Las neurociencias de la comunicación de la salud: un análisis fNIRS de la corteza prefrontal y el consumo de pornografía en mujeres jóvenes para el desarrollo de programas de salud de prevención (2020)

COMENTARIOS DE YBOP: Estudio único que compara a las usuarias de pornografía con las no usuarias. Parece una adicción para los autores:

Los resultados indican que la visualización del clip pornográfico (frente al clip de control) provoca una activación del área 45 de Brodmann del hemisferio derecho (BA 45, pars triangularis). También aparece un efecto entre el nivel de consumo autoinformado y la activación del BA 45 derecho: cuanto mayor es el nivel de consumo autoinformado, mayor es la activación. Por otro lado, aquellos participantes que nunca han consumido material pornográfico no muestran actividad del BA 45 correcto en comparación con el clip de control, lo que indica una diferencia cualitativa entre no consumidores y consumidores. Estos resultados concuerdan con otras investigaciones realizadas en el campo de las adicciones. Se plantea la hipótesis de que el sistema de neuronas espejo puede estar involucrado, a través del mecanismo de la empatía, lo que podría provocar un erotismo indirecto.

Más extractos:

El estímulo porno provoca un efecto mayor en función del grado de consumo. De acuerdo con nuestras expectativas, las mujeres que nunca han consumido material pornográfico no aumentan el grado de activación del derecho BA45 en comparación con el grupo de control. Este resultado es consistente con la interpretación del estímulo pornográfico como estímulo discriminativo del aprendizaje operante “consumo de pornografía”: si la persona nunca ha consumido pornografía, el aprendizaje no ha comenzado, por lo que el estímulo no es discriminatorio, sino neutral (podría incluso ser aversivo). ...

[Es importante] distinguir muy claramente entre prevención primaria (el sujeto no ha iniciado la conducta problemática) y prevención secundaria (cuando la conducta ya ha comenzado y buscaba gestionar los riesgos o hacerla desaparecer). En el primer caso, la prevención debe centrarse en programas de educación y promoción de la salud. … Aquí, el eje de comunicación debe ser tal que explique al sujeto y sus tutores, en el caso de menores, la importancia de no iniciar la conducta. Su iniciación provocaría rápidamente una sensibilización de esta zona cortical prefrontal, con las consecuencias de un posible anhelo ante estímulos eróticos discriminativos. [énfasis proporcionado]

COMENTARIOS DE UN NEUROCIENTISTA

Tiene mucho sentido. La pars triangularis es parte de la circunvolución frontal inferior (cosas que aprendes cuando pasas años haciendo la localización de fuentes con atlas cerebrales, un buen sentido de la neuroanatomía). Y la circunvolución frontal inferior es rica en neuronas espejo ... por lo que el compromiso o el reclutamiento del sistema espejo tiene total sentido. Los usuarios habituales están "entrenando" sus sistemas nerviosos para convertirse en "avatares" de las pantallas, así que esta sincronización tiene sentido para mí ... ahora el problema con eso, por supuesto, es que estás confiando en otras personas para producir excitación, por lo tanto, plantea 2 problemas: 1. falta de sincronización del espejo, falta de excitación (disparar juntos, cablear juntos), explicar disfunciones en usuarios habituales, 2. Soporte empírico para el modelo 3A (adquisición, activación, aplicación), por lo tanto, copiar e imitar el sadismo sexual y la sociopatía de las pantallas. Lo que explica la pornificación del sexo (violencia, dominación, humillación, etc.) en la generación actual.

Y otra nota, el IFG está muy cerca de la ínsula, por lo que encaja con la reactividad de la señal. La ínsula y el ACC funcionan en conjunto ... porque está probado que el dACC dispara como un loco para la reactividad de la señal. No me sorprendería si me mostrara el IFG reaccionando de la misma manera, porque el ACC y la ínsula se sincronizan juntos (se llama red de prominencia), y el IFG es el vecino de la ínsula, por lo que cierto grado de actividad superpuesta es para esperarse…

Mire un video que demuestra la activación cerebral del consumidor de pornografía.


Cuesta U, Niño JI, Martinez L y Paredes B (2020)

Frente. Psychol. 11: 2132. doi: 10.3389 / fpsyg.2020.02132

RESUMEN

Este trabajo explora el uso de la técnica de neuroimagen fNIRS utilizando estudiantes universitarias jóvenes con diferentes niveles de consumo de pornografía, y la activación de la corteza prefrontal (reactividad de señal) al ver un clip pornográfico (exposición de señal) versus un clip de control. Los resultados indican que la visualización del clip pornográfico (frente al clip de control) provoca una activación del área 45 de Brodmann del hemisferio derecho (BA 45, pars triangularis) (p <0.01). También aparece un efecto entre el nivel de consumo autoinformado y la activación del BA 45 derecho: cuanto mayor es el nivel de consumo autoinformado, mayor es la activación (p <0.01). Por otro lado, aquellos participantes que nunca han consumido material pornográfico no muestran actividad del BA 45 correcto en comparación con el clip de control (p <0.01) que indica una diferencia cualitativa entre no consumidores y consumidores. Estos resultados concuerdan con otras investigaciones realizadas en el campo de las adicciones. Se plantea la hipótesis de que el sistema de neuronas espejo puede estar involucrado, a través del mecanismo de la empatía, lo que podría provocar erotismo vicario. Finalmente, sugerimos las aplicaciones que pueden tener estos resultados para programas de prevención primaria y secundaria en el campo del consumo problemático de pornografía.

Introducción

En los últimos años, los avances tecnológicos experimentados en el campo de las neurociencias nos permiten estudiar la estructura del cerebro y su funcionamiento desde un enfoque previamente desconocido. Este ha sido un avance muy importante en diversas áreas aplicadas de las ciencias humanas. Uno de los campos más desarrollados gracias a esto ha sido el de la salud pública y la prevención ya que se ha generado una investigación fundamental para el desarrollo y optimización de las intervenciones de salud pública (Cuesta-Cambra et al., 2017; Cuerno et al., 2020).

Salud pública y prevención

La salud pública y preventiva es un área de extraordinario crecimiento. Una de las razones es la relación costo-beneficio que proporciona. Los programas de prevención relativamente económicos logran llegar a una gran parte de la población evitando riesgos y enfermedades que son muy costosas de tratar una vez desarrolladas. Pandemias recientes, especialmente COVID-19, han potenciado aún más esta área. Una de las áreas más relevantes de la salud pública y preventiva es la de las adicciones, dado que se trata de un problema que afecta a gran parte de la población y con consecuencias muy adversas (Mann et al., 2017).

Actualmente es posible observar cambios neuronales, analizar neuroimágenes y comprender mejor cómo operan los mecanismos que determinan los procesos cognitivos o conductuales de la adicción. Gracias a estos avances, el conocimiento actual sobre los factores que influyen en las conductas adictivas ha dado un salto cualitativo, identificando mejor algunos de los procesos neurobiológicos a través de los cuales los factores biológicos y socioculturales contribuyen a la adicción (Volkow y Boyle, 2018). Estas innovadoras líneas de investigación juegan un papel muy relevante en el diseño de programas de prevención que se dirijan con mayor precisión a los mecanismos que determinan los problemas de salud conductual y, por tanto, son fundamentales para prevenir conductas vinculadas a la adicción (Fishbein y Dariotis, 2019).

La prevención de adicciones consiste en persuadir a grandes grupos de población a través de programas de persuasión social desarrollados, fundamentalmente, a través de las redes sociales. La comunicación en salud es un campo cuya constante evolución confirma que es una herramienta estratégica que, correctamente utilizada, puede resultar muy eficaz para influir en el comportamiento de los individuos (Goldstein et al., 2015).

