumx), aunque solo se incluyó el trastorno de los juegos de Internet en 2013 como diagnóstico de investigación en la sección III del DSM-5. Se han sugerido tratamientos farmacológicos y psicológicos, similares a lo que se recomienda para el trastorno de juego y otras adicciones de comportamiento (por ejemplo, Grant et al., 2013 y Yau y Potenza, 2015), y los estudios iniciales sugieren diversos grados de eficacia (Cash et al., 2012, Santos et al., 2016, Winkler y otros, 2013 y Joven, xnumx). La terapia cognitivo-conductual para la adicción a Internet (CBT-IA) fue introducida por Young (2011), que se informa actualmente como el método de elección (Cash et al., 2012 y Winkler y otros, 2013). Sin embargo, se necesitan ensayos controlados aleatorios a gran escala para evaluar más a fondo la eficacia de las intervenciones y se necesitan estudios adicionales para determinar sus posibilidades de traslación a entornos sin investigación. Además, dado que ningún medicamento tiene una indicación de trastornos del uso de Internet, se necesita investigación adicional en el desarrollo de la farmacoterapia.

El marco teórico propuesto puede ser utilizado para promover futuras intervenciones clínicas. Dado que algunos factores predisponentes pueden no ser maleables (p. Ej., Genética, experiencias de la primera infancia) y otros pueden ser difíciles de cambiar (p. Ej., Factores de vulnerabilidad psicopatológica, personalidad), Proponemos que los tratamientos deben abordar principalmente las variables moderadoras y mediadoras, que pueden ser modificadas teóricamente por la farmacoterapia o la psicoterapia.. En este contexto, también es importante tener en cuenta que incluso algunas de las predisposiciones, como la constitución genética y la vulnerabilidad al estrés, interactúan con otras variables moderadoras y mediadoras. Por ejemplo, la vulnerabilidad al estrés puede moderar la relación entre las funciones ejecutivas y la toma de decisiones (Starcke and Brand, en prensa.), y por lo tanto puede tener un impacto en el éxito de la terapia. Esos factores predisponentes deben examinarse en contextos de tratamiento, para observar mejor las posibles interacciones entre los factores personales dentro del proceso de tratamiento. Las variables que pueden abordarse directamente en la TCC incluyen estilos de afrontamiento, expectativas relacionadas con Internet, sesgos de atención, reactividades y antojos, así como funciones ejecutivas y control inhibitorio.

En CBT-IA, el comportamiento de un individuo en Internet se analiza y monitorea con respecto a sus contextos situacionales, emocionales y cognitivos. Además, se consideran los efectos de refuerzo posteriores del uso de Internet. Este proceso ayuda a generar un entendimiento de las suposiciones y distorsiones cognitivas relacionadas con el uso de Internet y los factores desencadenantes de la situación. Esta primera fase de CBT-IA considera varias variables incluidas en el modelo teórico, en particular sobrellevar situaciones de la vida cotidiana que son situaciones de alto riesgo por el uso excesivo de Internet, las expectativas e ilusiones sobre el uso de Internet y los efectos de refuerzo del uso de Internet. Luego, utilizando métodos de reestructuración cognitiva y reencuadre, los sesgos cognitivos relacionados con Internet pueden ser objetivos.

Dado que tanto las cogniciones explícitas como las implícitas, así como la condición de un individuo, pueden interactuar entre síBernardin y otros, 2014, Forrest et al., 2016 y Wiers et al., 2015b), no solo las expectativas explícitas (verbalizadas) sino también las cogniciones implícitas deben abordarse mediante tratamientos. Lee y Lee (2015) sugirió que los principios básicos de las cogniciones implícitas y explícitas, consistentes con los roles de las tendencias de aproximación / evitación, podrían implementarse en la terapia como parte de la psicoeducación del paciente. SLos estudios sobre adicciones a sustancias sugieren que los efectos disfuncionales de las cogniciones implícitas pueden ser reentrenados, por ejemplo, para aumentar la probabilidad de que experimentar ansia pueda resultar en evitación en lugar de tendencias de acercamiento. (Eberl et al., 2013a, Eberl et al., 2013b y Wiers et al., 2011). Una forma de transferir el concepto de reentrenamiento al tratamiento de los trastornos de uso de Internet podría ser adaptar los programas de capacitación existentes en los cuales los pacientes aprenden a evitar los estímulos relacionados con Internet (por ejemplo, al presionarlos con un joystick, ya que es una capacitación común). método). Sin embargo, se debe tener en cuenta que se deberían realizar estudios sistemáticos para identificar el número óptimo de sesiones de capacitación (Eberl et al., 2013b), y también para evaluar su eficacia. Otros métodos podrían considerar asociaciones implícitas, como se ha hecho para los trastornos por consumo de alcohol (Houben et al., 2010 y Wiers et al., 2015a). Sin embargo, la evidencia de la efectividad de tales métodos es limitada.

