Los componentes del cerebro adolescente y su sensibilidad única al material sexualmente explícito (2019)

Enlace al resumen - J adolesc. 2019 Feb 9; 72: 10-13. doi: 10.1016 / j.adolescence.2019.01.006.

Brown JA1, Wisco JJ2.

Resumen

INTRODUCCIÓN: El enfoque de esta breve revisión de la literatura es explorar si existe una relación entre los paradigmas anatómicos y fisiológicos únicos del cerebro adolescente y una mayor sensibilidad al material sexualmente explícito.

MÉTODOS: Las bases de datos de investigación de EBSCO se buscaron utilizando los siguientes términos clave: adolescencia, desarrollo cerebral adolescente, neuroplasticidad, material sexualmente explícito, sexualización y pornografía.

RESULTADOS: La literatura destacó varios componentes del cerebro adolescente que son diferentes al cerebro maduro. Estos incluyen: una corteza prefrontal inmadura y circuitos límbicos y estriatales que responden en exceso, un período elevado de neuroplasticidad, un sistema de dopamina hiperactiva, un eje HPA pronunciado, niveles aumentados de testosterona y el impacto único de las hormonas esteroides. La respuesta fisiológica al material sexualmente explícito es delineada. La superposición de áreas clave asociadas con el desarrollo único del cerebro adolescente y el material sexualmente explícito es notable. Se resume un resumen de un modelo de trabajo que compara la respuesta del cerebro adulto y adolescente con el mismo estímulo sexualmente explícito.

CONCLUSIONES: La literatura sugiere que el cerebro adolescente puede ser más sensible al material sexualmente explícito, pero debido a la falta de estudios empíricos, esta pregunta no puede responderse definitivamente. Se dan sugerencias para futuras investigaciones para avanzar más el trabajo en este campo aplicable de hoy.

PALABRAS CLAVE: Adolescencia; Desarrollo cerebral adolescente; Neuroplasticidad; Pornografía; Sexualización; Material sexualmente explícito

PMID: 30754014

DOI: 10.1016 / j.adolescence.2019.01.006

Paradigmas únicos del cerebro adolescente.

El enfoque de esta breve revisión de la literatura es explorar si existe una relación entre los paradigmas anatómicos y fisiológicos únicos del cerebro adolescente y una mayor sensibilidad al material sexualmente explícito. Se realizaron búsquedas en las bases de datos de investigación de EBSCO utilizando los siguientes términos clave: adolescencia, desarrollo cerebral adolescente, neuroplasticidad, material sexualmente explícito, sexualización, pornografía. La adolescencia es el período comprendido entre la niñez y la edad adulta abarcado por cambios en el desarrollo físico, psicológico y social (Ernst, Pine y Hardin, 2006).

Los paradigmas únicos del cerebro adolescente incluyen los siguientes: 1) Una corteza prefrontal inmadura y circuitos límbicos y estriatales con respuesta excesiva (Dumontheil, 2016; Somerville y Jones, 2010; Somerville, Hare y Casey, 2011; Van Leijenhorst et al. , 2010; Vigil et al., 2011); 2) Un período elevado de neuroplasticidad (McCormick y Mathews, 2007; Schulz y Sisk, 2006; Sisk y Zehr, 2005; Vigil et al., 2011); 3) Sistema de dopamina hiperactivo (Andersen, Rutstein, Benzo, Hostetter y Teicher, 1997; Ernst et al., 2005; Luciana, Wahlstrom y White, 2010; Somerville y Jones, 2010; Wahlstrom, White y Luciana, 2010) ; 4) Un eje HPA pronunciado (Dahl y Gunnar, 2009; McCormick y Mathews, 2007; Romeo, Lee, Chhua, McPherson y McEwan, 2004; Walker, Sabuwalla y Huot, 2004); 5) Niveles aumentados de testosterona (Dorn et al., 2003; Vogel, 2008; Mayo Clinic / Mayo Medical Laboratories, 2017); y 6) El impacto único de las hormonas esteroides (cortisol y testosterona) en el desarrollo del cerebro durante la ventana organizativa de la adolescencia (Brown y Spencer, 2013; Peper, Hulshoff Pol, Crone, Van Honk, 2011; Sisk y Zehr, 2005; Vigil et al., 2011).