El informe del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Healthy People 2020, destaca la importancia de la investigación en el desarrollo de programas de comunicación en salud, aspecto que se confirma en estudios que demuestran la efectividad de la comunicación en la prevención del tabaquismo. (Kimber et al., 2020), al juego (Parham y otros, 2019) oa diferentes sustancias (Timko y Cucciare, 2019).

Sin embargo, en la actualidad hay una falta de investigación neurocognitiva básica que permita fundamentar mejor los programas de prevención y comunicación. Solo un conocimiento profundo de los mecanismos subyacentes a la conducta a modificar permitirá diseñar programas preventivos adecuados. En este sentido, la neurociencia puede aportar datos muy importantes, especialmente en áreas tan relevantes como las adicciones, donde los mecanismos neurocognitivos juegan un papel fundamental.

Una campaña de comunicación debe basarse en el rigor y la evidencia que aporta el conocimiento científico (Kumkale y otros, 2010), siendo la clave identificar a través de metodologías sólidas los factores neurocognitivos que intervienen en las adicciones para articular mensajes que realmente se dirijan a aquellas variables que promueven un cambio de comportamiento. Ninguna estrategia de comunicación es efectiva si los mensajes no se construyen sobre un marco de referencia que se define por un conocimiento adecuado de los conceptos motivadores que provocan la reacción de los receptores cerebrales (Gallagher y Updegraff, 2013). Por este motivo, algunos autores hablan del importante surgimiento de una nueva área de estudio: la neurociencia de la persuasión (Cacioppo et al., 2018). Como dicen estos autores: “En la última década ha surgido una literatura creciente sobre los correlatos neuronales de la persuasión....con la mayoría de los estudios en esta literatura enfocados en los correlatos neuronales del cambio de comportamiento luego de la exposición a un atractivo persuasivo... pero quedan importantes cuestiones pendientes por abordar y grandes oportunidades que perseguir que deberían atraer y despertar la atención de la investigación"(Cacioppo et al., 2018, pág.165). Es evidente la importancia de integrar el enfoque neurocientífico con las teorías del procesamiento de la información cognitiva y emocional que subyacen a la comunicación persuasiva y la prevención. Estas investigaciones no solo aumentarán nuestro conocimiento de la interacción del cerebro y la conducta, sino que también nos permitirán comprender mejor los mecanismos de persuasión e influencia social.

Adicción y adicción al comportamiento

La adicción es uno de los mayores problemas de salud pública del mundo contemporáneo. Las diferentes adicciones existentes provocan un gran número de muertes y enfermedades físicas y psicológicas, provocando además trastornos de conducta, personalidad, afectividad e integración social (San Juan, 2019).

Para comprender los principios básicos de la adicción, los estudios más recientes centran su interés en comprender cómo funciona el lóbulo prefrontal y cuáles son las funciones cognitivas asociadas, con el fin de evaluar qué papel juegan los sistemas de refuerzo dopaminérgico en el proceso, control inhibitorio, decisión hacer, la búsqueda de experiencias o relaciones sociales y otros factores. Goldstein y Volkow (2002) Explicar cómo se produce la adicción cuando se descompensa el sistema motivacional y el sistema de control inhibitorio prefrontal y el primero da un valor exagerado a la sustancia consumida repetidamente mientras el individuo es incapaz de inhibir una conducta que genera una recompensa inmediata y desconoce los riesgos de esta adicción. El mayor interés en las adicciones ha surgido una investigación más reciente sobre las adicciones conductuales. En 2013, la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales se modificó para incluir una subdivisión de los trastornos no relacionados con sustancias en la categoría de trastornos relacionados con sustancias y adictivos (Goldstein y Volkow, 2002). Esta subdivisión se centra específicamente en los trastornos adictivos que no implican el uso de sustancias y, a menudo, se denomina adicciones conductuales.

Además, en los últimos años la OMS ha introducido las adicciones conductuales en su clasificación. En esta nueva lista, la adicción a Internet es una de las más extendidas y podría ser la causa de importantes trastornos emocionales y psicológicos en el individuo (Demetrovics et al., 2008; Vondrácková y Gabrhelík, 2016). Dentro de Internet, el uso de la red con el objetivo de lograr la gratificación sexual es una práctica cada vez más común (Cooper y Griffin-Shelley, 2002). Existe evidencia sólida que indica que el consumo problemático de pornografía, así como la adicción a la pornografía, está aumentando, especialmente en los hombres jóvenes (Castro et al., 2019; de Alarcón et al., 2019), provocando serias dificultades en esta población.

Adicción a la pornografía

Gracias a la neurociencia, ha sido posible investigar las razones por las que los adolescentes tienen más probabilidades de desarrollar trastornos por consumo de sustancias que los adultos. Los resultados explican cómo durante la adolescencia los mecanismos de recompensa / motivación y los circuitos límbico-emocionales exhiben un estado de hiperactividad que fomenta una mayor reactividad emocional e impulsa la búsqueda de conductas que generen recompensa inmediata. Además, la corteza prefrontal no puede autorregularse por completo, lo que conduce a una mayor impulsividad y asunción de riesgos (Jordan y Andersen, 2017). A través de estudios basados ​​en metodologías de neuroimagen, se ha podido observar los circuitos neuronales que se activan durante las conductas adictivas, las respuestas gratificantes, así como todos aquellos procesos que activan el condicionamiento a la sustancia, estado de ánimo, ansiedad o reactividad durante el período de síntomas de abstinencia (Volkow et al., 2016; Zilverstand et al., 2016).

Existen múltiples estudios basados ​​en el conocimiento de las adicciones relacionadas con sustancias (Adicott, 2020; Votaw y otros, 2020), sin embargo, las investigaciones relacionadas con la adicción conductual son mucho más escasas, destacando aquellas enfocadas en comprender la relación entre la conducta adictiva y la activación de la Corteza Prefrontal Dorsolateral y sus efectos sobre la memoria de trabajo y la inhibición del control de las respuestas impulsivas (Alizadehgoradel et al., 2020; Maheux-Caron et al., 2020). Una de las adicciones conductuales que más ha llamado la atención en los últimos años es la adicción a la pornografía. El mayor uso de Internet puede haber llevado a un mayor consumo y aceptación de la pornografía (D'Orlando, 2011). La pornografía en Internet es única, ya que ofrece anonimato, acceso gratuito y fácil. Estos tres impulsores del uso de la pornografía en Internet, conocidos como el "motor Triple-A", son los que causan la popularidad de la pornografía en Internet (Cooper y Griffin-Shelley, 2002). Como consecuencia del aumento del uso de la pornografía en todo el mundo, se ha prestado mucha atención a la pornografía compulsiva en Internet como subdominio de la hipersexualidad (Carroll et al., 2008; Döring, 2009; Griffiths, 2013). Por otro lado, las personas que consumen cibersexo muestran cada vez más perfiles más jóvenes, y el consumo de pornografía online provoca una disminución de la autoestima y un aumento de los niveles de estrés en los jóvenes (Ainsworth-Masiello y Evans, 2019). Según el informe de la Asociación para la Investigación en Medios (AIMC), “Internet Audience March 2020”, el 15.3% de los usuarios en España son jóvenes de entre 14 y 24 años, destacando el progresivo crecimiento de los incluidos en el apartado de 14 a 19 años. Además, el hábito de consumo de Internet por parte de los adolescentes se caracteriza por un comportamiento impulsivo y descontrolado en el que prevalece la necesidad de repetir conductas adictivas, generando un alto grado de irritación si se interrumpe la navegación (Xanidis y Brignell, 2016; Rojas et al., 2018). Si consideramos que uno de los principales rasgos de personalidad de los adolescentes formados en la era digital es la urgente necesidad de obtener placer inmediato, entenderemos mejor el riesgo de las actividades que el consumo de contenido pornográfico online puede suponer para individuos aún en proceso de maduración de gratificación .