Los sesgos de atención también pueden disminuir en los programas de reentrenamiento de atención ( e.g., Christiansen et al., 2015 y Schoenmakers et al., 2010). Muy relacionado con esto, se sugirió que la capacidad de un individuo para inhibir acciones específicas se puede modificar a través del entrenamiento (por ejemplo, Bowley et al., 2013, Houben y Jansen, 2011 y Houben et al., 2011), por ejemplo, utilizando versiones modificadas de la Tarea Ir / No Ir. Una adopción de estas técnicas puede ser beneficiosa para aumentar el control inhibitorio y el funcionamiento ejecutivo y puede incluirse en el tratamiento de los trastornos de uso de Internet, si estudios futuros demuestran que conducen al éxito del tratamiento. Los procesos de acondicionamiento, que representan los procesos principales subyacentes a los trastornos de uso de Internet, pueden abordarse mediante métodos de terapia de exposición a señales (Park et al., 2015). Si bien la terapia de exposición a la señal puede no extinguir las asociaciones existentes, la intensidad del deseo experimentado puede reducirse (Pericot-Valverde et al., 2015), lo que concuerda con los hallazgos actuales de las imágenes de neuroimagen sobre la reducción de la reactividad de señalización debida a la terapia de exposición a la señal en individuos abstinentes dependientes del alcoholVollstädt-Klein y otros, 2011), aunque su eficacia se discute polémicamente (Everitt y Robbins, 2016).

En resumen, proponemos que es importante considerar la evaluación de las funciones cognitivas de los individuos, incluidos los sesgos de atención, las cogniciones implícitas y explícitas, las funciones ejecutivas y las capacidades de control inhibitorio, en el contexto del tratamiento clínico. También proponemos que la inclusión de capacitación neuropsicológica con un enfoque en los procesos de control específicos de Internet puede aumentar la probabilidad de resultados positivos relacionados con la TCC en el contexto de los trastornos de uso de Internet.

5. Comentarios críticos y direcciones futuras.

Aunque el campo de la investigación sobre trastornos del uso de Internet ha crecido rápidamente en las últimas dos décadas y existen muchos estudios sobre los fenómenos, todavía existen importantes lagunas de conocimiento, en particular con respecto a las intervenciones de tratamiento. Múltiples aspectos de los estudios existentes limitan nuestro conocimiento actual. Primero, la mayoría de los estudios empíricos se centran en el trastorno de los juegos de Internet o no distinguen entre los diferentes tipos de uso de Internet. En segundo lugar, muchos estudios anteriores han abordado variables individuales, como la personalidad o los correlatos genéticos y las funciones cognitivas, relativamente aisladas unas de otras y solo para una forma de trastornos de uso de Internet. En tercer lugar, la mayoría de los estudios tienen un diseño transversal, lo que limita la información sobre el desarrollo y el mantenimiento de los trastornos de uso de Internet. Hay algunos estudios longitudinales (por ejemplo, Strittmatter et al., 2016 y Zhang et al., 2016), pero estos son pocos y limitados (por ejemplo, con respecto al tiempo de evaluación). Cuarto, la mayoría de los estudios se concentran en adolescentes y adultos jóvenes y no incluyen preguntas sobre el desarrollo temprano de los trastornos, como las características de los padres y la familia. En quinto lugar, los aspectos de género no se han abordado de forma sistemática en los metanálisis porque la mayoría de los estudios se centran en el trastorno de los juegos de Internet (y también los que se centran en Visualización de pornografía en internet) incluyen principalmente o únicamente participantes masculinos.

