Neurobiología del comportamiento sexual compulsivo: ciencia emergente (2016)

COMENTARIOS: Si bien este documento es solo un breve resumen, contiene algunas observaciones clave sobre la ciencia emergente. Por ejemplo, establece que ambos Prause et al. 2015 y Kuhn y Gallinat, 2014 reportar un hallazgo similar: un mayor uso de la pornografía se relaciona con una mayor habituación de la pornografía. Ambos estudios informaron inferior Activación cerebral en respuesta a una breve exposición a fotos de pornografía de vainilla. En el siguiente extracto, "Potencial positivo más bajo tardío" se refiere a los hallazgos del EEG de Prause et al.:

"A diferencia de, estudios en individuos sanos sugieren un papel para una mejor habituación con el uso excesivo de pornografía. En hombres sanos, el mayor tiempo dedicado a ver pornografía se correlacionó con la actividad putaminal inferior izquierda a las imágenes pornográficas (Kühn y Gallinat, 2014). Actividad de potencial positivo tardío más bajo a imágenes pornográficas se observó en sujetos con uso problemático de pornografía ".

¿Porque es esto importante? La autora principal, Nicole Prause, afirmó que su único estudio EEG desacreditó la "adicción a la pornografía". Este es el segundo artículo revisado por pares que rechaza las interpretaciones de Prause. Aquí está el primer papel.

Nota - Numerosos otros artículos revisados ​​por pares coinciden en que Prause et al., 2015 apoya el modelo de adicción a la pornografía: Críticas revisadas por pares de Prause et al., 2015


Neuropsicofarmacología 41, 385-386 (enero 2016) | dos: 10.1038 / npp.2015.300

Shane W Kraus 1, 2, Valerie Voon 3 y Marc N Potenza 2, 4

1 VISN 1 Educación Clínica y Centros de Investigación de Enfermedades Mentales, VA Connecticut Healthcare System, West Haven, CT, EE. UU .; 2 Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, New Haven, CT, EE. UU .;

3 Department of Psychiatry, Universidad de Cambridge, Cambridge, Reino Unido;

4 Departamento de Neurobiología, Child Study Center y CASA Columbia, Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, New Haven, CT, EE. UU.

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El comportamiento sexual compulsivo (CSB) se caracteriza por el deseo, la impulsividad, el deterioro social / laboral y la comorbilidad psiquiátrica. La prevalencia de CSB se estima alrededor de 3 – 6%, con predominio masculino. Aunque no está incluido en DSM-5, el CSB se puede diagnosticar en ICD-10 como un trastorno de control de impulsos. Sin embargo, existe un debate acerca de la clasificación de CSB (por ejemplo, como un trastorno impulsivo-compulsivo, una característica del trastorno hipersexual, una adicción o a lo largo de un continuo de comportamiento sexual normativo).

La evidencia preliminar sugiere que la dopamina puede contribuir a la CSB. En la enfermedad de Parkinson (EP), las terapias de reemplazo de dopamina (Levo-dopa, agonistas de la dopamina) se han asociado con CSB y otros trastornos de control de impulsos (Weintraub et al, 2010). Un pequeño número de estudios de caso que utilizan naltrexona avalan su eficacia para reducir las necesidades y conductas asociadas con la CSB (Raymond et al, 2010), lo que concuerda con la posible modificación opioidérgica de la función de dopamina mesolímbica en la reducción de la CSB. En la actualidad, se necesitan investigaciones neuroquímicas y ensayos de medicación más grandes y con el poder adecuado para comprender mejor la CSB.

Los procesos motivacionales de incentivo se relacionan con la reactividad de la señal sexual. Los hombres CSB versus no CSB tuvieron una mayor activación relacionada con el sexo del cingulado anterior, el estriado ventral y la amígdala (Voon et al, 2014). En sujetos CSB, la conectividad funcional de esta red asociada con el deseo sexual relacionado con la señal, por lo tanto, resuena con los hallazgos en adicciones a las drogas (Voon et al, 2014). Los hombres de CSB muestran además un mayor sesgo atencional a las señales pornográficas, lo que implica respuestas de orientación atencional temprana como en adicciones (Mechelmans et al, 2014). En los pacientes con LEC frente a pacientes sin LMB, la exposición a señales pornográficas aumentó la activación en el cuerpo estriado ventral, el cingulado y la corteza orbitofrontal, lo que también se vincula con el deseo sexual (Politis et al, 2013). Un pequeño estudio de imágenes con tensor de difusión implica anomalías prefrontales en hombres con CSB frente a hombres sin CSB (Miner et al, 2009).