La evidencia empírica parece apoyar la noción de que el uso abusivo de pornografía en línea conduce a comportamientos adversos (cambios de comportamiento relacionados con la pareja, interacción social reducida, estándares de objetivos modificados), fisiológicos (modificación de patrones psicofisiológicos sexuales como la erección) y efectos emocionales (culpa, cadenas de pensamiento, reducción de la autoestima) (de Alarcón et al., 2019). También hay una fuerte evidencia que indica los efectos que causa el consumo de pornografía en el cerebro (Muller, 2018). De esta forma, a través de la inducción inversa, es posible comprender mejor los mecanismos que subyacen al consumo problemático de pornografía e incluso analizar la existencia de posibles diferencias o perfiles de “tipologías” de consumidores. En este sentido, una de las diferencias más importantes a investigar en este campo son las diferencias de género. Inhóf y col. (2019) han presentado recientemente pruebas sólidas sobre las diferencias de género en la activación de la corteza prefrontal en la adicción a Internet. En ocasiones, este comportamiento acaba convirtiéndose en una adicción conductual, lo que a su vez puede incrementar sus efectos adversos. Las adicciones conductuales son cada vez más frecuentes, especialmente entre los adultos jóvenes (por ejemplo, juegos de azar en línea, uso excesivo de teléfonos inteligentes y adicción a la pornografía en línea). Existe evidencia que indica que las mujeres se están sumando al uso de estos sitios web y dispositivos (Shaughnessy et al., 2011, 2017; Francés y Hamilton, 2018).

Por otro lado, las organizaciones de salud están generando proyectos de investigación que permitan desarrollar programas de prevención primaria y secundaria (tratamiento) basados ​​en programas de intervención ya existentes en este campo (Vondrácková y Gabrhelík, 2016; Sniewski y otros, 2018). Sin embargo, no hay evidencia empírica sólida sobre los hábitos de uso de la pornografía en línea de las mujeres ni sobre los mecanismos neurocognitivos involucrados en este comportamiento, lo que a su vez está perjudicando la creación de estos programas de prevención.

Esta investigación se lleva a cabo dentro del área emergente de “neurociencia de la adicción y prevención” (Volkow y Boyle, 2018). En este marco de referencia, se ha propuesto que el ciclo de adicción se articula en tres etapas e involucra tres regiones cerebrales fundamentales: (1) la respuesta anticipatoria, provocada principalmente por estímulos (internos o externos) que involucran a la corteza prefrontal y que es responsable del deseo, el impulso irreprimible que inicia la conducta, (2) la ejecución de la conducta (con o sin ingesta de sustancias) que involucra los ganglios de la base y el circuito de recompensa, y (3) el circuito extendido de la amígdala responsable de la abstinencia y restablecer el equilibrio en la respuesta al estrés (Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, 2016).

El objetivo de la prevención primaria es persuadir a la población objetivo para que evite que se produzca el comportamiento problemático. Por tanto, según este modelo, el ciclo de respuesta anticipatoria, como responsable de la iniciación de la conducta, es el que juega un papel más importante. Además, como señala el modelo, el comportamiento se activa debido a la aparición de un estímulo. Dado que la conducta adictiva consiste en un aprendizaje muy poderoso debido a la intensidad de la recompensa, el estímulo desencadenante actúa como un estímulo discriminatorio. El estímulo discriminativo es definido por la psicología del aprendizaje como aquel estímulo que le indica al sujeto la disponibilidad de refuerzo en el condicionamiento operante. Cuando el refuerzo involucra a los sistemas dopaminérgicos del cerebro con tanta intensidad como en las adicciones, la estimulación discriminativa y el ansia juegan un papel esencial. Esta investigación se centra en estudiar la importancia del estímulo discriminativo que consiste en imágenes sexualmente explícitas (exposición de señales) y la respuesta de ansia (reactividad de señales) en mujeres jóvenes que ven un clip con contenido pornográfico versus un clip con contenido neutro. Este paradigma se ha utilizado en el estudio de adicciones a sustancias, como fumar (Kroczek y otros, 2017), pero no se ha desarrollado en el campo de las adicciones conductuales como el consumo de pornografía.

Recientemente, Strahler y col. (2018) han estudiado los correlatos neurales de las diferencias de género en la distracción por estímulos sexuales. Estos autores investigaron la actividad neuronal específica de las imágenes sexuales en las regiones del cerebro implicadas en el procesamiento de la motivación y la recompensa. Descubrieron que los hombres, en comparación con las mujeres, mostraban respuestas más fuertes en el núcleo caudatus, la corteza cingulada anterior y el núcleo accumbens. Los rasgos de motivación sexual se correlacionaron selectivamente con la actividad del núcleo caudatus.

El objetivo de nuestra investigación es analizar el papel de la corteza prefrontal dorsolateral durante la exposición a señales de pornografía en mujeres jóvenes. Al lograr este objetivo, pretendemos proporcionar conocimientos sobre los fundamentos neurocognitivos de este comportamiento, que sentará las bases de futuros desarrollos de programas de prevención útiles. Esta investigación también puede ayudar a consolidar los programas de comunicación ya iniciados dentro de las organizaciones de salud en el campo. Este estudio probó si la corteza prefrontal de los participantes con alto (frente a bajo) consumo de pornografía mostraba una mayor activación cuando se exponía a contenido pornográfico en relación con una condición sin tratamiento. yon en línea con investigaciones anteriores (Kühn y Gallinat, 2014; Zangemeister y otros, 2019) esperábamos que los participantes con un consumo alto (frente a bajo) de pornografía aumentaran su actividad (reactividad de señal) en el área de la corteza prefrontal al estar expuestos a imágenes con contenido pornográfico (exposición de señal). Analizamos la actividad de la corteza prefrontal mediante la técnica fNIRS (espectroscopia funcional de infrarrojo cercano), que ha demostrado ser eficaz en este tipo de estudios (Karthikeyan y otros, 2020). También hay evidencia similar en estudios de neuroimagen que utilizan fNIRS en el campo de las adicciones (Leong et al., 2019).

Como se señaló, investigaciones anteriores han demostrado que los niveles más altos de reactividad de la pars triangularis derecha medidos por fNIRS en el área de la corteza prefrontal están asociados con esfuerzos de autorregulación. Por supuesto, es posible que otros estímulos en el contexto del laboratorio puedan ser responsables de tal diferencia potencial en la activación (por ejemplo, historia de portada, aparato de medición del cerebro, entorno de laboratorio). Por lo tanto, un objetivo importante del estudio actual fue comparar en qué medida difiere la activación de la corteza prefrontal en función del tipo de video (control frente a pornografía) al que estuvieron expuestos los participantes. La hipótesis a investigar propone que ciertas áreas de la corteza prefrontal se activarán en mayor medida durante el visionado de pornografía (versus control). Finalmente, también se hipotetiza un efecto de interacción: es decir, el efecto de la reactividad de la señal ante la presencia del estímulo discriminador (clip porno) será mayor cuanto mayor sea la tasa de consumo de pornografía y, por tanto, más intenso haya sido el aprendizaje operante. (Ferrari y Quaresima, 2012). Como pregunta de investigación se considerará la zona prefrontal específica donde aparecerá la mayor activación en cada circunstancia.

Materiales y Métodos

El procedimiento experimental del estudio fue aprobado por la comisión de investigación y protocolo ético del Departamento de Teorías y Análisis de la Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid.