Dada esta falta de investigación sistemática, el modelo sugerido no puede verse como definitivo. Si bien hemos intentado incluir los resultados de la investigación actual en diferentes áreas, no todos los aspectos incluidos en el modelo se han probado empíricamente para todos los tipos de trastornos de uso de Internet. Además, los resultados se mezclan para algunos aspectos, por ejemplo, la personalidad o la toma de decisiones, como hemos discutido en las secciones respectivas. Sin embargo, creemos que el modelo sugerido tiene el potencial de influir en la investigación futura al proporcionar un marco explícito para probar hipótesis con respecto a interacciones de características específicas que incluyen características personales y procesos cognitivos y afectivos.

En estudios futuros, las interacciones entre las características personales básicas, cognitivas y afectivas deben considerarse de manera más sistemática. Con más detalle, se necesita una mejor comprensión de las interacciones de la personalidad y otras variables de rasgos, y variables cognitivas y afectivas, que pueden desarrollarse dentro de un proceso de adicción, como cue-reactividad, ansia, sesgo de atención y funciones ejecutivas. Investigar las interacciones de estas variables en lugar de estudiarlas por separado parece ser muy importante para contribuir a una mejor comprensión de la naturaleza y la dinámica de los trastornos de uso de Internet. Si bien el trastorno de los juegos de Internet es el tipo de trastorno de uso de Internet que posiblemente sea el más prominente en la práctica clínica y en la literatura de investigación publicada, también es importante considerar otros tipos posibles de trastornos de uso de Internet y comparar perfiles y mecanismos subyacentes entre los diferentes tipos Por ejemplo, juegos de Internet, juegos de azar de Internet, Usos y desórdenes de uso de pornografía en internet, entre otros, merecen consideración y atención. La falta de conocimiento en estas áreas puede haber sido un factor limitante con respecto a considerar los trastornos de uso de Internet en DSM-5, y puede dificultar los esfuerzos relacionados con la forma en que se consideran los trastornos de uso de Internet en otros sistemas de clasificación como ICD-11.

Desde el estado actual de la investigación, sugerimos incluir trastornos de uso de Internet en el próximo ICD-11. Es importante tener en cuenta que más allá del desorden de los juegos de Internet, otros tipos de aplicaciones también se usan de manera problemática. Un enfoque podría involucrar la introducción de un término general de trastorno de uso de Internet, que luego podría especificarse considerando la aplicación de primera elección que se utiliza (por ejemplo, trastorno de juegos de Internet, trastorno de juegos de azar en Internet, Trastorno de uso de la pornografía en internet, Trastorno de la comunicación por Internet y trastorno de la compra por Internet). El término general trastorno de uso de Internet también puede abarcar formas mixtas de uso problemático o adictivo de más de una aplicación (por ejemplo, un tipo mixto de trastorno de juegos de Internet y de juegos de apuestas por Internet). Basándonos en los datos que presentamos en esta revisión sintética, planteamos la hipótesis de que, aunque la evidencia aún es inconsistente en los detalles y se necesitan estudios futuros, los diferentes tipos de trastornos del uso de Internet probablemente comparten algunos aspectos centrales y el modelo I-PACE incorpora estas similitudes En un marco estructurado para el examen directo y sistemático.