Blakemore y sus colegas han liderado el campo del desarrollo del cerebro adolescente y han opinado que los años de la adolescencia deben considerarse un período sensible debido a la dramática reorganización cerebral que se está produciendo (Blakemore, 2012). Las áreas del cerebro que experimentan más cambios durante la adolescencia incluyen control interno, tareas múltiples y planificación (Blakemore, 2012).

Blakemore y Robbins (2012) vincularon la adolescencia a la toma de decisiones arriesgada y atribuyeron esta característica a la disociación entre el desarrollo lineal relativamente lento del control de impulsos y la inhibición de la respuesta durante la adolescencia frente al desarrollo no lineal del sistema de recompensa, que a menudo es hiper-sensible a Recompensas en la adolescencia.

Material sexualmente explícito

El material sexualmente explícito activa la amígdala del sistema límbico (Ferretti et al., 2005; Karama et al., 2002; Redoute et al., 2000; Walter et al., 2008). La activación de la amígdala inicia concomitantemente lo siguiente: 1) el hipotálamo activa las neuronas en el tronco encefálico y la médula espinal, iniciando la división simpática del sistema nervioso autónomo que produce la liberación sistémica de epinefrina y norepinefrina; 2) el hipotálamo estimula la glándula pituitaria, lo que produce la liberación de cortisol a través del eje hipotálamo-pituitaria-suprarrenal (HPA), y la liberación de testosterona a través del eje hipotálamo-pituitaria-gonadal (HPG) (Viau, 2002); 3) el núcleo accumbens se activa a través de la dopamina. Para una revisión exhaustiva de la amígdala y sus inervaciones y la regulación de los procesos somáticos, consulte Mirolli, Mannella y Baldassarre (2010). La función de la corteza prefrontal disminuye y la función de los ganglios basales aumenta debido a la liberación de neurotransmisores (Arnsten, 2009; Hanson et al., 2012; Radley, 2005).

Tanto el uso poco frecuente como frecuente de sitios de Internet pornográficos se asociaron significativamente con la inadaptación social entre los adolescentes griegos (Tsitsika et al., 2009). El uso de la pornografía contribuyó a retrasar el descuento o la tendencia de un individuo a descontar los resultados futuros a favor de recompensas inmediatas (Negash, Sheppard, Lambert y Fincham, 2016). Negash y sus colegas utilizaron una muestra que tenía una edad promedio de 19 y 20 años, que el autor destacó que todavía eran considerados biológicamente adolescentes. Reiteraron que sus muestras no reportaron ser usuarios adictivos o compulsivos, pero sí se evidenciaron alteraciones en los procesos de toma de decisiones.

El uso de pornografía está relacionado con el estímulo y la neuroplasticidad del sistema de recompensa dopaminérgico mesolímbico (Hilton, 2013). Los escáneres de resonancia magnética encontraron una asociación negativa significativa entre las horas de pornografía reportadas por semana y el volumen de materia gris en el caudado correcto y la conectividad funcional con la corteza prefrontal dorsolateral (Kuhn y Gallinat, 2014). La pornografía podría ser la causa de esta neuroplasticidad, pero no se puede descartar una condición previa que hace que el consumo de pornografía sea más gratificante.

Resumen del modelo de trabajo

Proponemos un resumen de modelo de trabajo, considerando los paradigmas únicos del cerebro adolescente y las características del material sexualmente explícito. La superposición de áreas clave asociadas con el cerebro único de los adolescentes y el material sexualmente explícito es notable.

Tras la exposición a material sexualmente explícito, la estimulación de la amígdala y el eje HPA mejoraría en el adolescente, en comparación con el adulto. Esto conduciría a una reducción más pronunciada de la corteza prefrontal y una mayor activación de los ganglios basales en el adolescente. Esta condición, por lo tanto, comprometería la función ejecutiva, que incluye inhibición y autocontrol, y aumenta la impulsividad. Debido a que el cerebro del adolescente aún se está desarrollando, es más propicio para la neuroplasticidad. La corteza prefrontal que se desconecta, por así decirlo, impulsa el recableado sutil que favorece el desarrollo subcortical. Si el desequilibrio de la neuroplasticidad continúa con el tiempo, esto puede resultar en un circuito cortical relativamente debilitado a favor de un circuito subcortical más dominante, lo que podría predisponer al adolescente a una autogratificación e impulsividad continuas. El núcleo accumbens del adolescente, o centro del placer del cerebro, tendría una estimulación exagerada en comparación con el adulto. El aumento de los niveles de dopamina se traduciría en un aumento de las emociones asociadas con la dopamina, como el placer y el deseo (Berridge, 2006; Volkow, 2006).