La investigación se realizó con 28 sujetos: mujeres diestras, estudiantes universitarias españolas (Edad media = 20.04; DE = 0.79) que participaron voluntariamente sin conocer los objetivos de la investigación. Se excluyeron las mujeres de orientación homosexual o bisexual. Para controlar la influencia sociocultural, también se excluyeron sujetos de otros países. La activación de la corteza prefrontal se evaluó durante la visualización de los clips utilizando el sistema fNIRS: se emitió el clip pornográfico de los años 20 seguido de una pantalla en blanco de los 20 (línea de base de pornografía) y otros 20 de un clip de control (entrevista televisiva), seguido de una Pantalla en blanco de 20 s (control de línea de base). El orden de presentación de las condiciones “clip porno + línea de base de pornografía” y “línea de base de control + control” fue aleatorio. Los estímulos fueron diseñados con el programa PsychoPy21, un paquete de código abierto escrito en el lenguaje de programación Python que permite la creación de estímulos visuales y auditivos, protocolos de presentación y el registro y análisis de datos de forma sencilla y utilizada para experimentos de neurociencia y psicología experimental (Pierce, 2007, 2009; Peirce y MacAskill, 2018; Hansen, 2016).

Las variables independientes fueron las siguientes: VI1 = tipo de video (video porno vs. video de control) y VI2 = consumo de pornografía autoinforme como variable continua (rango de 0 a 6). La activación de la corteza frontal medida con fNIRS fue la variable dependiente.

Uso de pornografía en Internet

Primero, se les dijo a los participantes que iban a participar en un estudio que exploraba las variables de personalidad y las reacciones a ciertos estímulos. Luego, los participantes respondieron a algunas preguntas complementarias que sirvieron para respaldar la historia de portada, y luego respondieron al ítem (por ejemplo, "¿Con qué frecuencia suele ver pornografía por semana?") Cuyas respuestas variaron de "0" a "6". con números más altos que reflejan un mayor consumo de pornografía, lo que indica si habían visto pornografía. Esta medida de consumo de pornografía se ha utilizado previamente (con una escala ligeramente diferente) y ha demostrado su validez y fiabilidad para este tipo de estudio (Grubbs et al., 2015).

Estímulo

Durante la grabación de fNIRS, se pidió a los sujetos que se sentaran y se enfocaran en una pantalla en blanco. Luego se presentó un clip de 20 segundos, precedido por un punto de fijación de 2 segundos y seguido de una pantalla en blanco de 20 segundos como línea de base, en una secuencia ininterrumpida. Una vez terminados estos 20 segundos de pantalla blanca, otros 20 segundos comienzan con un clip neutral seguido de otros 20 segundos de pantalla en blanco como línea de base.

Para generar un clip de excitación sexual, seleccionamos una escena de orgía romana de la película. Calígula, de Tinto Brass, que describe explícitamente el sexo. Para el clip neutral, elegimos una entrevista de televisión estándar con una complejidad de estímulo similar con la misma pantalla en blanco como línea de base. La elección de una escena pornográfica pudo provocar excitación sexual, como se confirmó en un estudio piloto anterior con sujetos similares.

Para evitar errores acumulativos, los estímulos se presentaron en orden aleatorio.

Medición de la actividad prefrontal: fNIRS

La recogida de datos mediante fNIRS se realizó en el laboratorio de neurocomunicación de la Facultad de Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid2. Luego, los participantes se conectaron individualmente a los dispositivos fNIRS para registrar la actividad prefrontal mientras observaban los estímulos.

Los datos de actividad prefrontal se registraron mediante un sistema NIRSport2 fNIRS de NIRx (NIRx Medical Technologies LLC) que evalúa la activación cognitiva mediante el registro de la oxigenación cerebral. Los diodos emisores de luz (LED) en los optodos sujetos al cuero cabelludo por una tapa ajustada emiten luz de 650 a 1000 nm. Esta luz atraviesa el cráneo y la primera capa de la corteza antes de ser captada por los detectores correspondientes. Parte de esta luz es absorbida por cromóforos, pero el tejido humano es relativamente "transparente" en este rango espectral (Ferrari y Quaresima, 2012). La hemoglobina, la proteína de transporte que permite a los glóbulos rojos transportar oxígeno, es uno de esos cromóforos. Una mayor concentración de hemoglobina oxigenada resulta en una mayor absorción de luz. El sistema fNIRS muestra el grado de oxigenación en tiempo real a los investigadores basándose en este principio. Se interpreta que la presencia de un aumento de hemoglobina oxigenada es el resultado de que se utilizan más recursos neuronales en esa área. Normalmente, esto se denomina "activación". Los investigadores infieren la actividad cognitiva en función de la activación y extraen conclusiones de allí. También se utilizan de forma rutinaria otras tecnologías y técnicas para evaluar la actividad neuronal. Como técnica de neuroimagen, fNIRS es una alternativa mucho menos costosa que la tradicional resonancia magnética funcional (fMRI). A pesar de su menor relación señal-ruido (SNR), fNIRS se correlaciona en gran medida con las medidas de fMRI (Cui et al., 2011), lo que lo convierte en una alternativa confiable para su uso en estudios psicofisiológicos. fNIRS es móvil y menos sensible a los artefactos de movimiento que fMRI (Cui et al., 2011), que permite experimentos de neuroimagen que de otro modo serían imposibles, como los estudios de movimiento de todo el cuerpo. La capacidad de fNIRS para utilizarse en una modalidad móvil es vital para los estudios naturalistas, ya que el objetivo de un estudio naturalista es estar lo más cerca posible de la actividad del mundo real. Para las investigaciones de la reactividad de las señales, existen varios beneficios en el uso de fNIRS, por ejemplo, los sujetos están sentados en una posición vertical realista y pueden manipular objetos reales para provocar RC activando varios sentidos (visual, táctil, olfativo e interocepción durante el movimiento). Aunque fNIRS no puede medir la actividad hemodinámica en estructuras subcorticales, puede evaluar tanto la dlPFC involucrada en los procesos inhibitorios como la OFC involucrada en el procesamiento de la valencia emocional (Ehlis et al., 2014).

El fNIRS muestra los cambios relativos en los niveles de hemoglobina, calculados usando la ley de Beer-Lambert modificada (Figura 1 y XNUMX): cambio de hemoglobina oxigenada: delta O2Hb (μmol / L), cambio de hemoglobina desoxigenada: delta HHb (μmol / L) y cambio de hemoglobina total: delta cHb (μmol / L).

FIGURA 1

www.frontiersin.orgFigura 1. Cambios relativos en los niveles de hemoglobina.

Para medir los cambios en la oxigenación cerebral, este estudio utilizó el sistema NIRSport2. (NIRSport2 8-8, NIRx Medical Technologies LLC, Estados Unidos) que es un sistema fNIRS portátil, portátil y multicanal que consta de 8 fuentes de iluminación LED y 8 sensores de detección activa. Los emisores se colocaron en las posiciones F1, AF3, FC3, F5, F6, AF4, FC4 y F2, mientras que los detectores se colocaron en las posiciones F3, AF7, FC5, F7, F8, AF8, FC6 y F4 (Figura 2 y XNUMX). Se instalaron dieciocho canales que cubren la corteza prefrontal. La distancia entre la fuente y el detector era de 3 cm. Los optodos se colocaron en la cabeza del participante utilizando un Easycap en relación con el sistema internacional 10/20 (Jaspe, 1958). Los datos se adquirieron con Aurora 1.4. software de adquisición (v2014 NIRx Medical Technologies LLC) en dos longitudes de onda de luz infrarroja cercana de 760 y 850 nm, con una frecuencia de muestreo de 7.81 Hz.

FIGURA 2

www.frontiersin.orgFigura 2. Montaje de los optodos para registrar la señal en la corteza prefrontal.

Luego, los participantes se sentaron frente a una pantalla y se les dijo que se iban a mostrar imágenes de video. Se les indicó que lo observaran mientras el aparato medía su actividad cerebral y que esperaran unos 20 segundos después de que terminara el video para que también se pudiera recopilar un retorno a la línea de base. Una vez que se completó la recopilación de datos, los participantes fueron informados, agradecidos y despedidos.

