Revista Internacional de la Jurisprudencia de la Familia, de próxima publicación.
Boston College Law School Estudios Jurídicos Investigación Papel
67 Páginas publicadas: 8 de mayo de 2019
Fecha de escritura: mayo 1, 2019
Resumen
Tras el secuestro violento, la violación y el asesinato de Asifa Bano, de ocho años, en Kathua, Cachemira, su nombre encabezó la tabla de búsqueda de tendencias en al menos un sitio web de pornografía importante. En todo el mundo, en el Reino Unido, un niño de trece años informó: “La gente de la escuela me ha acosado para ver videos pornográficos, lo que me hace sentir mal. Una de ellas mostraba a una mujer siendo violada, fue muy molesto ". Otra joven confesó:" Estoy realmente avergonzada y ahora estoy recibiendo correos electrónicos de toneladas de sitios pornográficos. Estoy tan asustada que mi madre se va a enterar ".
La pornografía no es inofensiva. Cada día, niños de hasta cinco años de edad están expuestos, ya sea involuntariamente o por medio de búsquedas deliberadas, a contenido sorprendentemente violento que comprende la pornografía general de hoy. Los efectos de los niños pequeños al ver contenido "apenas legal" y al consumir mensajes sexualmente agresivos a una edad temprana se manifiestan en una serie de daños que son lo suficientemente graves como para haber impulsado la regulación gubernamental.
Además de evaluar críticamente el requisito de verificación de edad para proveedores de pornografía comercial, nosotros, como individuos, padres, maestros y comunidades, debemos reconocer la exposición infantil a la pornografía como un problema de salud pública y reaccionar en consecuencia. La regulación por sí sola no es suficiente para defender los derechos de los niños a estar libres de daños, disfrutar de la infancia y desarrollarse de una manera saludable. Nuestra respuesta debe enfatizar, sin tomar en cuenta la política o la moralidad, los daños que la pornografía representa para los niños y buscar sensibilizar a todos los sectores; debemos asegurarnos de que la industria de la pornografía sea responsable legal y socialmente, así como capacitar a los educadores para que discutan francamente los problemas con los padres y los niños. Lo más importante es que debemos comprometernos a mantener las voces de los niños en el centro de nuestras discusiones y escuchar atentamente sus sugerencias, inquietudes y preguntas relacionadas con la pornografía y la sexualidad.