Debido al aumento de testosterona en la pubertad, su nivel también aumentaría en comparación con el adulto. Este aumento de testosterona puede conducir a mayores tendencias de agresión (Banks & Dabbs, 1996; Goetz et al., 2014; Nelson, Leibenluft, McClure y Pine, 2005; Schulz & Sisk, 2006) y anticipación sexual (Amstislavskaya & Popova, 2004; Bonilla – Jaime, Vazquez-Palacios, Arteaga-Silva y Retana-Marquez, 2006; Exton et al., 1999; Redoute et al., 2000; Stoleru et al., 1999;).

Debido a la ventana organizativa de desarrollo durante la adolescencia, el cortisol y la testosterona tendrían un efecto único sobre la organización del cerebro o la viabilidad inherente de varios circuitos neuronales. Este efecto no se encontraría en el adulto porque esta ventana específica de organización se ha cerrado. La exposición crónica al cortisol tiene el potencial, durante el período organizativo de la adolescencia, de impulsar la neuroplasticidad que resulta en una función cognitiva comprometida y en la capacidad de recuperación del estrés incluso en la edad adulta (McEwen, 2004; Tsoory y Richter-Levin, 2006; Tsoory, 2008; McCormick y Mathews, 2007; 2010). La solidez de la amígdala después de la pubertad, al menos en parte, depende de la magnitud de la exposición a la testosterona durante la ventana crítica del desarrollo del adolescente (De Lorme, Schulz, Salas-Ramirez y Sisk, 2012; De Lorme y Sisk, 2013; Neufang et al. al., 2009; Sarkey, Azcoitia, García-Segura, García-Ovejero y DonCarlos, 2008). Una amígdala robusta está relacionada con niveles elevados de emocionalidad y autorregulación comprometida (Amaral, 2003; Lorberbaum et al., 2004; De Lorme & Sisk, 2013).

Discusión y dirección futura.

Este documento buscaba comenzar la conversación académica: ¿podrían los adolescentes ser más sensibles al material sexualmente explícito debido a los paradigmas anatómicos y fisiológicos únicos del cerebro adolescente? La literatura actual sugiere que el cerebro adolescente puede ser más sensible al material sexualmente explícito, pero debido a la falta de estudios empíricos, esta pregunta no puede responderse definitivamente. El desafío de trabajar a través de consideraciones éticas para estudios controlados también es una barrera importante, aunque comprensible, hacia el progreso científico en este campo.

Para empezar, recomendamos realizar estudios de población utilizando encuestas de autoevaluación que indiquen tendencias de comportamiento antes de la exposición inicial al material sexualmente explícito y después de diferentes grados de exposición. También se pueden realizar encuestas a los padres para determinar si la relación entre padres e hijos es un factor importante para la autoeficacia de la salud infantil (y el rendimiento escolar).

Otra vía de investigación a considerar es el papel de la tecnología como una puerta de entrada para que los adolescentes estén expuestos a material sexualmente explícito. Dado que el uso real de las redes sociales se puede rastrear y comparar con el uso percibido, las encuestas que piden a los participantes que evalúen su uso de la tecnología y la exposición al material sexualmente explícito serían un estudio bastante sencillo de realizar.

En última instancia, una contribución primordial en este campo podría ser un estudio longitudinal que implicaría seguir a un grupo de niños durante la adolescencia y hasta la adultez concomitante con el historial médico documentado y la adquisición de datos anatómicos, fisiológicos y psicológicos de la RMN estructural y funcional programada regularmente. y / o tomografía PET.

El diseño cuidadoso de estudios éticos para investigar el efecto de la exposición al material sexualmente explícito en el cerebro adolescente es un paso necesario hacia la comprensión de la variabilidad de las experiencias de los adultos con el material sexualmente explícito.

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