Superposición de definiciones de trastornos de adicción a los alimentos y uso de sustancias: análisis de estudios en animales y humanos (2014)

Neurofarmacología. 2014 Oct; 85: 81-90. doi: 10.1016 / j.neuropharm.2014.05.019. Epub 2014 Mayo 24.

Hone-Blanchet A1, Fecteau S2.

Resumen

La comida tiene componentes homeostáticos y hedónicos, lo que la convierte en una potente recompensa natural. Por lo tanto, la recompensa relacionada con los alimentos podría promover una escalada de la ingesta y desencadenar los síntomas asociados a la abstinencia, lo que sugiere un comportamiento paralelo con el abuso de sustancias. Han surgido modelos teóricos animales y humanos de recompensa y adicción a los alimentos, lo que plantea interrogantes adicionales sobre la validez de un vínculo entre los trastornos por uso de sustancias, según se clasifica clínicamente en el DSM 5, y la recompensa por alimentos.

Estos modelos proponen que los alimentos muy sabrosos, ricos en azúcar y / o grasas, estimulan demasiado las vías de recompensa del cerebro. Además, los estudios también han investigado la posibilidad de un vínculo causal entre la recompensa alimentaria y la epidemia de obesidad contemporánea, en la que la obesidad se potencia y se mantiene debido a esta abrumadora recompensa alimentaria.

Aunque las recompensas naturales son un tema candente en la definición y categorización de los trastornos por uso de sustancias, las pruebas de concepto y las pruebas definitivas aún no son concluyentes. Esta revisión se centra en los resultados disponibles de estudios experimentales en modelos animales y humanos que exploran el concepto de adicción a la comida, en un esfuerzo por determinar si representa un fenotipo específico y si existe una similitud neurobiológica entre la adicción a la comida y los trastornos por uso de sustancias. Describe los resultados de los atracones de azúcar, grasa y grasa dulce en modelos de roedores y evaluaciones de comportamiento y neurobiológicas en diferentes poblaciones humanas.

Aunque son interesantes las pruebas de comportamiento y neurobiológicas que respaldan un fenotipo de adicción a la comida en animales y humanos, parece prematuro concluir sobre su validez.