Resultados

El NIRSport2 viene junto con Aurora fNIRS: una plataforma de software diseñada para registrar la señal. El algoritmo de optimización de señal automatizado garantiza una calidad de señal óptima antes de que se inicie una medición. Una vez que se registran los datos, los cambios de concentración de HbO y Hb se pueden visualizar en tiempo real en varios modos de visualización. Además, las visualizaciones completas de gama alta están disponibles de inmediato.

Además, el paquete nirsLAB está disponible: es un entorno de análisis de software basado en MATLAB desarrollado para respaldar el estudio de mediciones de tejido de infrarrojo cercano que varían en el tiempo utilizando el sistema NIRSport2. Está compuesto por módulos para: Importar datos de medición NIRS. Creando archivos que contienen la posición optode. Preprocesamiento de datos de medición utilizando programas de software que excluyen canales de datos que tienen ruido excesivo, eliminando intervalos de tiempo experimentalmente irrelevantes, eliminando artefactos de los datos y filtrando para excluir bandas de frecuencia experimentalmente irrelevantes. Calcular estados hemodinámicos mediante la configuración de parámetros dependientes de la longitud de onda y la longitud de la ruta. El análisis de datos utiliza funciones que se encuentran en el paquete SPM (mapeo paramétrico estadístico) para ampliar las capacidades de nirsLAB para incluir el análisis estadístico de series de tiempo de estado hemodinámico. Las funciones incluyen: Análisis de modelo lineal general (GLM) de nivel 1 de series de tiempo de estado hemodinámico fNIRS, para evaluar las relaciones dependientes de la posición entre las respuestas del canal de datos calculadas y los modelos temporales especificados por el usuario. Evaluación de Nivel 1 y Nivel 2 de la significancia estadística de los coeficientes de ajuste del modelo GLM (t-test, ANOVA), o de contrastes definidos por el usuario de dos o más modelos.

Figura 3 y XNUMX muestra la visualización de la imagen beta del administrador de contraste SPM en un 0.01 p-valor. Los colores denotan la magnitud de la respuesta de la hemoglobina oxigenada al clip pornográfico frente al clip no pornográfico y el área específica de la corteza prefrontal que se activó (p-valor = 0.01). La única zona que se activó significativamente más al visualizar el clip pornográfico en comparación con el clip no pornográfico fue la correspondiente al canal FC6 (optodo D07) y F6 (optodo S05) correspondiente al canal N12 (Figura 3 y XNUMX). Este canal registra el área 45 de Brodmann derecha (BA45), más específicamente la pars triangularis. En el video que aparece como Figura 4 y XNUMX, la activación de la corteza prefrontal en una persona que consume se puede ver dinámicamente durante la visualización del clip porno. El mapa de calor en el video muestra la mayor intensidad en la activación del BA45 derecho3. Cuando los sujetos se agruparon en dos grupos (no consumidores vs.consumidores) en base al autoinforme de consumo de material pornográfico, el análisis SPM2 produjo el mismo resultado con respecto al área activada (pars triangularis derecha) verificando el efecto de interacción (p <0.01): los sujetos de alto consumo muestran más Derecho Actividad BA45 al ver el clip pornográfico que sujetos no consumidores (Figura 5 y XNUMX). Esta figura muestra cómo la actividad de la derecha es menor que la actividad de la izquierda en los no consumidores.

FIGURA 3

www.frontiersin.orgFigura 3. Visualización de imágenes beta a 0.01 p-valor de la respuesta de hemoglobina oxigenada (reactividad de señal) a la exposición de señal (pornografía).

FIGURA 4

www.frontiersin.orgFigura 4. Activación de video de la corteza prefrontal en una persona consumidora durante el clip porno (Video complementario S1).

FIGURA 5

www.frontiersin.orgFigura 5. Activación de la corteza prefrontal en un no consumidor al ver un clip porno.

Figuras 6A – C mostrar los cambios relativos en los niveles de hemoglobina para canal 12 que se puede ver durante la visualización del clip pornográfico (Figura 6A) en un tema con altas puntuaciones de consumo de material pornográfico (consumidor) y (Figura 6B) un sujeto con puntuaciones de consumo bajas (no consumidor). En Figura 6C podemos ver los niveles de hemoglobina oxigenada y desoxigenada referidos a la derecha BA 45 en el consumidor durante el clip porno.

FIGURA 6

www.frontiersin.orgFigura 6. (A) Cambios relativos de hemoglobina en el canal 12 en un consumidor durante la visualización del clip porno. (B) Cambios relativos de hemoglobina en el canal 12 en un no consumidor durante la visualización del clip porno. (C) Niveles de hemoglobina oxigenada y desoxigenada referidos a la derecha BA 45 durante el clip porno (consumidor).

Una vez que nirsLAB indicó que los únicos efectos significativos aparecieron en el canal 12, realizamos un análisis de regresión lineal utilizando el modelo 2.16 macro PROCESS 1 para SPSS (SPSS, RRID: SCR_002865) con consumo de pornografía (centrado), metraje de pornografía como predictor multicategórico (Video de control, Regreso al control de línea de base, Video porno, Regreso a la pornografía de línea de base) y la interacción de las dos variables en el flujo sanguíneo del participante en el canal 12 de la corteza prefrontal (pars triangularis derecha). Contrastamos codificando las imágenes pornográficas de la siguiente manera: −2 = Control, −1 = Control Baseline, 1 = Porn Video, 2 = Porn Baseline. Para probar adecuadamente una interacción que tiene un predictor de múltiples categorías, seguimos el tutorial de Montoya y Hayes (2017). Esto requirió transformar la variable independiente en tres variables dicotómicas diferentes (D1, D2y D3). Informamos todas las comparaciones posibles entre las condiciones (Control vs.Control de línea base, Control vs.Porno, Control vs.Porno base, Control vs.

La regresión reveló una interacción bidireccional significativa entre el consumo de pornografía y las imágenes de video, ΔR2 = 0.019, F(3,23427) = 154.67, p <0.001, lo que significa que la relación entre el consumo de pornografía informado y la reactividad de la pars triangularis derecha varió en función de los diferentes videos y líneas de base (ver Figura 7 y XNUMX para toda la interacción bidireccional).

FIGURA 7

www.frontiersin.orgFigura 7. La reactividad de la pars triangularis derecha en función del consumo de pornografía autoinformada y el video porno.

Específicamente, al comparar el video de control y la línea de base de control, surgió una importante interacción bidireccional, B = −408.79, t(23427) = −10.963, p <0.001, IC del 95%: -481.881, -335.708. Como puede verse en Tabla 1, no hubo relación entre el consumo de pornografía autoinformado y la reactividad de la pars triangularis derecha en el video de control, B = −16.31, t(23427) = −0.60, p = 0.543, IC del 95%: -68.968, 36.337. Sin embargo, el consumo de pornografía se asoció negativamente con la reactividad de la pars triangularis derecha en la línea de base de control, B = −425.11, t(23427) = −16.43, p <0.001, IC del 95%: −475.799, −374.422, lo que indica que los participantes que informaron un consumo alto de pornografía (+1 SD) mostraron una reactividad de pars triangularis derecha más baja que aquellos que informaron un consumo de pornografía bajo (-1 SD).

TABLA 1

www.frontiersin.orgTabla 1. La reactividad de la pars triangularis derecha en función del consumo de pornografía autoinformada y el video porno.