6. Conclusión

El modelo de interacción de persona-afecto-cognición-ejecución (I-PACE) para trastornos específicos del uso de Internet tiene como objetivo proporcionar un marco teórico, que distinga entre factores predisponentes y variables moderadoras y mediadoras. Los estilos de afrontamiento y los sesgos cognitivos relacionados con Internet se conceptualizan principalmente como variables moderadoras que pueden influir en las asociaciones entre factores predisponentes y aspectos de los trastornos de uso de Internet. Los estilos de afrontamiento y los sesgos cognitivos también pueden actuar como variables mediadoras, que se ven influidas, por ejemplo, por las psicopatologías y las características de personalidad / temperamento. Además, planteamos la hipótesis de la existencia de efectos de mediación moderados entre los factores predisponentes y los estilos de afrontamiento de moderadores / mediadores y los sesgos cognitivos relacionados con Internet. Las respuestas afectivas y cognitivas (por ejemplo, reactividades de cue y antojos, sesgos de atención) a ciertos estímulos situacionales se conocen como variables mediadoras. Estas predisposiciones deben influir en estas reacciones, pero aún más fuertemente en los estilos de afrontamiento y los sesgos cognitivos relacionados con Internet, y se considera que se desarrollan dentro del proceso de adicción como resultado de los procesos de condicionamiento en términos de refuerzo positivo y negativo. Estas respuestas afectivas y cognitivas a los estímulos situacionales pueden reducir el control inhibitorio y el funcionamiento ejecutivo, lo que luego contribuye a la decisión de utilizar las aplicaciones / sitios de elección de Internet. Este proceso se plantea como una mediación parcial, lo que significa que también los efectos directos de las respuestas afectivas y cognitivas a las decisiones para usar ciertas aplicaciones / sitios son fuertes por sí mismos, pero que estos efectos están parcialmente mediados por las reducciones en el control inhibitorio como resultado de las respuestas A las características situacionales. En resumen, el modelo I-PACE sugerido tiene como objetivo resumir los mecanismos subyacentes al desarrollo y mantenimiento de trastornos específicos del uso de Internet en términos de un modelo de proceso que indica la dinámica temporal del proceso de adicción. El estriado ventral y las áreas cerebrales prefrontales se consideran importantes contribuyentes neuronales a la interacción de la reacción reactiva y el deseo con funciones ejecutivas reducidas y habilidades de toma de decisiones disminuidas en individuos con trastornos específicos del uso de Internet. Aunque los componentes y procesos dentro del modelo I-PACE se derivan de estudios teóricos y empíricos anteriores, los mecanismos hipotéticos deberían investigarse sistemáticamente en estudios futuros. Las suposiciones del modelo deben especificarse con más detalle para los tipos específicos de trastornos de uso de Internet, por ejemplo, juegos de Internet, juegos de azar de Internet, Uso de la pornografía en internet, Compras por Internet y trastornos de la comunicación por Internet. Esperamos que el modelo I-PACE de trastornos específicos del uso de Internet inspire futuras investigaciones y prácticas clínicas y sea útil para formular hipótesis de investigación claras dentro de un campo científico de rápido desarrollo e importante.

Declaraciones de Intereses

Los autores informan que no tienen conflictos de intereses financieros con respecto al contenido de este manuscrito. El Dr. Potenza ha recibido apoyo financiero o compensación por lo siguiente: El Dr. Potenza ha consultado y asesorado a Boehringer Ingelheim, Ironwood, Lundbeck, INSYS, Shire, RiverMend Health, Opiant / Lakelight Therapeutics y Jazz Pharrmaceuticals; ha recibido apoyo de investigación de los NIH, Veteran's Administration, Mohegan Sun Casino, el Centro Nacional para el Juego Responsable, y Pfizer, Forest Laboratories, Ortho-McNeil, Psyadon, Oy-Control / Biotie y Glaxo-SmithKline; ha participado en encuestas, correos o consultas telefónicas relacionadas con la adicción a las drogas, trastornos del control de impulsos u otros temas de salud; ha consultado para los despachos de abogados y la oficina del defensor público federal en temas relacionados con trastornos del control de impulsos; brinda atención clínica en el Programa de Servicios de Apuestas Problema del Departamento de Salud Mental y Servicios de Adicción de Connecticut; ha realizado revisiones de subvenciones para los NIH y otras agencias; ha editado revistas y secciones de revistas; ha impartido conferencias académicas en grandes rondas, eventos CME y otros lugares clínicos o científicos; y ha generado libros o capítulos de libros para editores de textos de salud mental. Los otros autores reportan que no hay intereses financieros biomédicos u otros conflictos de interés.

Oportunidades

La Dra. Potenza recibió el apoyo del Centro Nacional para el Juego Responsable y el Centro Nacional de Adicción y Abuso de Sustancias. El contenido del manuscrito es responsabilidad exclusiva de los autores y no representa necesariamente la opinión oficial de ninguna de las agencias de financiamiento.

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