Por el contrario, los estudios en individuos sanos sugieren un papel para mejorar la habituación con el uso excesivo de pornografía. En hombres sanos, el aumento del tiempo dedicado a ver pornografía se correlacionó con la actividad putaminal inferior izquierda con imágenes pornográficas (Kühn y Gallinat, 2014). Se observó una actividad potencial positiva tardía más baja para las imágenes pornográficas en sujetos con uso problemático de pornografía. Estos hallazgos, aunque contrastantes, no son incompatibles. La habituación a las señales de imagen en relación con las señales de video puede mejorarse en individuos sanos con uso excesivo; mientras que, los sujetos CSB con uso más severo / patológico pueden tener una reactividad de cue mejorada.

Aunque los estudios recientes de neuroimagen han sugerido algunos posibles mecanismos neurobiológicos de la CSB, estos resultados deben tratarse como tentativas dadas las limitaciones metodológicas (por ejemplo, tamaños de muestra pequeños, diseños de secciones transversales, únicamente sujetos masculinos, etc.). Existen lagunas actuales en la investigación que complican la determinación definitiva de si CSB se considera mejor como una adicción o no. Se necesita investigación adicional para comprender cómo se relacionan las características neurobiológicas con las medidas clínicamente relevantes, como los resultados del tratamiento para la CSB. Clasificar la CSB como una 'adicción conductual' tendría implicaciones significativas para los esfuerzos de políticas, prevención y tratamiento; Sin embargo, en este momento, la investigación está en su infancia. Dadas algunas similitudes entre la CSB y las adicciones a las drogas, las intervenciones efectivas para las adicciones pueden ser prometedoras para la CSB, por lo que brindan información sobre futuras direcciones de investigación para investigar esta posibilidad directamente.

  1. Kühn S, Gallinat J (2014). Estructura cerebral y conectividad funcional asociada con el consumo de pornografía: el cerebro en la pornografía. JAMA Psychiatry 71: 827 – 834.
  2. Mechelmans DJ, Irvine M, Banca P, Porter L, Mitchell S, Mole TB y otros (2014). Mayor sesgo de atención hacia señales sexualmente explícitas en individuos con y sin conductas sexuales compulsivas. PloS One 9: e105476.
  3. Minero MH, Raymond N, Mueller BA, Lloyd M, Lim KO (2009). Investigación preliminar de las características impulsivas y neuroanatómicas del comportamiento sexual compulsivo. Psychiatry Res 174: 146 – 151.
  4. Politis M, Loane C, Wu K, O'Sullivan SS, Woodhead Z, Kiferle L y otros (2013). Respuesta neuronal a las señales sexuales visuales en la hipersexualidad relacionada con el tratamiento con dopamina en la enfermedad de Parkinson. Cerebro 136: 400 – 411.
  5. Raymond NC, Grant JE, Coleman E (2010). Aumento con naltrexona para tratar el comportamiento sexual compulsivo: una serie de casos. Ann Clin Psychiatry 22: 55 – 62.
  6. Voon V, Mole TB, Banca P, Porter L, Morris L, Mitchell S y otros (2014). Correlatos neurales de la reactividad de la señal sexual en individuos con y sin conductas sexuales compulsivas. PloS One 9: e102419.
  7. Weintraub D, Koester J, Potenza MN, Siderowf AD, Stacy M, Voon V y otros (2010). Trastornos de control de impulso en la enfermedad de Parkinson: un estudio transversal de pacientes con 3090. Arch Neurol 67: 589 – 595. Revisiones de Neuropsicofarmacología (2016) 41, 385 – 386; doi: 10.1038 / npp.2015.300