Surgió una interacción bidireccional en la dirección opuesta al comparar el video de control con el video porno, B = 396.634, t(23427) = 10.321, p <0.001, IC del 95%: 321.309, 471.959. No hubo relación entre el consumo de pornografía autoinformado y la reactividad de la pars triangularis derecha en el video de control, B = −16.31, t(23427) = −0.60, p = 0.543, IC del 95%: -68.968, 36.337. Sin embargo, el consumo de pornografía se asoció positivamente con la reactividad de la pars triangularis derecha en el video porno, B = 380.31, t(23427) = 13.83, p <0.001, IC del 95%: 326.453, 434.184, lo que indica que los participantes que informaron un consumo alto de pornografía (+1 SD) mostraron una mayor reactividad de la pars triangularis derecha que aquellos que informaron un consumo de pornografía bajo (-1 SD).

Una interacción bidireccional marginalmente significativa similar surgió al comparar el video de control con la línea de base de la pornografía, B = 74.60, t(23427) = 1.824, p = 0.068, IC del 95%: -5.569, 154.772. Específicamente, no hubo relación entre el consumo de pornografía autoinformado y la reactividad de la pars triangularis derecha en el video de control, B = −16.31, t(23427) = −0.60, p = 0.543, IC del 95%: -68.968, 36.337. Sin embargo, el consumo de pornografía se asoció marginalmente con la reactividad de la pars triangularis derecha en la línea de base de la pornografía, B = 58.28, t(23427) = 1.88, p = 0.058, IC del 95%: −2.171, 118.743, lo que indica que los participantes que informaron un consumo alto de pornografía (+1 SD) mostraron una reactividad de la pars triangularis derecha ligeramente más alta que aquellos que informaron un consumo de pornografía bajo (-1 SD).

Al comparar la línea de base de control con el video porno, también surgió una importante interacción bidireccional, B = 805.43, t(23427) = 21.34, p <0.001, IC del 95%: 731.464, 879.394 (Tabla 2). El consumo de pornografía informado se asoció negativamente con la reactividad de la pars triangularis derecha en la línea de base de control, B = −425.11, t(23427) = −16.43, p <0.001, IC del 95%: −475.799, −374.422. Sin embargo, el consumo de pornografía se asoció positivamente con la reactividad de la pars triangularis derecha en el video porno, B = 380.31, t(23427) = 13.83, p <0.001, IC del 95%: 326.453, 434.184.

TABLA 2

www.frontiersin.orgTabla 2. Efectos de la regresión lineal múltiple con consumo de pornografía autoinformado y metraje de pornografía (video de control, línea de base de control, video de pornografía y línea de base de pornografía) como variables predictoras y la reactividad de la pars triangularis derecha como variable dependiente

También surgió una importante interacción bidireccional entre el video porno y la línea de base del porno, B = −322.033, t(23427) = −7.79, p <0.001, IC del 95%: −403.006, −241.060, donde el consumo de pornografía se asoció positivamente con la reactividad de la pars triangularis derecha en el video porno, B = 380.31, t(23427) = 13.83, p <0.001, IC del 95%: 326.453, 434.184. Sin embargo, el consumo de pornografía se asoció marginalmente con la reactividad de la pars triangularis derecha en la línea de base de la pornografía, B = 58.28, t(23427) = 1.88, p = 0.058, IC del 95%: −2.171, 118.743. Por último, también surgió una importante interacción bidireccional entre la línea de base de control y la línea de base de la pornografía, B = 483.396, t(23427) = 12.00, p <0.001, IC del 95%: 404.501, 562.291. Como puede verse en Tabla 1, el consumo de pornografía informado se asoció negativamente con la reactividad de la pars triangularis derecha en la línea de base de control, B = −425.11, t(23427) = −16.43, p <0.001, IC del 95%: −475.799, −374.422. Sin embargo, el consumo de pornografía se asoció marginalmente con la reactividad de la pars triangularis derecha en el video porno, B = 58.28, t(23427) = 1.88, p = 0.058, IC del 95%: −2.171, 118.743 (ver Figura 7 y XNUMX para toda la interacción bidireccional).

Como puede verse en Tabla 3, los resultados del análisis de varianza muestran valores estadísticamente significativos en todos los niveles de análisis (p <0.01) tanto para efectos principales como para interacción, lo que confirma los datos obtenidos previamente por la regresión múltiple.

TABLA 3

www.frontiersin.orgTabla 3. Efectos de ANOVA bidireccional con consumo de pornografía autoinformado y metraje de pornografía (control y pornografía) como variables predictoras y la reactividad de pars triangularis derecha como variable dependiente.

En la siguiente figura (Figura 8 y XNUMX) la variable independiente “nivel de consumo” se ha transformado en una variable dicotómica: sujetos que nunca han consumido material pornográfico y sujetos que lo han consumido. La nueva variable dicotómica generó dos grupos prácticamente idénticos en cuanto al número de sujetos.

FIGURA 8

www.frontiersin.orgFigura 8. ANOVA bidireccional que muestra la reactividad de la pars triangularis derecha en función de los valores extremos del consumo de pornografía autoinformado y de las imágenes (control frente a pornografía).

El análisis de varianza realizado (Tabla 4) indicó que existen efectos principales (p <0.01) del factor "tipo de clip visto" (control vs pornografía) pero no hay efectos principales (p <0.144) del factor "nivel de consumo" (consumidor frente a no consumidor) así como el efecto de interacción (p <0.01). Es decir, el efecto de interacción es lo suficientemente fuerte como para anular el efecto principal del tipo de visualización: los sujetos que nunca han visto pornografía disminuyen su activación cortical en N12 (BA45, pars triangularis derecha) mientras que aquellos que lo han visto aumentan significativamente la activación cortical en a la derecha BA45.

TABLA 4

www.frontiersin.orgTabla 4. Efectos de ANOVA bidireccional con valores extremos de consumo de pornografía autoinformada y metraje de pornografía (control y pornografía) como variables predictoras y la reactividad de la pars triangularis derecha como variable dependiente.

Discusión

El objetivo fue encontrar evidencias que nos permitan aportar conocimientos no solo a los fundamentos de la neurociencia, sino también a los fundamentos de la neurociencia de persuasión y la comunicación y la salud. Así, el objetivo final de esta investigación es encontrar certezas que permitan el diseño de programas de prevención en salud. Más específicamente, en el ámbito de la prevención del consumo problemático de material pornográfico por parte de mujeres jóvenes, que recientemente se han sumado al consumo problemático de pornografía (Shaughnessy et al., 2011, 2017; Serrano, 2017 años.; Francés y Hamilton, 2018).

El mayor uso de Internet puede haber llevado a un mayor consumo y aceptación de la pornografía (D'Orlando, 2011). La pornografía en Internet es única, ya que ofrece anonimato, acceso gratuito y fácil. Estos tres impulsores del uso de la pornografía en Internet, conocidos como el "motor Triple-A", son los que causan la popularidad de la pornografía en Internet (Cooper, 1998). Como consecuencia del aumento del uso de la pornografía en todo el mundo, se ha prestado mucha atención a la pornografía compulsiva en Internet como subdominio de la hipersexualidad (Carroll et al., 2008; Döring, 2009; Griffiths, 2013).

Los programas de prevención consiguen llegar a gran parte de la población evitando riesgos y enfermedades. Sin embargo, existe una evidente falta de investigación neurocognitiva que permita desarrollar mejores programas de comunicación en salud. Solo el conocimiento de los mecanismos subyacentes a la conducta a modificar permitirá diseñar programas preventivos adecuados.

Esta investigación se centra en estudiar la importancia del estímulo discriminativo que consiste en imágenes sexualmente explícitas (exposición de señales) y la respuesta de ansia (reactividad de señales) en mujeres jóvenes consumidoras y no consumidoras de videos porno. Este paradigma se ha utilizado con frecuencia en el estudio de las adicciones a sustancias (Kroczek y otros, 2017), pero mucho menos desarrollado en el campo de las adicciones conductuales como el consumo de pornografía.

La idea subyacente es la siguiente: para poder desarrollar programas de prevención efectivos sobre el consumo de pornografía, es necesario conocer cómo son los estímulos discriminativos que desencadenan la aparición de conductas. Es importante considerar que el entorno en el que se desarrolla el comportamiento de los jóvenes presenta constantemente estímulos de alta carga erótica que pueden actuar como estímulos discriminatorios. No solo los estímulos publicitarios, sino muchos otros, como los que aparecen en redes sociales como Instagram o TikTok, presentan una gran cantidad de contenido erótico que pueden actuar como estímulos discriminatorios provocando conductas y potenciando el aprendizaje de conductas problemáticas. También hay una fuerte evidencia que indica los efectos que causa el consumo de pornografía en el cerebro (Muller, 2018). Este estudio probó si la corteza prefrontal de los participantes con alto (frente a bajo) consumo de pornografía mostraba una mayor activación cuando se exponía a contenido pornográfico en relación con una condición sin tratamiento. De acuerdo con investigaciones anteriores (Kühn y Gallinat, 2014; Zangemeister y otros, 2019) esperábamos que los participantes con alto (frente a bajo) consumo de pornografía aumentaran su actividad (reactividad de señal) en el área de la corteza prefrontal cuando se exponían a imágenes con contenido pornográfico (exposición de señal). Analizamos la actividad de la corteza prefrontal mediante la técnica fNIRS (espectroscopia funcional de infrarrojo cercano), que ha demostrado ser eficaz en este tipo de estudios (Leong et al., 2019; Karthikeyan y otros, 2020).

En la investigación actual, 28 jóvenes universitarias informaron por sí mismas sobre sus hábitos de consumo de pornografía y vieron dos videoclips de 20 segundos (pornografía frente a control) mientras se grababa la actividad de su corteza prefrontal con fNIRS. Los resultados obtenidos indicaron que el estímulo discriminativo provocó una mayor actividad cortical en el área 45 de Brodmann (BA45 derecha, pars triangularis) del hemisferio derecho en mujeres consumidoras, pero no en mujeres no consumidoras (p <0.01). También indicaron que tEste efecto se da en el grupo experimental en comparación con el grupo de control y que el estímulo de la pornografía provoca un efecto mayor en función del grado de consumo. CDe acuerdo con nuestras expectativas, las mujeres que nunca han consumido material pornográfico no aumentan el grado de activación del derecho BA45 en comparación con el grupo de control. Este resultado es consistente con la interpretación del estímulo pornográfico como estímulo discriminativo del aprendizaje operante “consumo de pornografía”: si la persona nunca ha consumido pornografía, el aprendizaje no ha comenzado, por lo que el estímulo no es discriminatorio, sino neutral (podría incluso ser aversivo). Las investigaciones futuras deberían analizar la diferencia entre los "no consumidores" y los consumidores para probar esta hipótesis interpretativa. Además, conviene analizarlo utilizando diferentes tipos de adicciones como el juego, las redes sociales, etc. Dado que uno de los intereses prioritarios de esta investigación es aportar evidencias para la fundación de programas de prevención en salud y consumo de pornografía en mujeres, Es importante profundizar en la interpretación del resultado: la activación de la pars triangularis (área 45 de Brodmann) prefrontal del hemisferio derecho. Aunque esta línea de investigación es muy reciente, ya existe alguna bibliografía donde se ha encontrado más actividad de la pars triangularis derecha en las adicciones. Por ejemplo, Irizar y col. (2020) ha encontrado que el volumen de la circunvolución frontal inferior derecha (es decir, pars triangularis) fue significativamente mayor tanto en el juego patológico como en la dependencia de la cocaína frente a los grupos de control. Existe una abundante bibliografía que vincula esta área con las neuronas espejo y la empatía. (Uribe et al., 2019; Krautheim et al., 2019; Rymarczyk y col., 2019). Recientemente se ha confirmado empíricamente que el hemisferio derecho juega un papel importante en la interpretación de los gestos y el lenguaje no verbal, especialmente el área 45 de Brodmann (Inhof et al., 2019; Krautheim et al., 2019). Estos datos podrían implicar que el área 45 de Brodmann, tradicionalmente asociada al lenguaje verbal en el hemisferio izquierdo, se complementa con las funciones desarrolladas en el hemisferio derecho. De esta forma, el hemisferio izquierdo tendría un papel más ligado a la memoria semántica y la comprensión de significados lingüísticos, mientras que el hemisferio derecho se ocuparía de la comprensión de significados no lingüísticos. Ambos trabajarían junto con la memoria de trabajo pero vinculados a diferentes funciones.

Por otro lado, también se han encontrado correlatos neocorticales para la dimensión de empatía cognitiva, mientras que la empatía afectiva estaría relacionada con estructuras subcorticales. Funcionalmente, la empatía afectiva parece estar relacionada con la conectividad entre las cortezas orbitaria y cingulada y las estructuras más profundas del sistema límbico (Uribe et al., 2019; Xiong y col., 2019). Una hipótesis muy plausible podría ser que la estructura neocortical del BA45 actúa como una interfaz entre los aspectos cognitivos y emocionales de la empatía y la interpretación del comportamiento no verbal de los demás. Además, esta hipótesis es consistente con el hecho de que en esta zona se encuentran un número importante de neuronas espejo, lo que estaría muy implicado en la empatía (Gallese, 2001; Decencia, 2002; Preston y De Waal, 2002; Decety y Jackson, 2004; Keysers y Gazzola, 2010). En realidad, esta zona del cerebro, y otras muy próximas, como la ínsula anterior, la corteza cingulada anterior, la corteza frontal inferior, están estrechamente ligadas a la vivencia de emociones como el disgusto, la felicidad o el dolor, especialmente al ver a otra persona experimentando estas emocionesBotvinick y otros, 2005; Lamm et al., 2007). Freedberg y Gallese (2007) han demostrado la importancia del sistema de neuronas espejo para las experiencias estéticas. Las experiencias estéticas son consideradas experiencias de percepción, creación y evaluación de estímulos que evocan sentimientos muy intensos (Chatterjee, 2011; Pearce y otros, 2016). Christian Keysers del Social Brain Lab y sus colegas han demostrado que las personas que son más empáticas según los cuestionarios de autoinforme tienen activaciones más fuertes de las emociones, lo que brinda un apoyo más directo a la idea de que el sistema de espejos está vinculado a la empatía. Es posible que el sistema de espejos no responda pasivamente a la observación de acciones, sino que esté influenciado por la mentalidad del observador (Molenberghs et al., 2012).

Estas investigaciones nos permiten proponer la siguiente interpretación de los resultados de nuestra investigación: los sujetos que consumen pornografía, según sus cuestionarios de autoinforme, pueden mostrar una mayor empatía por las imágenes pornográficas. En otras palabras, la “exposición de señales” provocaría una reacción mayor debido a la activación de una especie de “erotismo vicario” ligado a la empatía más que al puro placer dopaminérgico que brindan los sistemas de placer cerebral. Aunque todavía no existe suficiente evidencia empírica, se podría pensar que las neuronas espejo están involucradas en la conducta sexual, especialmente en su componente empático. White (2019) habla de “empatía erótica” al referirse a este concepto. Como hemos señalado, esta hipótesis interpretativa también estaría apoyada por el hecho de que es el hemisferio cerebral derecho el que muestra actividad BA45. Como se indicó, el hemisferio derecho parece estar a cargo de procesar las interpretaciones cognitivas de los aspectos no semánticos de la comunicación. Por otro lado, se han encontrado diferencias de género muy claras en esta área del cerebro. Por ejemplo, Kurth y col. (2017) encontraron volúmenes de materia gris significativamente mayores en mujeres que en hombres para BA 44 y BA 45 derecha bilateralmente, pero no hubo diferencias significativas entre sexos con respecto a la asimetría BA 44/45. Esto podría explicar la diferencia entre hombres y mujeres en términos de capacidad semántica y empática en muchos aspectos de las relaciones psicosociales.

A pesar de la novedad de esta propuesta, otros autores han encontrado datos que apoyan la idea de que el área 45 del hemisferio derecho de Brodmann derecho podría estar vinculada a adicciones conductuales estrechamente vinculadas a la empatía y las relaciones sociales. Por ejemplo, Schmitgen y col. (2020) encontró que los sujetos con La adicción a los teléfonos inteligentes mostró una mayor activación en la corteza prefrontal derecha, específicamente en la pars triangularis (derecha BA 45). En un sentido muy similar, Inhóf y col. (2019) ha demostrado que las mujeres que reportaron uso problemático o adicción a las redes sociales en Internet mostraron una mayor activación en la misma zona: la pars triangularis (BA 45 derecha) del hemisferio derecho y también en la pars opercularis derecha. Considerando que el objetivo de este trabajo es aportar conocimiento al área de la comunicación y las neurociencias de la salud y, más específicamente, de la prevención, es necesario proponer una hipótesis interpretativa de estos resultados en términos de la teoría de la comunicación y la prevención. En este sentido, se pueden establecer dos futuras rutas de investigación. La primera es ahondar en la diferencia entre “no consumidores” y “consumidores”: los datos parecen indicar que las reacciones a estímulos discriminantes (estímulos eróticos), responsables de la exposición a señales, actúan de manera muy diferente en los no consumidores en comparación con los descanso. En los participantes no consumidores, el BA 45 derecho (pars triangularis) del hemisferio derecho no parece estar activado, en comparación con el estímulo erótico, lo que es muy consistente con la idea de que es un estímulo discriminativo. La primera conclusión, por tanto, es importante: conviene distinguir muy claramente entre prevención primaria (el sujeto no ha iniciado la conducta problemática) y prevención secundaria (cuando la conducta ya ha comenzado y buscaba gestionar los riesgos o hacerla desaparecer) . En el primer caso, la prevención debe centrarse en programas de educación y promoción de la salud. Aquí, el eje de comunicación debe ser tal que explique al sujeto y sus tutores, en el caso de los menores, la importancia de no iniciar la conducta. Su iniciación provocaría rápidamente una sensibilización de esta zona prefrontal cortical, con las consecuencias de un posible ansia ante estímulos eróticos discriminativos. En el caso de la “prevención” secundaria, los programas de persuasión deben enfocarse en modificar las actitudes del sujeto para eliminar o modificar el comportamiento del consumidor. En el caso de las mujeres jóvenes, el resultado de esta investigación parece indicar que una motivación importante en el comportamiento de consumo de pornografía puede ser la búsqueda vicaria de vínculos empáticos de carácter erótico que está muy impulsado por el sistema de neuronas espejo. En otras palabras, encontraríamos dos variables: el sistema de placer límbico característico de la conducta erótica y el sistema de neuronas espejo característico de la conducta empática involucrada.

Si estas hipótesis son correctas, los programas de prevención en mujeres jóvenes deberían enfocarse en modificar actitudes vinculadas a la búsqueda de la “empatía erótica” o el “erotismo vicario”. Dicho en términos de teoría de la comunicación: la intuición del objetivo indica que el eje de la comunicación y la estrategia de los programas preventivos deben centrarse en estos aspectos del comportamiento humano. Por tanto (en términos de la teoría de la comunicación social persuasiva) la USP (Propuesta de venta única) debe referirse a los beneficios en términos de “empatía erótica” que obtendría el sujeto si modificara sus actitudes (y, por tanto, su comportamiento) en este ámbito. . En el mismo sentido, el RW (Reason Why) debería proporcionar al sujeto nuevos incentivos de refuerzo para reemplazar el placer cognitivo y emocional proporcionado por el “erotismo vicario / empático”.

Por tanto, en este sentido, conviene desarrollar futuras líneas de investigación: analizar, mediante técnicas de neuroimagen (fNIRS, fMRI), cómo se comportan los mecanismos cerebrales de los sujetos frente a diferentes mensajes de comunicación preventiva en esta área del consumo de pornografía. El procedimiento puede consistir en manipular, como variable independiente, el tipo de mensaje, la USP y el RW, utilizando los resultados de la neuroimagen como variable dependiente. En este sentido, otra importante línea de investigación futura puede consistir en analizar las diferencias de género. Si la hipótesis es correcta, es razonable plantear la hipótesis de que diferentes áreas de la corteza prefrontal se activan en los hombres en comparación con las mujeres, ante los estímulos pornográficos.

Las limitaciones de esta investigación se refieren al tamaño de la muestra: aunque el número de sujetos es considerable para este tipo de investigaciones de neuroimagen, sobre todo teniendo en cuenta que la muestra es muy homogénea (jóvenes universitarias españolas). Sin embargo, una ampliación del tamaño de la muestra podría permitir diferenciar mejor entre los diferentes grados de adicción y entre “no consumidores” y consumidores.

Nuestro paradigma es interesante de varias formas. Primero, muestra que, en mujeres jóvenes, BA 45 (pars triangularis) de la corteza prefrontal derecha juega un papel importante en el comportamiento de consumo de pornografía. Este hallazgo podría explicar la reactividad de la señal causada por la exposición de la señal que sería responsable del deseo que, a su vez, desencadenaría un comportamiento de consumo. En segundo lugar, estos datos podrían considerarse una base para los programas de prevención secundaria donde la estrategia de comunicación, la Razón por la cual y la Propuesta de Venta Única fueran "erotismo vicario / empático". En cambio, para los programas de prevención primaria, la estrategia de comunicación debe centrarse en explicar las modificaciones en los circuitos de la corteza prefrontal derecha que provocan la aparición de esta conducta y sus consecuencias cognitivas y emocionales. Finalmente, esta investigación puede ser útil, si se continúa investigando en esta dirección, para encontrar marcadores biológicos en esta conducta problemática o adictiva, en línea con otras investigaciones similares (Man y col., 2019).

Declaración de disponibilidad de datos

Los datos en bruto que respaldan la conclusión de este artículo serán proporcionados por los autores, sin reservas indebidas.

Declaración de Ética

El procedimiento experimental del estudio fue revisado y aprobado por la comisión de investigación y protocolo ético del Departamento de Teorías y Análisis de la Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid. Los pacientes o participantes proporcionaron su consentimiento informado por escrito para participar en este estudio.

Contribuciones de autor

UC ayudó en la conceptualización y ejecución del estudio, principalmente responsable del análisis de datos y redacción parcial del manuscrito y revisó críticamente el manuscrito y aprobó su forma final. JN ayudó en la conceptualización del estudio, la redacción parcial del manuscrito y revisó críticamente el manuscrito y aprobó su forma final. LM ayudó en la recolección e interpretación de datos, la redacción del manuscrito y las revisiones críticas, y aprobó el manuscrito final. BP ayudó en el análisis e interpretación de datos y en la revisión crítica del manuscrito. Todos los autores contribuyeron al artículo y aprobaron la versión enviada.

Conflicto de intereses

Los autores declaran que la investigación se llevó a cabo en ausencia de cualquier relación comercial o financiera que pudiera interpretarse como un posible conflicto de intereses.

AGRADECIMIENTOS

Nuestro agradecimiento a Carolina Bengochea, personal de apoyo a la investigación del laboratorio de Neurolabcenter de la UCM (www.neurolabcenter.com) por su colaboración en la recopilación y análisis de datos. También a Marion Roberts, aprendiz de laboratorio por su ayuda en la coordinación de la investigación.

Material suplementario

El Material complementario para este artículo se puede encontrar en línea en: https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyg.2020.02132/full#supplementary-material